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Erik Del Ángel Landeros

10/11/2020 - 12:02 am

Reabrir las Ciencias Sociales

A mediados de la década de los 90 del siglo pasado, la Fundación Calouste Gulbenkain conformó una comisión para proponer reestructuraciones a las Ciencias Sociales (CS). El cuerpo de científicos estuvo encabezado por el célebre Immanuel Wallerstein. En esos momentos, en que la Guerra Fría había terminado y algunos llamaban al fin de la historia, […]

el Mundo Vive Otra Etapa De Inflexión Una Pandemia Que Ha Modificado Estructuralmente La Vida Social Económica Y Política De Los Países Foto Victoria Valrierra Cuartoscuro

A mediados de la década de los 90 del siglo pasado, la Fundación Calouste Gulbenkain conformó una comisión para proponer reestructuraciones a las Ciencias Sociales (CS). El cuerpo de científicos estuvo encabezado por el célebre Immanuel Wallerstein. En esos momentos, en que la Guerra Fría había terminado y algunos llamaban al fin de la historia, se requería reflexionar sobre el papel de las CS y cómo mantenerse vigentes. El resultado fue la publicación del reporte Abrir las Ciencias Sociales, el cual contenía una serie de recomendaciones que aún son vigentes hoy en día.

En estos momentos, el mundo vive otra etapa de inflexión, una pandemia que ha modificado estructuralmente la vida social, económica y política de los países. En esta circunstancia, en automático muchos nos preguntamos dónde están las CS y qué papel están teniendo; y me temo que la respuesta no es muy satisfactoria. Si volteamos a los centros de estudio y pensamiento de CS públicos en el país nos encontramos, por un lado, una serie de institutos luchando por sobrevivir presupuestalmente, otros, celebrando aniversarios pomposamente y, otros más, en paro permanente por no entender la irrupción del feminismo en las estructuras sociales del país. Puede que estos diagnósticos sintéticos del CIDE, Instituto Mora, COLMEX y FCPyS de la UNAM sean un tanto arbitrarios, sin embargo, si se encuentran explicando y resolviendo las grandes interrogantes sociales del momento sólo ellos lo saben y es su secreto mejor guardado.

Precisamente el trabajo de Wallerstein y compañía recomendaba flexibilizar el estudio e investigación de la CS. Y esto ha tenido que comenzar a realizarse por la imposibilidad de mantener actividades presenciales en las universidades, no sin toparse con grandes dificultades de fondo y forma. Pensando en la pandemia del COVID-19 como un objeto de estudio social, las principales recomendaciones del comité Gulbenkain resolverían gran parte de la poca investigación al respecto: 1. Expandir la institucionalidad dentro de las universidades o entre ellas para “trabajar en común y por un año en torno a puntos específicos”. 2. “El establecimiento de programas de investigación integrados dentro de las estructuras universitarias, cortando transversalmente las líneas tradicionales, con objetivos intelectuales concretos”. Yo pregunto ¿Dónde están los macroproyectos de investigación sobre los efectos sociales y políticos de la pandemia? ¿Las universidades y centros de investigación están preocupadas por intervenir en los espacios de comunicación formales e informales para abatir la desinformación y explicarles a las personas qué esta sucediendo socialmente por el COVID-19? ¿estás instituciones están ayudando al entendimiento de la situación actual?

Y es que no está mal que se estudie y restudie las elecciones en México, al final de cuentas cada año hay al menos una; no está mal que se analice hasta la saciedad a la Guerra Fría o se hagan coloquios para explicar la integración y desintegración de la Unión Europea; enseñar todo lo que existe sobre Weber, De Certeau y Maquiavelo. Pero, por qué no se incorporan también al centro de la investigación y enseñanza a la nueva diplomacia pública; a la protección internacional de los derechos humanos; innovación gubernamental y su vertiente digital; al feminismo y su necesaria armonización con la sociedad; masculinidades. ¿Quién pone a la disposición de la sociedad análisis de contextos profundos sobre la violencia y desapariciones que viven en sus entornos inmediatos? ¿Qué entidad proporciona análisis rigurosos sobre los motivos por los que la sociedad de Estados Unidos de América (EUA) ha votado de la forma en que lo ha hecho en la elección de hace unos días y la de hace 4 años? ¿Dónde están los investigadores e instituciones que liderarán la reapertura de las Ciencias Sociales para ponerlas a la disposición de la sociedad?

Ojalá estás preguntas y dudas estén en la mente de los científicos sociales del país; de los funcionarios públicos responsables de determinar presupuestos y apoyos a las instituciones que se dedican a estos temas; de los directores y rectores; y de los organismos que se encargan de la elección de las personas que lideran los centros públicos de estudios de CS, como la Junta de Gobierno de la UNAM.

Erik Del Ángel Landeros
Licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM, maestro en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto Mora y candidato a doctor en Historia por la UNAM. Cuenta con estudios en la Universidad de Texas y con el Diplomado Líderes Progresistas por la Fundación Friedrich Ebert. Se ha desempeñado en el sector público y académico. Actualmente es profesor en la carrera de Relaciones Internacionales y Coordinador Ejecutivo del Consejo Técnico de Diplomacia y Cooperación Deportiva de la SRE.
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