Alejandro Calvillo
28/04/2020 - 12:03 am
La dieta Oxxo
Los productos en el Oxxo representan una afrenta a la salud.
Hace más de 30 años el Dr. Adolfo Chávez, uno de los más destacados nutricionistas de México, reconocido a través de múltiples distinciones internacionales y nacionales, advirtió que México se encaminaba a una tragedia en materia de salud por el cambio en la dieta, por la sustitución de la comida tradicional. En un evento internacional, señaló que los productos que en ese momento veían los niños publicitados en la televisión provocaría una catástrofe. Lo que se podría haber llamado “la dieta de la televisión” no sólo traería una epidemia de obesidad y diabetes, traería también un deterioro de la salud, una vulnerabilidad frente a una Pandemia que llegaría al país 30 años después. Día a día los reportes de la pandemia señalan que la mayor cantidad de muertes eran de personas con hipertensión, diabetes, obesidad, causadas por esa mala dieta.
La advertencia del Dr. Chávez no fue escuchada, nos convertimos en los mayores consumidores de estos productos ultraprocesados, de la comida chatarra y las bebidas intensamente endulzadas. En el 2016, nos convertimos en el primer país en declarar emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes. Cuatro años después, en el 2020, estas enfermedades son la principal comorbilidad asociada a las muertes por COVID-19. Es así como la dieta “chatarra” no sólo es la principal causa de sobrepeso, obesidad, diabetes y con ello de otras enfermedades como las cardiovasculares y diversos tipos de cáncer, también se encuentra como causa del deterioro del sistema inmunológico de la población y de la alta vulnerabilidad frente al coronavirus.
La mejor ejemplificación de la dieta de la población mexicana que en los 90s era la publicidad en la televisión o “dieta de la televisión”, es ahora la Dieta Oxxo. Y la Dieta Oxxo es más integral en su dimensión, en lo que se refiere a la generación de las llamadas Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT), que como se sabe tienen como mayor causa el consumo de comida chatarra, tabaco y alcohol, los productos centrales, estrella, de Oxxo. De hecho, si consideramos el impacto de la publicidad sobre los hábitos de consumo y la alta disponibilidad de estos productos, podemos afirmar que no se trata de enfermedades crónicas no transmisibles ya que la publicidad y omnipresencia de estos productos son una forma de transmisión de estas enfermedades. Es decir, tanto la publicidad como los Oxxos son vectores de transmisión de las ECNT.
La Pandemia Transmisible del Coronavirus Sars Cov 2 aumenta sus impactos sobre el terreno que ha establecido en México las epidemias de enfermedades crónicas llamadas no transmisibles, como la obesidad, la diabetes, la hipertensión, las enfermedades crónicas. Por lo anterior, el Dr. Simón Barquera ha hablado de una Sindemia, de epidemias que se retroalimentan entre sí. El confinamiento en que se encuentran alrededor de 4 mil millones de personas en todo el mundo está aumentando el consumo de productos ultraprocesados lo que se espera tenga un efecto en el aumento del sobrepeso y la obesidad. Este sobrepeso y obesidad, podría decirse, es un buen alimento para la Pandemia, que a la vez lleva al confinamiento, y así se crea un círculo de retroalimentación.
Volviendo 30 años atrás, cuando el Dr. Adolfo Chávez advirtió lo que se vendría como catástrofe en salud con el cambio en la dieta a la comida chatarra, nos preguntamos: ¿por qué no fue escuchado? La respuesta es clara, las políticas de salud estaban totalmente cooptadas por la industria. Las grandes corporaciones de la alimentación y las farmacéuticas, con el impulso del neoliberalismo, comenzaron a concebir la salud pública como un ámbito en que deberían dominar sus intereses, un ámbito en que el mercado debería ser un importante regulador, no el Estado. Un papel importante lo jugaría la creación en 1985 de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) creada con recursos de estas corporaciones, a la que se incorporaron académicos e investigadores y de dónde saldrían varios secretarios de salud. Funsalud se convertiría en la herramienta central de influencia ideológica de la industria en las políticas de salud.
Al tiempo que el Dr. Adolfo Chávez advertía la catástrofe que se avecinaba por el cambio en la dieta, la mayor corporación de alimentos en el mundo, Nestlé, entraba en colaboración aún más estrecha con Funsalud para crear el Fondo Nestlé para la Nutrición, dentro de la misma fundación. De esta manera, la institución “independiente” más importante del país y desde la que saldrían varios secretarios de salud del país estaba asimilada a las entrañas de la mayor corporación de alimentos ultraprocesados en el mundo. Nestlé publicitaba parte importante de los productos que aparecían en la televisión, los que el Dr. Chávez señalaba que serán causa de una catástrofe en la salud de los mexicanos.
Nestlé ha sido una de las empresas que ha estado, tratando de mantenerse tras bastidores, boicoteando la regulación efectiva de alimentos en las escuelas, de la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a la infancia, de los impuestos y en contra del etiquetado frontal de advertencia.
Regresando de los 90s a la fecha actual, el poder de esas grandes corporaciones sufrió una gran fractura con las elecciones pasadas. Perdieron el control de la política de salud, perdieron el control de la Cofepris, incluso, perdieron el control de la Secretaría de Economía. En ese sentido, desde antes de la Pandemia, apuntaron sus ataques a la Secretaría de Salud, al Dr. Jorge Alcocer y al Dr. Hugo López Gatell, por no aceptar entrar en contubernio, por no aceptar que se mantuvieran sus formas de control y por ver que se venían regulaciones sobre sus productos (comida chatarra, tabaco, alcohol) para reducir sus daños.
Sin embargo, el enorme poder económico de las grandes corporaciones, que se convierte en poder político, no lo han dejado. Al frente de uno de los mayores opositores al gobierno actual, el Consejo Coordinador Empresarial, se encuentra Carlos Salazar Lomelí. Salazar Lomelí viene de Nuevo León, tras 45 años de trabajo en Femsa, propietaria de Oxxo y la mayor embotelladora de Coca Cola en el mundo. Como lo muestran diversos estudios y las propias Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición, si hay un producto que por si mismo ha dañado gravemente la salud de la población mexicana, son las bebidas azucaradas que cuentan al frente con la Coca Cola.
Femsa es una de las empresas más exitosas en el país. A través de esta empresa, la Coca Cola ha entrado a todos los rincones del país, gracias a ella nos convertimos en los mayores consumidores de esta bebida. Se calcula que cada año mueren en México más de 40 mil personas por causas asociadas al alto consumo de bebidas azucaradas. En la investigación publicada en el International Journal of Obesity, Mortality Attribtable to sugar sweetened beverages consumption in Mexico, en diciembre de 2019, se calcula que el 6.9 por ciento de las muertes en mayores de 20 años son atribuibles al consumo de bebidas azucaradas, representando 40,842 muertes cada año.
El alto consumo de refrescos, en una persona que se toma dos al día, unas 24 cucharadas de azúcar diluidas en agua que entran directamente al organismo, generando una descarga brutal de insulina que le provocará inflamación, cada día, generará muchos daños aún no contabilizados, más allá de las muertes asociadas a diabetes, enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. En nuestro trabajo de levantar testimonios (Voces de la Diabetes y Dulce Agonía) sobre los estragos de la diabetes en México, la mayor parte de las personas con amputaciones, ceguera y/o diálisis, han declarado haber sido grandes consumidores de bebidas azucaradas, especialmente, de Coca Cola.
Salazar Lomeli tiene entre sus grandes logros, haber contribuido a aumentar el consumo de Coca Cola y sus productos, y haber colaborado en la estrategia para invadir el país de tiendas Oxxo, que muy bien podría decirse que son un vector de propagación de ECNT. Se dice que el concepto de la tienda Oxxo fue creado por Cervecería Cuauhtémoc, con el fin de “promover el consumo de cervezas, cigarros y botanas”. Pensar que una tienda centrada en el abasto de este tipo de productos se haya extendido de tal manera que actualmente, cada día, registra el ingreso y consumo de sus productos por parte de 13 millones de mexicanos, nos habla de nuestro estado de salud.
En las más de 17 mil 400 tiendas que tiene Oxxo distribuidas en el país, tras las cajas de cobro, se encuentra una pared tapizada de cajetillas de cigarros, a un lado botellas de diferentes tipos de alcohol, los refrigeradores incrustados al fondo y en paredes laterales desbordan de bebidas altamente endulzadas, cervezas y cocteles enlatados o embotellados. Los pasillos llenos de comida chatarra y algunos productos de limpieza. Entre estos productos se encuentra algo de carnes ultraprocesadas (salchichas, jamón), señaladas por la OMS como posibles cancerígenos, y algunos lácteos. Los productos en el Oxxo representan una afrenta a la salud.
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco recomienda que el tabaco no esté a la vista en los puntos de venta, entre otras políticas como altos impuestos y cajetillas genéricas donde no hay diseño de la marca y el 80% de la cajetilla son imágenes de advertencia. Estas medidas han sido evaluadas y mostrado su éxito. En el Oxxo, el tabaco se encuentra en el mejor lugar de venta, tras las cajas, un gran logro de la industria tabacalera y un buen negocio para Oxxo que debe de obtener un gran beneficio $$$ para darle ese lugar a un producto que mata a 60 mil fumadores en México cada año.
Como señalamos, la idea de la Cervecería Cuauhtémoc, al diseñar los Oxxos, era hacer pequeños almacenes para la fiesta, el reventón, la borrachera; ofreciendo alcohol y tabaco y botanas para acompañarlo. Y eso es lo que ha pululado por el país, gracias a la estrategia exitosa de Femsa. Hace 40 años, la venta de alcohol en el barrio solamente se hacía en una vinatería con un horario muy estricto. En Rusia que se había convertido en el país en que sus habitantes presentaban el mayor consumo de alcohol, las ventas se han reducido un 50% en menos de 20 años, tras políticas que controlan los puntos de ventas, los horarios y establecen altos impuestos. Políticas similares se aplican an varias naciones del norte de Europa. Hay diversas historias de éxito de políticas para reducir los daños del alto consumo de alcohol.
La industria del alcohol ha tenido una influencia política en México a tal grado de que es un país que no cuenta con una Política Nacional de Alcohol. La historia de este control con personajes icónicos que desde la industria desarrollaron muy fuertes alianzas con los gobernantes mexicanos, es algo que aún tiene que escribirse. Las estrategias Desgraciadamente, el consumo viene aumentando entre los jóvenes a través de episodios de alto consumo. Las estrategias corporativas para evitar las políticas efectivas frente al consumo de alcohol han prosperado. Las cerveceras han seducido a académicos renombrados para incorporarlos como asesores en sus programas para un “consumo responsable” que no se trata más que de un maquillaje. Es de gran preocupación que el sector que más ha aumentado el consumo de alcohol en México son las niñas, con una cantidad creciente de episodios de alto consumo.
La cantidad de muertes por consumo de alcohol, de actos de violencia social y familiar, de acoso, abuso y violación, no han sido cuantificados adecuadamente en México. Solamente en accidentes viales relacionados con el consumo de alcohol mueren al año 24 mil personas en México. De las muertes por usos de drogas en México el 47% son por consumo de alcohol y de los adolescentes que cometen delitos, el 47.7 por ciento lo hicieron bajo los efectos del alcohol. El alcohol es la principal causa de violencia y deterioro de la vida familiar y comunitaria.
La Dieta Oxxo, con la comida chatarra y las bebidas endulzadas como principal causa de las epidemias de obesidad y diabetes, con la venta y publicidad por disposición de tabaco y alcohol, las principales causas de las ECNT, tiene un muy alto costo para la salud de la población y para las finanzas públicas. Son grandes ganancias de las empresas que se convierten en graves externalidades para la sociedad y el Gobierno. Se privatizan las ganancias, se socializan los daños. Riquezas que se construyen sobre daños sociales, grandes corporaciones que no contribuyen al bienestar, todo lo contrario, agudizan los problemas, buscando el negocio más redituable, sin ninguna consideración a sus impactos.
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