El Cártel Jalisco Nueva Generación tiene presencia en las alcaldías Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Tlalpan, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, y se expandían en las alcaldías en la Miguel Hidalgo y Benito Juárez. No obstante, el ataque inédito y nunca antes visto ocurrido ayer en contra del Jefe de la Policía capitalina, Omar García Harfuch, evidenció su poder en la Ciudad de México.
Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).– La capacidad operativa y de armamento que tiene el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la Ciudad de México quedó evidenciada en el ataque inédito que perpetró en contra del Secretario de Seguridad Ciudadana capitalina, Omar García Harfuch, que dejó al funcionario herido y tres personas muertas.
«La capacidad de operación la demostró (el CJNG) e hizo algo que nunca se había hecho en la Ciudad de México. Antes se habían perpetrado ataques y ejecuciones de autoridades como de otros líderes, pero por lo general se trataban de ataques hechos por una o dos o tres personas con armas de menor calibre. Acá no. Acá parece que hubo una planeación larga. Los que lo perpetraron (el atentado) no solo es un número muy grande, sino que usaron varios vehículos, usaron sicarios simulando ser trabajadores de obras, usaron armas como la Barret. Yo no recuerdo que alguna de las organizaciones (criminales) haya usado una Barret en la Ciudad de México”, explicó Víctor Manuel Sánchez Valdés, investigador y especialista en seguridad pública.
Anoche, casi al cierre dela edición de SinEmbargo, autoridades detuvieron a José Armando Briseño de los Santos, alias “El Vaca”, señalado como autor intelectual del ataque a Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.
De acuerdo con los primeros reportes, el sujeto le habría prometido miles de pesos a los que atentaron contra la vida del funcionario en Lomas de Chapultepec.
Agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CdMx) localizaron al sujeto en la Alcaldía Tláhuac. Una fotografía lo muestra bajo custodia mientras utiliza un cubrebocas.
Briseño de los Santos es señalado como jefe de sicarios del Cártel Jalisco nueva Generación en Tonalá, Jalisco. Otras cuatro personas habrían sido capturadas junto con este sujeto.
Cerca de las 06:35 horas del viernes 26 de junio un grupo de hombres armados con granadas y rifles calibre .50 –armamento utilizado en guerras como la de Irak– emboscaron al Secretario de Seguridad Ciudadana Omar García Harfuch y a su equipo de escoltas en la colonia Lomas de Chapultepec, en la Alcaldía Miguel Hidalgo. Como resultado del ataque murieron dos integrantes del equipo de seguridad del Jefe de la Policía y una civil; además, dos personas resultaron heridas.
Aunque las investigaciones aún siguen su curso, el propio García Harfuch adjudicó el atentando al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), considerado uno de los grupos delictivos más peligrosos del país y del mundo, y cuya presencia belicosa que lo caracteriza no se había hecho tan notaria en la Ciudad de México.
LOS CÁRTELES EN LA CDMX
Las autoridades locales, regionales e incluso federales por muchos años negaron la presencia operativa de los grandes cárteles de la droga en la capital. Lo más que reconocían era la existencia de grupos delicuenciales o células delictivas.
Víctor Manuel Sánchez Valdés, doctor en Políticas Públicas por el CIDE y especialista en seguridad pública, destacó que los grandes cárteles de la droga han estado en la Ciudad de México desde hace varios años.
“Practicamente todos los cárteles importantes del país tienen representantes en la ciudad y por eso esporádicamente se oye un asesinato de una y otra persona vinculada a un cártel», dijo.
La Ciudad de México es el mayor mercado de consumo del país, no solo de productos ilegales, también legales. “Es una zona que le sirve a todas las organizaciones criminales y ello implica que cualquier organización importante esté interesante en la ciudad”, añadió el investigador.
El especialista en seguridad apuntó que por las características propias de la Ciudad de México la presencia no era tan notoria como en otras zonas del país, donde se registran varios enfrentamientos.
Un atentado como el ocurrido en contra del titular de la SSPC, explicó el investigador, es difícil de implementar, más en la capital con tanto tráfico, en un área con mucha aglomeración, con tantas cámaras y efectivos policiacos. Esta situación complica la huída para los agresores, y eso quedó demostrado con este ataque donde detuvieron a doce personas de procedencia de la Ciudad de México, Guadalajara, Guerrero, Nayarit, Chihuahua, Michoacán y uno de nacionalidad colombiana, como los presuntos responsables.
“Aunque sea una gran operación, también hay una gran dificultad para huir […] Por ende, la lógica de operación (del crimen) en Culiacán (Sinaloa), Apatzingán (Michoacán) u otro estado no puede ser la misma que la Ciudad de México porque las condiciones son distintas, pero eso no quiere decir que organizaciones criminales y que los grandes cárteles no tengan presencia en la ciudad”.
En un mensaje a medios, la Fiscalía de la Ciudad de México confirmó que detrás de la emboscada hubo una gran planeación que se realizó desde hace semanas.
“Como resultado de las entrevistas realizadas a los detenidos se tuvo conocimiento que posiblemente fueron contratados con tres semanas de anterioridad al evento y que recibirían una cantidad de dinero a cambio. Asimismo, se logró saber que fueron organizados en cuatro células conformadas por siete integrantes cada una y fueron concentrados en la Ciudad de México”, detalló la autoridad ministerial.
Un día antes de la emboscada, abundó la Fiscalía capitalina, aproximadamente a las 22:00 horas, los encapuchados recogieron el armamento y fueron llevados a tres diferentes puntos en las inmediaciones de las Alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, los cuales fueron los lugares señalados en donde interceptarían la camioneta en donde viajaba el Secretario de Seguridad Ciudadana y donde se realizaría el ataque.
Los tres puntos coinciden en que son de alta aglomeración: Monte Blanco y Av. Paseo de la Reforma, Colonia Lomas de Chapultepec, Alcaldía Miguel Hidalgo; Hamburgo y Florencia, colonia Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, y Monte Blanco y Explanada, colonia Lomas de Chapultepec, Alcaldía Miguel Hidalgo, este último fue donde sucedieron los hechos.
“El atentado refuerza la idea que a lo largo de los años se ha estado negando: la presencia y la capacidad de las organizaciones en la Ciudad de México. Los hechos desmontan esta hipótesis; el crimen ya está, opera en la Ciudad de de México y tiene capacidad de realizar de realizar actos (como el atentado)», dijo Sánchez.
ASÍ LLEGÓ EL CÁRTEL JALISCO
La mañana del 6 de febrero de 2018 dos mantas aparecieron en el Periférico, entre Río Hondo y Chihuahua, en la Alcaldía en Álvaro Obregón, al sur de Ciudad de México. En el mensaje, presuntamente el Cártel Jalisco Nueva Generación anunciaba que había llegado a la Ciudad de México.
La organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, el fugitivo más buscado por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), tiene presencia en el 75 por ciento del territorio, de acuerdo con datos del Congreso estadounidense, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y la Fiscalía General de la República (FGR) de México.
A finales de 2017, informes de autoridades mexicanas y de la DEA señalaban que la empresa delictiva jalisciense, de origen michoacano, operaba por lo menos en 22 estados del país. Dos años después, en 2019, el control territorial aumentó a 25 estados de los 32 que existen en la división política de México.
Los gobiernos de ambos países cuentan con datos de la presencia de células del CJNG en Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas
En la Ciudad de México, se estima que el cártel de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, llegó desde antes de 2017.
“El CJNG ya tiene varios años operando en la Ciudad de México”, añadió Víctor Sánchez, creador del «Mapa de organizaciones criminales que tienen presencia en la capital de la República», presentado por la organización Causa Común.
El investigador en temas de crimen recordó que durante algunos años, alrededor de unos cinco o seis, el CJNG fue una organización aliada de la Unión de Tepito. Posteriormente, tuvo disputas con la Unión y empezó apoyar a la Anti-Unión de Tepito, pero al mismo tiempo, la organización de “El Mencho” iba introduciendo a sus propios narcomenudistas.
El CJNG tiene presencia en las alcaldías Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Tlalpan, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, y se expandían en las alcaldías en la Miguel Hidalgo y Benito Juárez, según han documento en diversos medios donde se han hecho públicos presuntos documentos de las autoridades policiacas de la Ciudad de México.
No obstante, Javier Sánchez señaló que el Cártel Jalisco también tiene presencia en la Alcaldía Iztapalapa, Venustiano Carranza, Coyoacán, Xochimilco, Iztacalco y Tlalpan.
“Lo que tienes en la Ciudad de México es un crecimiento muy importante del Cártel Jalisco Nueva Generación; opera en muchas de las alcaldías y en cierta medida se puede decir que ya es la organización dominante en la Ciudad de México. Si bien no es tan claro, sí es la organización que más ha crecido en la Ciudad de México en los últimos años”, expresó.
Sin embargo, el analista aclaró que aunque el CJNG sería el grupo delictivo más importante por su rápida expansión, tampoco es el único: “no hay una organización que sea única o dominante en la Ciudad de México, sino que hay muchas organizaciones interactuando”.
MOTIVO DEL ATAQUE
Para el experto en seguridad, el atentado sí podía estar relacionado con las labores de Omar García Harfuch para entorpecer el proceso de expansión del CJNG en la capital.
“El costo para la organización delictiva es muy alto. La organización tuvo que esperar haber ganado algo derivado de ese ataque. Es decir, sí puede darse el caso, como han tratado de mencionar las autoridades federales y las de la Ciudad de México, que alguna acción de Omar García estuviera entorpeciendo o afectando a la organización y por eso quisieron hacer un atentado para hacer a un lado a un funcionario que les está estorbando en un proceso de crecimiento”, expresó.
Aunque el especialista no descartó que incluso el ataque podría ser un reto o afrenta directa al Estado Mexicano, algo como un acto de propaganda para ellos como criminales.
“A la organización le costó este ataque. Le costó 12 sicarios, le está costando armamento, vehículos, es decir, para llevar acabo el atentado tuvo que hacer una inversión muy grande. El atentado de hoy cuesta y no solo en términos monetarios, sino en el hecho de que desde ahora las autoridades estarán más enfocadas en atacar esta organización por llevar un acto violento”, dijo.
La Fiscalía de la Ciudad de México confirmó el aseguramiento de varias armas de fuego de diferentes calibres, un fusil Barret, granadas de fragmentación, granadas de humo, equipos telefónicos, equipos de radiocomunicación, chalecos balísticos y 13 vehículos.