Malala reiteró a las y los estudiantes la importancia de creer en la causas por las que luchan, y ser constantes y pacientes, ya que puede llevar «muchos años cambiar el mundo».
México, 16 dic (EFE).- La activista paquistaní Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz 2014, participó este miércoles en la graduación de estudiantes del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec de Monterrey) y les recomendó que «vayan y cambien el mundo».
«No cabe duda de que el futuro de México y de muchas otras sociedades será forjado por estudiantes del Tec de Monterrey», dijo la activista en una conferencia en línea durante la graduación de más de mil alumnos.
Malala, de 23 años y que el pasado junio se licenció en la universidad inglesa de Oxford, se mostró comprensiva con los estudiantes al explicar que ella misma está hecha un mar de dudas después de haber finalizado sus estudios de filosofía, política y economía.
«Me siento honrada de hablarles. El discurso de graduación es regularmente dado por personas con mucha experiencia y que han vivido altibajos en sus vidas, sin embargo no tengo eso», expuso.
«Ahora pienso en buscar empleo, tal vez un máster (…) y estoy muy confundida, pero estoy aquí para hablar como amiga y compañera», añadió.
Por otra parte, dijo esperar que los estudiantes de esta generación utilicen «todas las herramientas que el Tec les ha proporcionado para su educación» y que usen sus talentos para trabajar en encontrar «soluciones innovadoras» a los problemas de México y del mundo.
También destacó que, «en una época sin precedentes», los jóvenes deben ser innovadores y recordó que la pandemia de COVID-19 ha puesto sobre la mesa la importancia de la salud, la educación y el bienestar, ya que cuando el sistema económico cae, «la humanidad es lo que nos mantiene».
Asimismo, Malala reiteró a los estudiantes la importancia de tener fe, creer en la causas por las que luchan, y ser constante y paciente, ya que puede llevar «muchos años cambiar el mundo».
Por último, la activista recordó su historia de activismo por el acceso a la educación de las niñas, primero paquistaníes y luego de todo el mundo, después de que fuese víctima de un ataque en 2012 al que sobrevivió y que le dio visibilidad internacional.
«Con 15 años sobreviví a ese incidente y me apoyó gente de todo el mundo. Estaba sorprendida y me daba cuenta de que mi voz estaba llegando a gente de todo el mundo de esta manera. Aproveché la oportunidad para hablar por las niñas a nivel mundial», explicó.
En 2013, Malala y su padre, Ziauddin, crearon la Fundación Malala para concienciar acerca del impacto social y económico que tiene la educación de las niñas.
Desde 2017, la joven es Mensajera por la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).