De acuerdo con el grupo de investigadores del Departamento de Física de la institución, al hablar, toser o estornudar, las personas expulsan gran cantidad de minúsculas gotas que se quedan flotando en el aire y forman una especie de aerosol, que constituye la principal vía de infección del coronavirus y otros virus.
México, 12 mayo (EFE).- Científicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México estudiaron el comportamiento del virus SARS-CoV-2, que produce el COVID-19, y determinaron que este puede estar activo entre tres horas y tres días, dependiendo de factores como el clima o la limpieza.
De acuerdo con el grupo de investigadores del Departamento de Física de la institución, al hablar, toser o estornudar, las personas expulsan gran cantidad de minúsculas gotas que se quedan flotando en el aire y forman una especie de aerosol, que constituye la principal vía de infección del coronavirus y otros virus.
El problema es que estos virus son extremadamente pequeños y algunos- como el coronavirus o el virus de la influenza- pueden quedar activos «por lapsos de tres horas hasta tres días», explicó Fernando del Río Haza, científico de la UAM Iztapalapa, según recoge un boletín divulgado este martes.
Esto, señaló el experto, depende de las condiciones climatológicas y otros factores externos como la limpieza y la desinfección que pueden provocar su inactivación.
Silvia Hidalgo Tobón, doctora en Física, indicó que los aerosoles son muy dañinos cuando portamos un virus, pues una tos o un estornudo promedio expele alrededor de 100 mil gérmenes contagiosos al aire.
Y aunque las gotitas que escupimos tienen distintas velocidades, algunas pueden llegar hasta 100 metros por segundo.
De acuerdo con el doctor en física, Rodrigo Sánchez García, es importante entender cómo se trasladan las partículas, ya que no se trata de seres vivos sino de entes activos o inactivos que se mueven por cuestiones físicas. Por ejemplo, la gravedad o la interacción o fricción con el aire.
Explicó que factores como la gravedad de la tierra o la interacción con el aire son determinantes en el movimiento de las gotas, pues el aire produce una resistencia para las gotas más grandes al movimiento y la gravedad hace que caigan a cierta velocidad.
Indicó que los atomizadores tipo aspersores que contienen cloro o cualquier otro desinfectante ayudan a limpiar las superficies, más no el aire, por lo que usarlos de forma desmedida no solo resulta infructuoso, sino que podría ser perjudicial.
Esto, dijo porque ya que son sustancias que deben manejarse con cuidado porque en exceso causan daños a la salud, concluyó.
A nivel mundial, el coronavirus ha infectado a poco más de cuatro millones de personas en el mundo y ha provocado más de 286 mil muertes, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
En México, la pandemia suma oficialmente 36 mil 327 casos y 3 mil 573 muertes desde que llegó al país a finales de febrero pasado.