A lo largo de varias décadas en el sector financiero, la economista y empresaria Patricia Armendáriz vierte toda su experiencia en Crisis, un atinado análisis de la situación actual y su proyección en los próximos meses, para brindar una luz al final del túnel de incertidumbre económica que atravesamos.
Patricia responde las preguntas que tanta ansiedad causan: cuánto va a durar y cómo impactará la crisis en cada sector, cuáles serán los nuevos retos y las estrategias para contrarrestar el golpe económico. Aquí la charla con la autora de un libro que busca sostener la economía mexicana a través del pilar más importante del empleo en el país: las Pymes.
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).- Patricia Armendáriz vierte en este primer libro toda su experiencia a lo largo de varias décadas en el sector financiero, como economista, empresaria social e inversionista de capital, para brindar una luz al final del túnel de incertidumbre económica que atravesamos como sociedad desde la llega de la COVID-19.
«A la salida de la pandemia, el mundo habrá cambiado en muchos sentidos, de hecho ya cambió. Todo lo que hacíamos antes por inercia, como el transporte, las compras y el trabajo en oficina, va a cambiar», asegura la autora de Crisis, un atinado análisis de la situación actual y su proyección en los próximos meses.
Patricia responde las preguntas que tanta ansiedad nos causan: cuánto va a durar, cómo impactará la crisis en cada sector, cuáles serán los retos de la «nueva normalidad» y qué estrategias y consejos debemos de seguir para contrarrestar el golpe económico.
«El reto más importante de todas las pymes mexicanas es sobrevivir, en primer lugar, y después aguzar sus sentidos para saber hacia dónde se van a re orientar».
Puntos y Comas presenta esta charla con la autora de un libro que busca, mediante la suma de todos los esfuerzos, beneficiar y sostener la economía mexicana a través del pilar más importante del empleo en el país: las pequeñas y medianas empresas.
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—Tienes una amplia trayectoria como economista y este es tu primer libro. ¿Por qué decidiste iniciar este proyecto?
—Toda mi vida me he dedicado al sector microempresario, pues es el sector que más desarrollo ofrece a México. Hace un año, la editorial me pidió un libro donde contara la historia de mi empresa, pero ya en proceso el libro, se tuvo que posponer la edición por la crisis del coronavirus. Durante el tiempo que arrancó la crisis, los microempresarios comenzaron a pedirme consejos de cómo paliarla, y como yo en mi propia empresa estaba lidiando con las mismas cosas, comencé a subirles videos. Fue entonces que Penguin me propuso que mejor ese contenido lo pasara a un libro en un ejemplar oportuno, rapidísimo, para poder apoyar a las pymes. Así fue como surgió. Respecto a la parte técnica, soy doctora en economía, estoy acostumbrada a investigar. Lo que hice fue plasmar todas mis reflexiones e investigaciones que realicé para entender hacia dónde iba mi propia empresa.
—Con la crisis actual que ha golpeado a varios sectores económicos, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las pymes y la economía en general en México?
—Todo este sector está realmente muy afectado porque todo el consumo se colapsó, con excepción de algunos sectores como los medios digitales, el entretenimiento en casa y los alimentos básicos, todo lo demás se colapsó. El reto más importante de todas esas pequeñas y medianas empresas es sobrevivir, en primer lugar, y después visualizar hacia dónde van, qué sectores se recuperarán más rápido, qué sectores más lento, y cuáles posiblemente nunca se recuperen, pues la estructura del consumo ha cambiado.
Todos los pequeños y medianos empresarios tienen que aguzar sus sentidos para saber hacia dónde se van a reorientar y reinventarse. Por eso yo menciono cuáles son las técnicas que deben desarrollar para su sobrevivencia mientras salen al otro lado del túnel. También planteo qué tipo de mundo me imagino que va a surgir y las nuevas oportunidades de negocio. Todo esto es lo que escribo en el libro,
—Mencionas la palabra «reinventar». La compra online, las apps de entrega a domicilio y el streaming son formas de consumo que ya conocíamos pero que hemos integrado más a nuestra vida a partir del confinamiento. ¿Nos adaptaremos a estas formas de consumo, incluso regresando a la «nueva normalidad»? ¿Las pymes se tienen que abrir mayor paso al mundo móvil y digital?
—A la salida de esta pandemia, el mundo habrá cambiado en muchos sentidos. El mundo de hecho ya cambió. Yo creo que las empresas aprendimos a utilizar de una manera más eficiente los servicios digitales de todo tipo, como los que mencionas, además de evitar el transporte público y trabajar de forma home office. Todo eso que hacíamos antes por inercia va a cambiar en su mayoría.
Muchas empresas como la mía vamos a mejorar nuestras técnicas de home office, pues nos dimos cuenta de que eso mejoró la productividad de los empleados pues ellos mismos incrementaron su calidad de vida. Nos dimos cuenta de que no era necesario que estuvieran durante todo el día, todos los días en las oficinas. También por lo mismo se van a modificar algunos hábitos de consumo.
La gente va a salir pensando que el mundo es más incierto de lo que esperábamos y se va a volver más cautelosa en el manejo de su dinero, posiblemente las cuentas de ahorro van a aumentar para aliviar los momentos difíciles y por lo tanto los consumos más innecesarios van a disminuir. Las pymes tienen que entender todo esto para saber a dónde van a enfocarse y cómo se van a reinventar.
También pienso que habrá un incremento en la demanda de Estados Unidos por productos mexicanos para sustituir los chinos y debemos estar preparados para ese panorama. Creo que esta es una gran oportunidad en todos los sentidos.
—Incluso algunas marcas solamente utilizan Instagram como herramienta para difundir sus productos o hacer menciones de patrocinadores…
—Me parece una manera de innovar. Yo lo que le digo al emprendedor y a la pyme es que tiene ahora una oportunidad de innovar y utilizar su creatividad. Yo creo que son facultades muy positivas en el ser humano: el placer de resolver cosas, de crear nuevas herramientas. Cada vez más hay disponibilidad de ese tipo de plataformas que tienen mejoras continuas. Ya pasaron de Facebook a Instagram y seguramente van a inventar otra manera de hacer las cosas más rápido. Sin duda para las pymes estos elementos tecnológicos son una gran manera de crecer.
—¿Cuáles son los errores más comunes de las pymes en México? ¿En qué puntos débiles pueden trabajar para mejorar?
—El gran reto que enfrenta la pyme mexicana es el de escalar, porque si te quedas chiquito nunca vas a tener productividad, tus ingresos van a ser pequeños al igual que tu demanda de consumo y por lo tanto no vas a crecer. Para que la pyme encuentre áreas de «escalabilidad» debe revisar métodos para acceder a mercados más amplios en México o en el extranjero, utilizando las tecnologías disponibles ahorita, como lo son todos los motores de búsqueda de segmentos de consumo y de consumidores. Esto también lo menciono mucho en el libro.
—¿Cómo ves el panorama de México en los próximos meses? ¿Qué estrategias van a utilizar los grandes empresarios y las pymes para el recuperamiento de la economía?
—Es un panorama muy dinámico pero principalmente muy esperanzador porque nos va a dar la oportunidad como seres humanos, como individuos, como empresarios, de crecer y de superarnos. Es por eso que saco por conclusión en el libro que las crisis son grandes oportunidades. En cuanto al panorama económico en general, yo creo que esta crisis es muchísimo más profunda que la del 2008 y que la del 94. La del 2008 no nos pegó tan duro porque no estábamos integrados en los servicios financieros que dieron lugar al colapso de la crisis financiera mundial en aquel entonces. Por otro lado en el 94 caímos ocho por ciento del PIB y esta vez yo creo que vamos a caer un poco más incluso, un diez u once por ciento.
La capacidad de regreso a un crecimiento anterior, es decir el rebote, yo creo que va a ser rápido porque el Gobierno está encargándose de abrir la economía a pesar de que la pandemia está en su momento más difícil. Eso quiere decir que está preocupado porque la economía se recupere lo más veloz posible. Por lo que estoy viendo, la parte más importante que están tratando de recuperar es el sector exportador para aprovechar las ventas con el tratado de libre comercio, por lo tanto estoy siendo optimista en que eso nos recupere rápido. El reto para México es crecer más allá de lo que veníamos creciendo. Antes de la pandemia el país ya no estaba creciendo porque las nuevas reglas del juego en el nuevo Gobierno sembraron incertidumbre en el sector empresarial y eso dañó la economía de manera temporal. Falta que el sector empresarial entienda, tenga confianza y las acepte.
Este Gobierno no es gastón, tiene muchas restricciones y sabe que emitir deuda puede ser fatal. Por lo mismo, no está utilizando medidas típicas anticíclicas de salvar empresas, como lo está haciendo Estados Unidos, porque no tenemos esa posibilidad en un ambiente de austeridad. La apuesta es justamente: lo poco que tengo de dinero para gastar, lo estoy mandando al sector más vulnerable en esta crisis. Se está programando un presupuesto para auxiliar a cuatro millones de microempresarios en la base de la pirámide, a través de créditos muy blandos. Es una apuesta muy rara, una apuesta inédita, nunca en mi vida de economista un país que no aplicara las típicas medicinas de auxilio al sector más fuerte, que son las empresas, y en lugar de eso auxilia al más débil.
No sé cuál será el resultado, pero creo que antes de la crisis ya se venía contemplando en todo el mundo esta idea: desarrollar el mercado interno con medidas redistributivas para ser sustentable como país. Es un fenómeno mundial que se estuvo cuestionando desde el principio las políticas que favorecían el desarrollo de las grandes empresas, pues se decía que estas iban a favorecer a la sociedad en general, lo cual no sucedió. Creo que México será de los primeros en aplicar esta política. No sé si va a funcionar, pero creo que es el enfoque correcto no endeudarse y mandar los pocos recursos que existen a la base de la pirámide.
—¿Consideras que los mexicanos no tenemos una buena cultura financiera? ¿Cargamos con malos hábitos de consumo y ahorro?
—Últimamente he estado metida en estudiar la economía de la base de la pirámide y me di cuenta de que mientras menos dinero tienen los consumidores, mientras más pobres son, mayor es el porcentaje del ingreso que usan para el ahorro. Gastan menos, en proporción a su ingreso, que los que ganan más. Es curioso porque mientras te vas moviendo de menor a mayor ingreso, la proporción de gasto con respecto al ahorro va aumentando, y cuando llegas a los muy altos ingresos, otra vez el ahorro vuelve a subir con respecto del ingreso total.
Eso me lleva a pensar que la gente pobre en México tienen una educación financiera básica porque sabe que tiene que guardar dinero porque es la que más apuros puede tener para los imprevistos y emergencias, pues no cuenta el acceso a un crédito o sistemas de bienestar. El ahorro es su único instrumento para enfrentar la incertidumbre. En cambio la clase media es la que es «víctima» del consumismo aspiracional para tener un mejor carro, mejor ropa, una mejor casa. Nos endeudamos para poder satisfacer nuestros fines y pertenecer a cierto status, tener cierto nivel de vida. Las pymes sobreviven si generan apetito de consumo en la gente.
Eso no quiere decir que la gente pobre no sea también aspiracional, pero sí ahorran más que la clase media. La clase media está sobreendeudada con tal de mantener los hábitos de consumo que la fábrica de oferta de productos le ha inducido. En el caso de la clase más alta, hay un punto donde se cansa de gastar y le sobra dinero todavía, entonces eso lo ahorran.
—¿Un último mensaje para los nuevos lectores que se acercan a este título?
—El mensaje que les mando son reflexiones que yo he estado haciendo como empresaria y he tratado de pasarlas con el lenguaje más claro para que a ellos les sirva. Mi experiencia de haber vivido la crisis del 94 me dice que esta nueva crisis la tenía que enfrentar como una oportunidad. Entonces todo el tiempo me he hecho la disciplina de ver dónde están las oportunidades de esta situación, porque si nada más me dedico a sufrirla no me voy a fortalecer. En la medida en que más oportunidades halles, vas a salir más fortalecido que como entraste.
Patricia Armendáriz,originaria de Comitán, Chiapas, es doctora en Economía por la Universidad de Columbia. Como asesora del Secretario de Hacienda representó a la Secretaría en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el capítulo financiero. Se especializó en regulación bancaria y fue Vicepresidente de Supervisión Bancaria en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) donde diseñó el sistema de supervisión por riesgos, y participó activamente en la reestructura bancaria que tuvo lugar durante la crisis bancaria de los 90s.
Fue Directora Asociada en el Banco de Pagos Internacionales, organismo encargado de emitir reglas de supervisión y regulación de bancos internacionales a través del Comité de Basilea, del cual formó parte para evaluar el impacto de las reglas en bancos de países emergentes. En 2001 regresó a México como asesora del Presidente del Consejo de Administración de Banorte. En la actualidad es Directora General de Financiera Sustentable, Consejera de Banorte, y Asesora de varias empresas para mejorar su Gobierno Corporativo, Administración, y consecución de fondos para crecer.