Cuando los síntomas son leves, con poca afectación en la calidad de vida, puede no ser necesario ningún tratamiento, según valora, pero sí lo serían ciertos cambios en el estilo de vida, como disminuir la ingesta de líquidos antes de ir a dormir, evitar el estreñimiento, disminuir picantes, el café o el alcohol.

 MADRID, 02 de noviembre (EuropaPress).- La próstata es una glándula que se sitúa debajo de la vejiga y rodea a la uretra. Aporta componentes al líquido seminal y puede producir problemas según avanza la edad. Por el momento, no hay suficiente evidencia científica para recomendar ningún suplemento alimenticio, ni tampoco estrategia específica para prevenir complicaciones prostáticas, ni cáncer de próstata.

Así lo confiesa en una entrevista con Infosalus Julio Fernández del Álamo, jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid), si bien destaca que, de forma general, se recomienda para mejorar la salud el realizar una dieta saludable, el evitar sobrepeso, realizar ejercicio físico, evitar grasas y un exceso de proteínas animales, el no fumar, el evitar el exceso de alcohol, así como mantener una buena hidratación; «y todo esto puede por tanto, mejorar la salud genitourinaria».

A partir de los 50 años, según reconoce este experto, la próstata suele empezar a aumentar su tamaño y esto puede conllevar a un empeoramiento en la calidad miccional. Por ello, recalca que la mejor forma de prevenir complicaciones derivadas por un crecimiento benigno o por un cáncer de próstata es la detección precoz, ya que no existen claras pautas para la prevención del desarrollo de las mismas.

«Se recomienda la valoración médica a partir de los 50 años o antes si existen síntomas miccionales o antecedentes de cáncer de próstata. En los casos de antecedentes familiares se recomiendan revisiones a partir de los 40 años», agrega el urólogo.

En este punto el también urólogo del Instituto de Cirugía Urológica Avanzada (ICUA) recuerda que la mayor parte de los cánceres de próstata diagnosticados no son hereditarios, pero si un paciente tiene antecedentes familiares de primer grado con cáncer de próstata tiene un riesgo de 2 a 3 veces mayor que la población general. Además, llama la atención sobre el hecho de que en cuanto al crecimiento benigno de la próstata se ha observado cierta asociación familiar.

PRINCIPALES PROBLEMAS EN LA PRÓSTATA

Con ello, el especialista del Hospital Universitario de Torrejón detalla cuáles son los principales problemas que pueden producirse en la próstata:

Prostatitis: Es una inflamación de la próstata y puede darse en pacientes jóvenes. Suele estar producida por una infección bacteriana y puede tener una evolución de aparición brusca, con fiebre y malestar general, o con una forma de evolución más lenta con sintomatología menos florida y más crónica, con molestias perineales y miccionales. En estos casos de prostatitis crónica hay que hacer un diagnóstico diferencial con cuadros de síndrome miofascial, dolor pélvico crónico, o neuropatía del nervio pudendo.

Hiperplasia benigna de próstata (HBP): Es el crecimiento benigno de la próstata. Al aumentar su volumen puede comprimir la uretra y obstruir la salida de la orina desde la vejiga, produciendo síntomas miccionales. Se presenta en más de la mitad de los hombres mayores de 60 años, y su prevalencia aumenta con la edad. Su desarrollo está influenciado por las hormonas masculinas y existe cierto componente familiar asociado. Los síntomas y su gravedad son variables, y pueden limitar de forma muy significativa la calidad de vida.

Foto: Especial

Entre los principales síntomas dice que se encuentran los siguientes: Dificultad para orinar; disminución del calibre miccional; chorro entrecortado y goteo postmiccional; aumento de la frecuencia miccional diurna y nocturna; dificultad para aguantar el deseo miccional; incontinencia; infecciones urinarias; sangrado con la orina.

«Aunque es un proceso benigno puede derivar en complicaciones como retención urinaria con necesidad de sondaje vesical, en sangrado o en insuficiencia renal», señala. A su vez, indica que el diagnóstico de la HBP se realiza mediante una historia clínica y una exploración física del paciente. Además, indica que se suelen hacer pruebas complementarias, como un análisis de sangre y de orina para valorar la función renal y el nivel de antígeno prostático específico (PSA).

«El PSA es una molécula que se produce en la próstata y se mide en la sangre. Suele estar elevado cuando hay cáncer de próstata, aunque hay casos en los que el paciente tiene PSA elevado y no hay tumor. Suele realizarse también una ecografía de aparato urinario y una flujometría miccional», agrega el doctor Fernández del Álamo.

Cuando los síntomas son leves, con poca afectación en la calidad de vida, puede no ser necesario ningún tratamiento, según valora, pero sí lo serían ciertos cambios en el estilo de vida, como disminuir la ingesta de líquidos antes de ir a dormir, evitar el estreñimiento, disminuir picantes, el café o el alcohol. «Si los síntomas son moderados o graves, sin complicaciones, el tratamiento farmacológico puede mejorar la calidad de vida de los pacientes y en algunos casos prevenir el desarrollo de complicaciones», añade.

Cuando hay falta de respuesta al tratamiento médico, se desea un tratamiento definitivo o existen complicaciones (retención urinaria, infecciones de repetición, hematuria, entre otras) se recomienda el tratamiento quirúrgico. «El tratamiento quirúrgico de elección para la HBP es la enucleación endoscópica con láser. Permite tratar próstatas de cualquier volumen con baja tasa de complicaciones, estancia hospitalaria corta (menos de 24-48 horas)», aprecia el experto.

Cáncer de próstata: Cáncer más frecuente en el varón, pero el tercero en mortalidad. En más del 80% de los casos se diagnostica en fases iniciales y por tanto potencialmente curables. Es importante, como en cualquier enfermedad oncológica, el diagnóstico precoz. No suele producir prácticamente ninguna sintomatología en estas fases iniciales, por lo que en la mayor parte de las veces se diagnostica por una elevación en el PSA.

El empeoramiento en la calidad miccional suele estar relacionado en la mayor parte de las veces con un crecimiento benigno de la próstata y no con un cáncer de próstata, valora el urólogo del Hospital madrileño de Torrejón, si bien recalca que en estos casos el principal factor de riesgo es la edad, así como la raza (más frecuente en raza negra y menos en asiáticos). \»Entre el 5-10 por ciento son hereditarios, presentado mayor riesgo de desarrollo si existen antecedentes familiares de primer grado. En los casos familiares suelen presentarse a edades más tempranas», precisa el doctor Fernández.

Finalmente, el también urólogo del Instituto de Cirugía Urológica Avanzada concluye que en la última década se han desarrollado grandes avances tecnológicos y farmacológicos que mejoran por un lado el diagnóstico y, por otro lado, el tratamiento tanto de las fases iniciales como avanzadas de la enfermedad, produciéndose una mejora en la esperanza y calidad de vida de los pacientes con cáncer de próstata.

Fabián Polanco

Con una amplia trayectoria en el periodismo cinematográfico y espectáculos, trabajó en El Heraldo de México, Playboy México, Cine Toma. Conductor y productor de radio. Autor de Magia pura y total (Historia del teatro musical en la Ciudad de México).

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