La primera fase del Tren Maya será en vías ya existentes, pero «es engañoso» presentar una Manifestación de Impacto Ambiental solo regional porque el proyecto contempla centros inmobiliarios aledaños a las 19 estaciones. Además, se entregó a la Semarnat después de la consulta indígena que requiere ser informativa, acusaron activistas de la Península de Yucatán.
Ciudad de México, 21 de junio (SinEmbargo).– Después de una consulta indígena cuestionada por Naciones Unidas, luego de iniciar la rehabilitación de las vías el 30 de abril y tras la inauguración del megaproyecto el 1 de junio, hasta entonces, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ingresó el martes la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en su modalidad regional solo para la operación de la vía férrea del Tren Maya en los tres primeros tramos de Palenque, Chiapas, a Izamal, Yucatán. Aunque falta que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la apruebe.
Activistas de la Península de Yucatán acusaron que la MIA regional es tardía y parcial, ya que los estándares internacionales de las consultas indígenas exigen que los estudios de impacto ambiental, social y cultural se realicen antes de los procesos consultivos para que durante la etapa informativa se debatan. No fue así. Además, dijeron, no es suficiente el argumento de Fonatur de que no era necesaria por ser un área con derecho de vía existente, porque el proyecto contempla polos de desarrollo alrededor de las estaciones, por lo que exigieron una MIA general.
«El Tren Maya ha levantado muchísima crítica y opinión», dijo esta semana el Secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo Manzur, en una conferencia organizada por la UNAM. «Ahorita justamente estamos en el punto neurálgico porque Fonatur –la institución encargada de desarrollar el proyecto en la Península de Yucatán– acaba de entregar su primera Manifestación de Impacto Ambiental. Estamos ahorita en eso. Yo les pido paciencia a los críticos. Hay toda una explicación para esto y el martes próximo [23 de junio] daremos una larga conferencia para hablar de esto. Ya verán».
Ángel Sulub, activista de Quintana Roo, creía que era broma el comunicado de Fonatur, pero cuando leyó el resumen de la MIA regional en su lengua originaria terminó de creerlo. «Es un argumento muy ridículo y engañoso. El proyecto no solo es para rehabilitar la vía, tiene obras asociadas en toda la ruta como el desarrollo de centros urbanos, la agroindustria y masificación del turismo que tendrán un impacto», dijo el poeta maya. «Este estudio de todos los impactos debió haberse presentado en las consultas, que debieron llevarse de manera adecuada».
La Manifestación de Impacto Ambiental modalidad regional asegura que el proyecto en su primera fase cumple con lo establecido en el artículo 35 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA), en cuanto a que se ajusta a la regulación jurídica ambiental vigente y, dice, aunque «no se generarán impactos negativos relevantes» que pudieran afectar el Sistema Ambiental Regional, se proponen las medidas de mitigación correspondientes.
«Este megaproyecto tendrá un impacto general. No se pueden presentar estudios parciales o por partes», aseguró Sulub. «El agua que corre debajo del subsuelo nos conecta a toda la Península de Yucatán, por lo que el impacto que habrá en los cenotes de Yucatán afecta al acuífero maya en Quintana Roo, y el área de Campeche. Todo está interconectado».
Onésimo, de Palenque, Chiapas, coincidió en que el impacto ambiental será por los proyectos alrededor del Tren. Las comunidades de El Naranjo, Venustiano Carranza, López Mateos y otras chiapanecas están alrededor de las vías. «A la gente de las comunidades les están diciendo que harán un andador turístico a caballo, de montaña y en bicicleta. Eso significará tirada de árboles y destruir parte de ese medio ambiente donde viven monos saraguato, monos araña y un montón de aves; es su hábitat», lamentó.
«Es cierto que ya están las vías, pero hay algunos ejidos como el de Lacandón, en Palenque, donde enderezarán la vía del tren, lo que provocará que muevan varias casas. La gente no está de acuerdo en reubicarse y está dispuesta a organizarse para resistir», aseguró.
Además, si el Tren Maya avanzará con biodiesel –antes de transitar al hidrógeno–, el impacto será negativo. Expuso que en Palenque está la empresa Palma Tica procesando el aceite de la palma africana para producir ese combustible, lo cual ha generado deforestación y daños a la salud de la población por los desechos y olores. «La gente se queja de ganas de vomitar y dolores de cabeza», aseguró de acuerdo con un reportaje del Diario de Palenque.
LOS PASOS DE FAUNA
Como parte de las medidas de mitigación, el Tren Maya contará con pasos de fauna con puentes aéreos y pasos subterráneos acondicionados con vegetación que ayuden a que el jaguar, ranas, serpientes, mono araña, entre otros circulen libremente y se evite fragmentar los ecosistemas. Se contará con la licitación y el estudio sobre cantidad, ubicación y características para diciembre de este año. Asimismo, se impulsarán proyectos de reforestación y el manejo de residuos sólidos urbanos y de manejo especial durante la construcción y operación.
El activista maya Ángel Sulub volvió a reírse porque, dijo, los pasos subterráneos son un contrasentido en un área donde el suelo es kárstico y el subsuelo tiene agua, por lo que se han registrado diversos socavones y, agregó, el manejo de residuos aún no se ha resuelto en Cancún, Playa del Carmen ni Tulum.
Desde Palenque, donde inicia la rehabilitación de las vías, Onésimo coincidió en que no serán suficiente los pasos de fauna, porque los animales se espantan ante las multitudes. «Con la pandemia cuando la gente ha estado en su casa, los animales empezaron a salir. Pero con este proyecto llegará más gente en los ejidos y alrededores, por lo que no creo que sea una alternativa para que transiten libremente», consideró.
Para el director general de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, México tiene un legado ferroviario y el Tren Maya es «nuestra oportunidad» de hacerle justicia. Ha asegurado que se llevó a cabo «la mayor consulta indígena» para un proyecto de infraestructura llevada a cabo en Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo por donde rodarán en mil 500 kilómetros.
Entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre de 2019, tiempo récord considerando la dimensión de la obra, se llevó a cabo el proceso de consulta indígena, con los líderes y autoridades representativas de las localidades y comunidades pertenecientes a los pueblos indígenas presentes en 112 municipios de influencia social del tren. Se llevaron a cabo 30 asambleas (15 informativas y 15 consultivas), participaron 10 mil 305 personas pertenecientes a mil 078 localidades indígenas maya, ch’ol, tseltal y tsotsil.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) asistió a cuatro de las 15 asambleas informativas y a ocho de las 15 asambleas consultivas, las cuales deben ser previas, informadas, culturalmente adecuadas y de buena fe. Observó que la información presentada solo hizo referencia a los posibles beneficios del proyecto y no a los impactos negativos que pudiera ocasionar, a pesar de que los participantes los preguntaron; la definición de a quién consultar, dónde hacerlo y en qué momento fue establecido unilateralmente por las autoridades por lo que los tiempos fueron muy cortos con traducciones inadecuadas; y la mayoría de quienes participaron eran autoridades municipales y ejidales.
El activista maya Ángel Sulub agregó que nunca les hablaron del impacto ambiental, social ni cultural en sus territorios, por lo que las asambleas fueron «un ejercicio de simulación» para «legitimar» al Tren, porque no estaban informados. Se volvieron espacios de quejas sobre necesidades locales de agua, tierra e infraestructura, recordó, y Fonatur les aseguraba que el Tren resolvería ello.
Onésimo compartió que en Palenque, Ocosingo, Salto de Agua, Tumbalá y otras comunidades chiapanecas el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (Inpi) les repartió volantes sin mencionar los impactos ambientales, solo enfatizando «el desarrollo» y su derecho a la consulta indígena. En las asambleas poca gente participó al creer que independientemente de lo que contestaran, «el Gobierno iba a manipular las cifras y hacer lo que quiere», dijo.
LA FASE CON DERECHOS DE VÍA
El Tren Maya tendrá dos fases de construcción. La primera, en proceso, contempla únicamente las obras sobre derechos de vía ya existentes en el 95 por ciento de la ruta, según Fonatur, y 40 por ciento según Greenpeace. El compromiso es tener el primer tramo del proyecto de Palenque a Valladolid funcionando para el 2023. La segunda etapa contemplará obras que por mejoramiento del trazo ocupan predios con vegetación y sin derecho de vía, por lo que las Manifestaciones de Impacto Ambiental se presentarán oportunamente.
«Las obras del Tren Maya que se llevan a cabo actualmente pertenecen a la primera fase, en la que los tramos de vía ya existen y hay operación ferroviaria. Por esta razón, la Semarnat otorgó una exención a la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en los tramos que corresponden a lugares con derecho de vía existente. Es decir, el Tren Maya no tiene la obligación de solicitar una autorización ambiental, toda vez que no se trata de una obra nueva, sino de rehabilitación y mantenimiento para mejorar la seguridad operativa», explicó Fonatur en un comunicado.
Esta primera fase cruzará por los municipios de Palenque y La Libertad (Chiapas); Emiliano Zapata, Tenosique y Balancán (Tabasco); Candelaria, Escárcega, Champotón, Campeche, Tenabo, Hecelchakán y Calkiní (Campeche); y Halachó, Maxcanú, Kopomá, Chocholá, Umán, Mérida, Kanasín, Tixpéhual, Tixkokob, Cacalchén, Bokobá e Izamal (Yucatán). El Proyecto “Tren Maya Fase 1” contará con 13 estaciones ferroviarias, 146 pasos vehiculares, 24 viaductos, tres bases de mantenimiento, un taller de mantenimiento, pasos de fauna, obras de drenaje y dos estaciones de carga.
Esta etapa no contempla la comunidad de Xpujil, Campeche, la cual obtuvo una suspensión contra el tramo de Escárcega a Chetumal de la obra de infraestructura más importante del sexenio, por la violación a estándares internacionales sobre su derecho a la consulta indígena.
«Se implementará un Sistema de Gestión y Manejo Ambiental (SGMA), mismo que contiene todas las medidas propuestas en la Manifestación de Impacto Ambiental modalidad Regional del Proyecto ‘Tren Maya Fase 1’ con objeto de dar seguimiento y debido cumplimiento», asegura Fonatur.
Además las empresas que ganaron las licitaciones, para acciones de mantenimiento y rehabilitación de la vía férrea dentro de sus derechos de vía, las llevan a cabo «bajo estricta supervisión ambiental» y con base en lo establecido en el artículo 6 del Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) en materia de Impacto Ambiental, dice Fonatur.
No obstante, el poeta maya Ángel Sulub criticó que Fonatur hable de «beneficios ambientales» como una producción agrícola amigable, «cuando sabemos que la agroindustria cuenta con plaguicidas y agrotóxicos que envenenan la tierra, contaminan el agua y matan a las abejas»; y que impulsará la conexión biológica, aunuqe «la fragmentación de ecosistemas será más grave» al dañar los cenotes, arrecifes y mares.
FONATUR PIDE MIL HECTÁREAS EN BACALAR
La asamblea ejidal de Bacalar aprobó estudios en seis hectáreas para la estación Bacalar del Tren Maya, correspondiente a una fase aún sin iniciar. Pero el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) les pidió mil hectáreas más a lado para el paradero denominado «Comunidades sustentables» que habrá en las 19 estaciones previstas.
Argumenta que sería en asociación con los ejidatarios para que renten sus tierras a proyectos inmobiliarios, pero como asamblea no han decidido si les conviene.
Después de la reunión de este jueves con coordinadores de Fonatur del estado, Luis Chimal Balam, comisario ejidal de Bacalar, dijo vía telefónica que no se abordó ese tema, solo preguntaron las necesidades pendientes del ejido sobre la invasión de tierras.
«No hubo ningún acuerdo ni se platicó nada de ello», aseguró Chimal. «Estos representantes que vinieron ayer [jueves18 de junio] no dijeron nada sobre las mil hectáreas».