No serían 100 por ciento confiables, pero detectarían altas cargas del virus con una muestra en una tira de papel que cambiaría de color con el positivo.
Harvard defiende que una persona podría hacerse un test cada dos días.
Ciudad de México, 31 de julio (Economía Hoy).- Un grupo de expertos de Harvard está trabajando en la forma de potenciar una serie de test rápidos que podrían adquirirse a un precio muy bajo en farmacias y servirían para detectar altas cargas de COVID-19 dentro de un organismo. Un simple mecanismo que podría cambiar el curso de la pandemia y daría mayor tranquilidad en empresas y escuelas, así como haría más que posible los test masivos.
A través de una simple tira de papel y un pequeño tubo de ensayo. Echas un poco de saliva y si tienes el virus, la tira cambia de color. Así es el modelo que los investigadores de Harvard están implementando para poder alimentar en unos meses a gran parte de la población con test rápidos y baratos.
Estos aseguran que podrían venderse en lotes de 50 a un precio de 50 dólares (unos mil pesos) y servirían para asegurar una prueba cada dos días por persona durante dos meses. «Las pruebas simples en casa contra el coronavirus podrían ser la clave para ampliar los test e impedir la propagación de la pandemia», ha reflejado Michael Mina, profesor de epidemiología de Harvard.
NO SERÁN 100% CONFIABLES
Estos test rápidos, aún en pruebas, habrían surgido ante la problemática en varios lugares de Estados Unidos para tener los resultados de las pruebas en menos de 15 días. «Una prueba de diagnóstico debe servir a tiempo para usar la información. Con demoras de más de siete días, nuestras pruebas a menudo equivalen a solo teatro», han remarcado los investigadores.
Sin embargo, estos test tendrían un pequeño problema y es que no serían 100% fiables. Pese a ello, detectarían cargas altas del virus y propiciarían más seguridad entre los asintomáticos para, en caso de tener el virus, proceder a realizarse una PCR. «Si toda la población de Estados Unidos hiciera esto todos los días, disminuiríamos drásticamente nuestras tasas de transmisión y controlaríamos la pandemia. Las escuelas y las empresas podrían reabrir con la tranquilidad ya que se identificarían los individuos infecciosos y éstos se quedarían en casa», han sentenciado.