Vivimos una narrativa suicida. El feminismo revolucionará toda la estructura social: Carmen Boullosa
PorNadia Virgilio García
19/09/2020 - 12:05 am
Artículos relacionados.
- Gobiernos piden perdón por tragedia de 2011; Samuel García no va, deudos le reclaman
- La UdeG maneja millones al año. El poder de Padilla da más
- Cravioto acepta división de morenistas en el Senado: "No todos pensamos como Monreal"
- Creel presidirá la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; Mier dirigirá la Jucopo
- Balandra, la playa bonita de México, peligra por derrame
¿Y si todo lo que se nos ha contado sobre el Paraíso fuera al revés? Frente a lo que pareciera un manuscrito apócrifo, la escritora mexicana Carmen Boullosa le da una vuelta de tuerca al libro del Génesis para desmontar la figura masculina y reconstruir el mundo a través de la mirada femenina.
El libro de Eva hace un repaso por las historias que nos han contado y que han ayudado a fomentar (y cimentar) la absurda idea de que la mujer es compañera, complemento y hasta accesorio del hombre.
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).- ¿Y si todo lo que se nos ha contado sobre el Paraíso fuera al revés? Frente a lo que pareciera un manuscrito apócrifo que contiene diez libros y 91 pasajes, Eva decide contar su versión: ni fue creada a partir de la costilla de Adán, ni es exacto que fuera expulsada por la manzana y la serpiente, ni la historia de Abel y Caín es la que cuentan, ni la del Diluvio, ni la de la Torre de Babel…
Con una brillante prosa, Carmen Boullosa le da una vuelta de tuerca al libro del Génesis para desmontar la figura masculina y reconstruir el mundo, el origen de la gastronomía, la domesticación de los animales, el cultivo de la tierra y el placer, a través de la mirada femenina.
A partir de esta exploración, a veces divertida y otras dolorosa, El libro de Eva hace un repaso por las historias que nos han contado y que han ayudado a fomentar (y cimentar) la absurda idea de que la mujer es compañera, complemento y hasta accesorio del hombre, lo que abre la puerta a la violencia criminal contra las mujeres. Boullosa las desmiente y las transgrede en esta novela feminista, fundacional y desfachatada.
Para Puntos y Comas, te presentamos la entrevista con esta autora mexicana, Premio Xavier Villaurrutia.
***
1.¿Cuánto ha contribuido la construcción de mitos como el de Eva en el imaginario colectivo de lo que significa ser mujer? ¿Crees que la Biblia es el primer gran ejemplo , o el más importante, de representación de lo femenino?
Yo creo que los mitos sí refuerzan un comportamiento, si no es que ayudan a formarlo. El mito de Eva, incluído en el Génesis, deja a la mujer en una situación de bastante fragilidad al ser creada de un pedazo y hecha para acompañar a otro. Desde esta perspectiva, la maternidad es de dolor, de lágrimas, y la mujer es la culpable de haber perdido un paraíso. Creo que esto corresponde a la idea de una sociedad que quiere tener al 50 por ciento de sus habitantes, por género, en estado de esclavitud o de sumisión al otro.
Ahora bien, puede que los mitos sean insignificantes, pero todos tienen una explicación de su origen. Los mitos de super héroes y dioses griegos corresponden a una visión. En el mito específico del Génesis, la cosa es diferente al existir una noción de mandato, de una orden, si lo que estamos escuchando es la voz de la máxima autoridad.
La Biblia no es la representación de lo femenino en la historia, más bien sería una supresión de las virtudes de lo femenino. No la Biblia entera, pero la mayoría de su contenido. Es una visión que no se quiere acercar a ver lo que son las identidades femeninas. Para una representación adecuada hay muchos ejemplos en la literatura universal.
2.- Lilith aparece en la Biblia, en el libro de Isaias 34,14. El Génesis judío la describe como la primera esposa de Adán, quien lo abandonó a él y al jardín del Edén. Según este texto, Dios creó a Lilith y a Adán al mismo tiempo, y no a partir de su costilla. ¿Dónde quedó Lilith y por qué ha sido considerada un espíritu diabólico, impuro y peligroso?
Yo voluntariamente no incluyo a Lilith en el libro porque me parece que divide la idea de la mujer entre aquella que tiene sexualidad y la que no la tiene. En mitos anteriores al de Lilith (y lo explica muy bien Grace Aguilar en su maravilloso libro sobre los mitos judíos), existen otras Evas que tenían todo en una, sin ser divididas entre las que poseen una sexualidad abandona y las que están desprovistas de su propia sensualidad, voluntad y hecha a partir de un pedacito del otro.
Digamos que esta es una división entre «la buena» y «la mala». Yo justamente quise recurrir a estas Evas originales que contenían en una sola mujer, las diferentes facetas de una persona, sea del género que sea, sin quedar suprimida de su sensualidad, del placer de la maternidad, y del goce en todos los sentidos de la palabra, no sólo del carnal.
La Eva «real» fijada por la iglesia católica es la que acarrea el pecado y que lleva el mal para todos los demás. Ella es la que toma una fruta prohibida que trae consigo la conciencia de uno mismo, de saberse vestido o desnudo, de ver al otro. Es peculiar porque quedan restos de aquellos mitos antiguos.
3.- En esta especie de manuscrito apócrifo, Eva cuenta su versión de la historia. ¿Crees que habría que replantear otras muchas historias desde la mirada femenina? Pienso por ejemplo en Penélope y las doce criadas, de Margaret Atwood, una reinterpretación de la Odisea de Homero con voz femenina.
Sí, yo creo que hay una necesidad de recontar las historias, es importante. De las 19 novelas que he publicado, por lo menos la mitad retoman ideas de la feminidad.
En el caso de La Odisea, hay un estudio maravilloso de un especialista inglés que argumenta que la autoría no es de Homero, sino de una mujer, pues los detalles domésticos están contados muy claramente, mientras que muchos datos de áreas que no le correspondía a una mujer estaban plagados de errores. Ahí va desplegando varios argumentos. Incluso toda esta investigación daría para hacer una novela, es muy interesante.
4.-El libro desmonta la idea de que la mujer es únicamente complemento y accesorio del hombre, pero también es una reconstrucción -o deconstrucción- del mundo en general, el origen de la gastronomía, la domesticación de los animales, el cultivo de la tierra y el placer. ¿Puedes compartirnos qué tópicos destacarías de esta nueva cosmovisión de Eva? ¿Cambiar la narrativa es cambiar el mundo en todas sus áreas?
Al cambiar el papel de Eva y tratar de continuar la historia narrada en el Génesis, en este desplazamiento obligadamente quedaban diferentes versiones de Caín y Abel, de la Torre de Babel y la aparición del lenguaje, del diluvio, etcétera. La narrativa que prevalece tiene como centro a un Dios varón, masculino, que divide todo en un binario rígido. Al desaparecer el poder total heteropatriarcal, aquella ética cambia y se desplaza de lugar enteramente y todas las otras piezas se acomodan naturalmente de una forma distinta, pues responde a otra ética. Por ejemplo, este Dios varón acepta el humo oscuro de la carne muerta, el humo del carnívoro, y en cambio rechaza el humo perfumado del verdófago. Esta es toda una aproximación que requiere de una Eva sometida. En el caso de nuestra Eva, la historia se vuelve otra.
Es importante entender cómo el feminismo revoluciona tanto las estructuras sociales, y por ello hay distintos movimiento u olas del feminismo, hasta la que estamos viendo ahora. De lo privado viene el cambio total de las estructuras familiares y públicas, y creo que tenemos más que entendido que en la vida cotidiana estamos metidos en una narrativa suicida y ecocida. Si le pusiera una etiqueta a la novela, diría que es feminista y ecológica. Aunque no escribí pensando en estas etiquetas, lo que hice fue seguir la lógica de la historia de esta Eva original, que al ser entera, sabe que el cuerpo es la construcción de uno mismo.
De hecho ella construye su propio clítoris y comienza el enfado de Adán en este hecho, pues siente la envidia del clítoris y después va a sentir la envidia mayor que es la envidia de parir. Respecto a esto, hace mucho tiempo he jugado con la idea, y de verdad lo creo, de que lo que existe no es la envidia de las mujeres al pene, si no la envidia del varón al clítoris, y este resentimiento explica de alguna manera las violencias contra las mujeres. Tener la envidia del pene es envidiar el poder, pero la envidia del clítoris y de parir es otra clase de envidia: no es cierto que las mujeres estamos incompletas. Incluso en el año 2000 si no me equivoco, montamos una obra de teatro de cabaret muy divertida llamada _Las hijas de Freud en el que se argumentaba justo ese tema, al igual que en esta novela.
5.- ¿Qué opinas de la nueva ola feminista que actualmente vivimos? ¿Está despertando la Lilith interna en cada una de nosotras?
Una novela siempre es una suerte para un autor; una siempre está buscando historias y de pronto hay una historia que la busca a una, y casi siempre las historias corresponden a algo que está pasando, a una atmósfera. Yo empecé a trabajar esta novela hace cinco años y medio o seis, y esto quiere decir que ya había cierto ambiente. ¿Qué puedo decir yo de la nueva ola del feminismo? ¡Qué maravilla! Qué maravilla que ahora sea un movimiento completamente popular y masivo… Recuerdo las marchas de los setentas, donde en México había muy poquitas mujeres, era algo realmente marginal. Ahora hemos visto las calles convertidas en una verdadera avalancha de jacarandas, una cosa extraordinaria que pasa en el mundo entero.
Además este siguiente feminismo permea a todas las clases sociales y también obliga a la reconstrucción de la idea de masculinidad y la idea de los géneros, pues existen muchos. En medio de la actual catástrofe ecológica, económica y trumpiana que se reproduce en muchos países de distintas maneras, hay una luz en el nuevo movimiento de las mujeres. Me parece fantástico.
Veo también que aparecen momentos de furia y de violencia, lo cual entiendo perfectamente bien, aunque no me gusta la violencia y me parece mala herramienta política, pues se consigue menos o a veces provoca represión y obliga pasos atrás. Entiendo que ocurra el enfado y la violencia porque vivimos en una era terrible en la que cualquier mujer que se suba al transporte público se está arriesgando a que abusen de ella. Entonces lo comprendo y simpatizo enormemente con ellas.
6.-Y respecto a la literatura… ¿Qué escritoras mexicanas destacarías? ¿Cómo está siendo el acercamiento de las mujeres a los temas urgentes, con la pluma como arma principal?
Llevo años recuperando autoras del pasado para intentar reconfigurar el canon, donde las mujeres sean los elementos o protagonistas principales, en lugar de ser siempre marginales o descubrimientos de un varón. En América Latina hay una ola gigante de autoras jóvenes formidables, muchas de ellas con repercusión internacional. Vienen a mi mente algunos nombres… Hace poco terminé de leer a Samanta Schweblin y claro que leo a Brenda Lozano, pero son tantas que me daría vergüenza omitir alguna.
Veo con alegría tanto la calidad literaria de las autoras (que se ve que también son grandes lectoras), como la calidad de sus lectores. Ocurre que hay autoras formidables del pasado que no tuvieron la suerte de tener esos lectores, dándoles espacio y réplica. Eso es una cosa extraordinaria. Ahora hay proyectos como el de Vindictas que lo que quieren es sacar a la luz a las autoras que quedaron marginadas en su tiempo. El canon siempre ha tenido mayor simpatía por las figuras masculinas, pero eso está cambiando.
7.- ¿Un mensaje final para invitar a los lectores a adentrarse en El libro de Eva?
Yo tuve un enorme placer en escribir este libro porque el contar historias es siempre una celebración de la vida. Hay en ello un optimismo natural porque cuando hay una narración, todo hace sentido. Yo pensaría que _El libro de Eva está escrito por una pizca de optimismo que hay en el presente. El mismo gusto que tuve yo deseo que también lo tengan los lectores cuando recorran por la historia, los papeles de las hijas respondonas, la versión del Adán enojado, Caín y Abel y aquellas otras voces que aparecen.