«¿Tiene o no problemas de alcoholismo el Presidente de la República? ¿Debería realmente la propia Presidencia de la República dar una respuesta clara, nítida, formal al respecto?», cuestionó sobre Felipe Calderón la periodista Carmen Aristegui en febrero de 2011. Fue despedida de MVS. Nueve años después, el expanista acusó de represión y autoritarismo el rumor falso de la salida del periodista Carlos Loret de W Radio.
Ciudad de México, 30 de agosto (SinEmbargo).– El expresidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) calificó de «represor» al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por la posible salida del periodista Carlos Loret de Mola de W Radio, lo cual no sucedió, pero revivió el episodio cuando su administración fue señalada de presionar a Grupo MVS para despedir hace nueve años a la periodista Carmen Aristegui por haber cuestionado al aire si el expanista tenía problemas de alcoholismo.
«Para decir lo que está diciendo Calderón de López Obrador se tendría que tener memoria y cara», comentó esta semana la periodista en su programa de Aristegui Noticias en alianza con Grupo Radio Centro.
El 3 de febrero de 2011, la sesión de la Cámara de Diputados fue suspendida después de que legisladores del Partido del Trabajo (PT), encabezados por el Diputado Gerardo Fernández Noroña, se manifestaron en la tribuna en contra del Gobierno de Calderón señalando su supuesto alcoholismo.
«¿Tú dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No, verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?», cuestionaron los petistas con una gran manta con la imagen del entonces Presidente de la República con ojos rojos y una copa. Hubo empujones y gritos. La Diputada panista Josefina Vázquez Mota lo consideró una «calumnia».
A la mañana siguiente, durante su noticiero radiofónico en MVS, la periodista Carmen Aristegui comentó que no era la primera vez que se hablaba de un presunto alcoholismo de Calderón, ya que en redes sociales se aludía a ello de manera frecuente. Aunque reconoció que no contaban con información para corroborarlo, pidió que por ser un asunto grave la Presidencia de la República debía responder de manera clara.
«¿Tiene o no problemas de alcoholismo el Presidente de la República? ¿Debería realmente la propia Presidencia de la República dar una respuesta clara, nítida, formal al respecto? No hay nada de ofensivo cuando alguien, si es que fuese el caso, atraviesa por un problema de esta naturaleza», planteó en vivo aquel viernes de 2011.
En la noche del domingo comenzó en redes sociales el rumor de que había sido despedida. La periodista Lydia Cacho tuiteó: «Presidencia exigió que Carmen leyera carta de disculpa a Calderón. [Joaquín] Vargas se dobló. Carmen NO». El mismo Fernández Noroña, quien actualmente busca la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, no se retractó de lo cuestionado y señaló el acto como «un atropello» a la libertad de expresión.
El Grupo MVS confirmó su salida y negó presiones de Presidencia. «En nuestro código de ética, nos comprometemos a rechazar la presentación y difusión de rumores como noticias. La periodista Carmen Aristegui transgredió nuestro código ético, y decidimos dar por terminada nuestra relación contractual», manifestó.
El 11 de febrero, luego de diversas protestas ciudadanas en las instalaciones de MVS, Los Pinos y en las redes contra «la censura», incluyendo un intento de hackeo al medio, la periodista Aristegui ofreció un posicionamiento público en una rueda de prensa abarrotada.
Negó que el motivo de su despedida hubiera sido por haber transgredido el código de ética de MVS. Confirmó que el presidente del grupo Joaquín Vargas le exigió leer una carta que ella no escribió «para satisfacer la ira Presidencial», por lo que lo rechazó y, durante la conferencia, expuso la «vulnerabilidad» y condicionamiento a los medios por el sistema de concesiones que otorga el Gobierno.
«No hay nada que disculpar, sino al contrario, ratifico la pertinencia de que la Presidencia de la República se manifieste al respecto. Lamento que el Presidente y su familia se hayan sentido ofendidos por el cuestionamiento, pero aún así la pregunta sigue vigente», leyó.
«¿Por qué en México los empresarios de los medios pueden ser sometidos a presiones indebidas para que silencien a los comunicadores?, ¿por qué la sociedad mexicana se tiene que conformar con una sola visión de las cosas? […] ¿Qué clase de democracia es esta que por un comentario editorial que irritó al Gobernante se le corta la cabeza a quien opinó? ¿Cómo es que pudieron elevar desde Los Pinos el grado de exigencia pidiendo casi la humillación por un hecho sobredimensionado?».
Luego de la protestas ciudadanas y de llegar a un acuerdo, Aristegui reanudó la conducción de su noticiero en MVS el lunes 21 de febrero de 2011.
«SE NECESITA TENER CARA»
Más de nueve años después, ahora desde su espacio en Aristegui Noticias–Radio Centro, la periodista Carmen Aristegui calificó su despido de «más que un berrinche» del expanista Felipe Calderón, quien esta semana tuiteó que la posible salida del periodista Carlos Loret de Mola de W Radio era un acto autoritario y «represión» del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Para decir eso, acusó la periodista, se necesita tener memoria y cara.
«Calderón dice que si Carlos Loret de Mola sale del aire, refiriéndose a lo que podría pasar por lo que está sucediendo en Radiópolis, se confirmaría el perfil autoritario, antidemocrático e intolerante de este Gobierno. El más represor en décadas. Bueno, para decir eso se tiene que tener cara, al final de cuentas», acusó en vivo.
Recordó que en su momento denunció públicamente que su despido era «un acto absolutamente autoritario». Le llegó a llamar un berrinche del Presidente, evocó, «pero era mucho más que un berrinche, aquel que emitía Felipe Calderón Hinojosa por haber hecho la periodista una pregunta relacionada con señalamientos que hizo en su momento Gerardo Fernández Noroña».
«En mi papel editorial hice la pregunta que consideré pertinente que era si tenía problemas de alcoholismo sí o no el Presidente de la República. Eso nos costó la salida de MVS. Para decir lo que está diciendo Calderón de López Obrador se tendría que tener memoria y cara», sentenció.
Durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la periodista Carmen Aristegui también fue blanco de censura y espionaje. Luego de publicar el reportaje de la Casa Blanca de Peña Nieto y la entonces Primera Dama Angélica Rivera, así como el caso de la ejecución en Tlatlaya, Estado de México, en 2015 ella y su equipo fueron –otra vez– despedidos de MVS, bajo el argumento de haber «comprometido» la marca en su alianza con la plataforma Mexicoleaks. En 2017, se reveló que activistas y periodistas, entre ellos Aristegui, su equipo de reporteros y su hijo menor, fueron espiados a través del malware Pegasus adquirido por la Procuraduría General de la República (PGR).
En este sexenio, el portal Aristegui Noticias divulgó en mayo de este año una investigación que reveló que directivos de la agencia Notimex, la agencia de noticias del Estado mexicano, hacían uso de “bots” en redes sociales para atacar a periodistas. La investigación fue publicada por Aristegui junto con la organización Artículo 19 y Signa_Lab, un laboratorio interdisciplinario del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Y tras la publicación de este trabajo, los ataques virtuales se dieron en cascada contra Aristegui y su hijo.