México

Ulises tenía alrededor de tres semanas en Silao. Él vivía en Coahuila con la familia de su padre. Su madre contó que tenía dos meses en unión libre con su novia, y vinieron a Silao para presentársela. Tenía planes de formalizar la relación, de emprender un taller de motocicletas, de formar un hogar.

Por Alfonsina Avila

Silao, Guanajuato, 21 de agosto (ZonaFranca).- La madre de Ulises Rojas Flores estuvo buscándolo desesperadamente 24 días. Durante ese periodo denunció, preguntó y pagó supuestos rescates, para descubrir que todo ese tiempo, su cuerpo estuvo en el Servicio Médico Forense de Irapuato.

Con una mezcla de rabia, coraje e impotencia, la mujer oriunda de Silao relató el camino que tuvo que surcar para dar con el paradero de su hijo, cuyo asesinato se cometió el mismo día que fue sustraído. Ahora denuncia la manipulación del caso porque a pesar de las huellas de los golpes y disparos que sufrió, su muerte fue clasificada como “natural” en el acta de defunción.

“Eran muchos días de angustia y desesperación. En el Ministerio Público puse la denuncia, pero no me ayudaron. Mi hijo desde el día que desapareció estuvo en el Semefo de Irapuato ese mismo día lo mataron”, indicó la madre de familia en entrevista con Zona Franca.

El caso de Ulises fue denunciado junto con el de Fernando Israel Martínez por el Colectivo Buscadoras de forma pública, debido a las omisiones, inconsistencias y contradicciones que detectaron. Ambos desaparecieron el 19 de julio en Silao pero fueron identificados hasta el 12 y 14 de agosto, respectivamente.

Ulises desapareció el 19 de julio en Silao. Foto: Enrique García, Zona Franca.

Ulises tenía alrededor de tres semanas en Silao. Él vivía en Coahuila con la familia de su padre. Su madre contó que tenía dos meses en unión libre con su novia, y vinieron a Silao para presentársela. Tenía planes de formalizar la relación, de emprender un taller de motocicletas, de formar un hogar.

“El domingo 19 de julio él salió. Estaba en casa de mi mamá (abuela de Ulises) con su novia. Salió porque les comentó que iba a comprar de cenar. Era alrededor de las 8 de la noche. Salió de la casa y ya no regresó”.

Al día siguiente, la madre de Ulises llegó al mediodía pues ese lunes estaba planeado su regreso a la ciudad de Torreón. Pero la abuela le informó que no llegó en toda la noche.

“Se me hizo raro porque en esos días que tenía aquí no solía hacer eso. Tenía su novia como para que se fuera y no regresara. De repente también me pregunté si lo detuvo la policía y fuimos al Pentágono (Oficinas de Seguridad Pública de Silao) pregunté, pero me dijeron que no, que no estaba ahí”.

Durante ese lunes y martes, fueron a la casa de su hermana, con sus conocidos, a hospitales públicos y privados pero nadie sabía nada. Fue entonces que presentó la denuncia por desaparición en el Ministerio Público. Ese mismo martes, un sujeto la buscó en su casa para decirle qué tipos en un auto gris se lo llevaron frente a su domicilio en la calle 5 de febrero.

“Yo con toda la angustia, le pregunté ¿cómo que se lo llevaron? ¿Quién se lo llevó? Sólo me dijo que llegó un carro gris. Lo subieron. Iban armados. Al parecer eran tres hombres (…) Yo le pregunté ¿si sabía algo su novia? ¿Si le comentó algo?, pero solo que había tenido una discusión con la misma persona”.

A esas alturas, lo único que quería saber era quién se había llevado a su hijo.

Recordó que el 24 de julio, unos hombres que afirmaron ser del “grupo Élite” le dijeron que lo habían rescatado de una casa de seguridad y que “la orden era matarlo, que él no tenía nada que ver, desafortunadamente, porque se juntó con personas que no debía”.

No obstante, le dijeron que tenía que depositar 7 mil pesos para que se lo entregaran con vida. Los números de donde le marcaban pertenecían a otros lugares, concretamente de Poza Rica, Veracruz.

Ulises tenía alrededor de tres semanas en Silao. Él vivía en Coahuila con la familia de su padre. Foto: Enrique García, ZonaFranca.

“Después me pedían 100 mil pesos. Cuando me pidieron que depositara más, yo le dije que yo no tenía más dinero que yo estaba consiguiendo. Y me dijeron que en 25 minutos le iban a dejar a una cuadra de mi casa. Pasaron 25 minutos y jamás pasaron”.

La madre de Ulises cuenta que dentro de la búsqueda, no quería visitar el Semefo. Se negaba a creer que su hijo estuviera muerto. Tenía esperanza.

“Ya me habían dicho que la carpeta la habían enviado a Irapuato el día que yo fui. Para que me dejaran ver las fotos de las personas no identificadas, le dije que venía de Silao que me habían dicho que la carpeta de investigación, ya estaba allá (…) me dijeron por dónde para ir a los edificios de homicidios”.

La madre de Ulises cuenta que dentro de la búsqueda, no quería visitar el Semefo. Se negaba a creer que su hijo estuviera muerto. Foto: Enrique García, ZonaFranca.

Llegó al Departamento de Homicidios donde le atendieron unos Agentes de Investigación Criminal, quienes le indicaron que de acuerdo a las características de su hijo y a la fecha subieron en una camioneta para llevarlo al Semefo.

“Uno de los agentes saca su teléfono y empieza a buscar (…) se me quedó viendo el agente y me dijo ‘le voy a enseñar unas fotos para ver si lo reconoce’… Era su ropa. También del tatuaje en el pecho… le dije que era él”.

No había dudas. Le tomaron la declaración sin estar preparada y le pidieron llevar un acta de nacimiento para que le liberaran el cuerpo.

La búsqueda duró 23 días. Foto: Enrique García, ZonaFranca.

“Mi hijo me lo entregaron cuando su cuerpo ya se estaba deteriorando. Cuando yo lo veo ya en la bolsa, no estaba limpia. La funeraria hace lo que tiene que hacer, pero realmente no tuvieron cuidado en el cuerpo. Ya se estaba empezando a descomponer”.

Ulises tenía golpes, balazos en tórax y cabeza, al menos tres disparos. Tenía 24 días en el Semefo.

Ahí se dio cuenta de otra irregularidad, pues en el acta de defunción, pese a describir las condiciones de violencia que presentaba el cuerpo, la causa de la muerte dice: “natural”.

“Miraba en las noticias un comunicado, que decía que los índices de violencia, a raíz de que agarraron El Marro, habían bajado. Pero en lo particular pienso que están maquillando la cifra de homicidios dolosos, porque en mi acta de defunción pusieron que mi hijo había muerto de muerte natural cuando no fue así”.

En el proceso conoció a la esposa de Fernando Israel. Ella la contactó cuando supo de su caso pues su esposo desapareció el mismo día, sólo con horas de diferencia. A los dos los tiraron en el área suburbana entre Irapuato y Silao; a Ulises en el camino a la comunidad de Lo de Juárez, junto al parque industrial Castro del Río.

“Las autoridades no nos ayudan en nada y al contrario, tapan las cifras de los homicidios dolosos para decir que todo está bien, cuando la realidad es otra”, así lo sentenció la madre de Ulises, quien ahora espera más resultados de la investigación de su asesinato, en medio de un clima de inseguridad y violencia que para ella, definitivamente se ha recrudecido.

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Redacción/SinEmbargo

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