«Este estudio demuestra que muchos fumadores de cigarrillos ocasionales, incluso aquellos que no fuman todos los días, pueden ser adictos a los cigarrillos. También sugiere que debemos ser más precisos cuando preguntamos sobre la frecuencia de consumo de cigarrillos», explica el líder del estudio, Jonathan Foulds.
Madrid, 3 de enero (Europa Press).- Incluso las personas que se consideran fumadoras ocasionales de cigarrillos pueden ser adictas, según los criterios de diagnóstico actuales. Investigadores de la Facultad de Medicina de Penn State y de la Universidad de Duke (Estados Unidos) han evidenciado que muchas personas que fuman de uno a cuatro cigarrillos al día o menos, cumplen con los criterios de la adicción a la nicotina y, por tanto, deben ser considerados para tratamiento.
«En el pasado, algunos consideraban que sólo los pacientes que fumaban alrededor de 10 cigarrillos por día o más eran adictos, y todavía escucho eso a veces. Pero este estudio demuestra que muchos fumadores de cigarrillos ocasionales, incluso aquellos que no fuman todos los días, pueden ser adictos a los cigarrillos. También sugiere que debemos ser más precisos cuando preguntamos sobre la frecuencia de consumo de cigarrillos», explica el líder del estudio, Jonathan Foulds, profesor de Ciencias de la Salud Pública y de Psiquiatría y Salud Conductual de la Universidad de Penn State.
Research by @JonathanFoulds and a collaborator at @DukeU found that even people who consider themselves casual #cigarette smokers may meet criteria for nicotine #addiction. #MedTwitter https://t.co/sq5VgxVshh
— Penn State Hershey (@PennStHershey) December 29, 2020
«Fumar poco se percibe correctamente como menos dañino que fumar mucho, pero aún así conlleva riesgos significativos para la salud. Los proveedores médicos a veces perciben a los fumadores ocasionales como no adictos y, por tanto, no necesitan tratamiento, pero este estudio sugiere que muchos de ellos pueden tener una dificultad significativa para dejar de fumar sin ayuda», añade al respecto otro de los autores, Jason Oliver, profesor asistente de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Duke.
En su trabajo, publicado en la revista científica American Journal of Preventive Medicine, los investigadores examinaron un conjunto de datos existentes de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), que incluía a más de 6 mil 700 fumadores que habían sido evaluados en su totalidad para averiguar si cumplían con los criterios para el trastorno por consumo de tabaco. Encontraron que el 85 por ciento de los fumadores de cigarrillos diarios eran adictos en cierta medida, ya sea una adicción leve, moderada o grave.
«Sorprendentemente, casi dos tercios de los que fumaban sólo de uno a cuatro cigarrillos por día eran adictos, y alrededor de un cuarto de los que fumaban menos de una vez por semana eran adictos», argumenta Foulds.
Los investigadores encontraron que la severidad de la adicción al cigarrillo, como lo indica el número de criterios cumplidos, aumentaba con la frecuencia de fumar, con el 35 por ciento de los que fumaban de uno a cuatro cigarrillos por día y el 74 por ciento de los que fumaban 21 cigarrillos o más por día eran adictos de manera moderada o severa. «Esta fue la primera vez que se ha descrito la gravedad de la adicción al cigarrillo en todo el rango de frecuencia de uso del cigarrillo», agrega Foulds.
Oliver añade que el estudio destaca la alta prevalencia del trastorno por consumo de tabaco incluso entre los considerados fumadores ocasionales y proporciona una base a partir de la cual el tratamiento puede empezar a dirigirse a esta población.
«Investigaciones anteriores han encontrado que los fumadores no diarios son más propensos que los fumadores diarios a intentar dejar de fumar. Los médicos deben preguntar sobre todas las conductas de fumar, incluso las de los no fumadores diarios, ya que dichos fumadores podrían aún necesitar un tratamiento para dejar de fumar con éxito. Sin embargo, no está claro hasta qué punto las intervenciones actuales son eficaces para los fumadores ocasionales. Los esfuerzos continuos para identificar los enfoques óptimos para dejar de fumar en esta población siguen siendo una dirección importante para las investigaciones futuras», concluye Oliver.