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Felipe Calderón Hinojosa se ha convertido en el gran detractor de las decisiones gubernamentales en la presente pandemia por el COVID-19. El 23 de abril se cumplen 11 años de una crisis similar, la del virus de la Influenza H1N1, vivida en su Gobierno. Aquella vez y mediante un decreto presidencial, la llave de dinero público se abrió a borbotones. Uno de los gastos fue la publicidad oficial. Sin ojo crítico, ni freno, se beneficiaron las grandes televisoras; pero también empresas fantasma. Del episodio, hasta ahora, no hay rendición de cuentas.

Ciudad de México, 20 de abril (SinEmbargo).- Cuando la noche del 23 de abril de 2009, el entonces Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, anunció que México estaba en una crisis de contagio por el virus H1N1 de la Influenza, los negocios pequeños y grandes bajaron la cortina, las clases se suspendieron en todas las escuelas y los habitantes de la Ciudad de México se aislaron en sus casas. La capital del país se volvió fantasmagórica. Mientras, sin ojo crítico y a discreción, el grifo del dinero público se abrió a borbotones.

Sólo en campañas gubernamentales cuyo mensaje central era que el Gobierno tenía el control de la crisis, entre 2009 y 2012, fueron gastados 89 millones 224 mil 349 pesos (unos 131 millones 693 mil 576 de ahora), según una inmersión de SinEmbargo en los contratos archivados en Compranet y el Portal de Obligaciones y Transparencia que en su etiqueta llevan la palabra “Influenza”. Se trata del periodo que abarca desde que la epidemia fue declarada hasta el último día de la Administración de Felipe Calderón Hinojosa.

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El 30 de abril de 2009, Felipe Calderón emitió un mensaje a la Nación para informar sobre la situación de la epidemia de influenza porcina. Foto: Cuartoscuro.

Hoy, ante la presente crisis del Covid19, el ex Mandatario se ha convertido en el gran crítico de las decisiones del Presidente Andrés Manuel López Obrador (su antiguo enemigo político) y en un defensor de sí mismo en la epidemia de 2009.

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Visto a través de los registros históricos de Compranet (la página en la que deben publicarse las compras gubernamentales) de aquel año, Calderón Hinojosa fue un Presidente proclive a utilizar la televisión y publicaciones privadas para dejar sentado en la memoria de los mexicanos que, si la epidemia de la Influenza H1N1 no se convirtió en pandemia, fue gracias a su actuar. La identificó como “uno de los cinco jinetes del Apocalipsis” al que él no le le dio tregua. Si se ve la serie de contratos sobre la publicidad oficial en el episodio, en efecto puede verse una coraza hecha dinero.

 LAS CAMPAÑAS

El 25 de abril de 2009, el ex Presidente Felipe Calderón emitió el decreto DOF: 25/04/2009 por el que ordenó diversas acciones en materia de salubridad general para prevenir, controlar y combatir la existencia y transmisión del virus de la Influenza estacional epidémica. En el artículo 2 del documento, facultó al entonces Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, a gastar en equipo médico, agentes de diagnóstico, material quirúrgico y de curación, así como en productos higiénicos. También se le permitió comprar “todo tipo de mercancías” y “bienes y servicios” por las cantidades o conceptos necesarios sin necesidad de licitación pública.

Así, hasta ahora, no hay rendición de cuentas sobre el costo del mensaje especial “Estadísticas de la Influenza”, transmitido el 18 de diciembre de 2009. Por esta campaña, TV Azteca del empresario Ricardo Salinas Pliego recibió 28 millones 750 mil pesos y Televisa de Emilio Azcárraga Jean otros 28 millones 736 mil 121 pesos.

 Tampoco, jamás, hubo una explicación de parte del Gobierno de por qué el tema de la Influenza sirvió para brindar contratos a empresas fantasma. La auditoría 005/13 realizada a la Secretaría de Salud del ejercicio 2010 reveló que los domicilios fiscales proporcionados por Humberto Cervantes Bravo, Créalo Producciones y Especialistas en Imagen Pública – que recibieron en conjunto por campañas de vacunación 832 mil 480 pesos- no fueron encontrados sin que la anomalía fuera subsanada, consta en un documento archivado en la Secretaría de la Función Pública (SFP).

Los auditores de la SFP encontraron deshabitada la sede de Especialistas en Imagen Pública, en Luz Saviñón 13, despacho 701, colonia del Valle de la Ciudad de México, que signó el contrato 034-DGCS-2010 por 500 mil pesos (unos 737 mil 991 pesos de ahora).

Tampoco fue exitosa la visita a Créalo Producciones en Juan Sánchez Azcona 1603, interior 303, en la Colonia del Valle en la delegación Benito Juárez. A Humberto Cervantes Bravo tampoco se le localizó en Manuel Ávila Camacho 48, lote 20, colonia Lázaro Cárdenas, ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México.

CALDERÓN, EL CRÍTICO

En 2009, Felipe Calderón Hinojosa era un hombre de 46 años de edad. Tres años antes, como candidato del Partido Acción Nacional (PAN), había vencido en las elecciones presidenciales a Andrés Manuel López Obrador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con una diferencia del 0.58 por ciento. “Espurio”, lo llamó desde ese momento López Obrador, quien se nombró a sí mismo “Presidente legítimo de México”. Y así, el epíteto “espurio”, “espurio” se reprodujo en varios sectores de la población.

Hoy, el ex Presidente -según sus propias palabras- quiere convertirse en la oposición del Gobierno lopezobradorista mediante la formación del partido “México Libre”. El hombre que gobernó México de 2006 a 2012, está en campaña. Viaja, organiza mítines, pide afiliaciones y critica a López Obrador.

“No existe un plan concebido para hacer frente a la crisis sanitaria del Covid 19 ni a la crisis económica que implica esta pandemia … Me da la impresión que no la entiende”, exclamó en una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula sobre el informe que había rendido el Presidente un día antes, el domingo 5. Después, en su cuenta de Twitter, dudó de la cifra oficial de personas infectadas en México por el virus que acecha al mundo entero.

Cuando Calderón Hinojosa fue Presidente, la falta de legitimidad marcó su decisión de centrar el Gobierno en una política de seguridad en la que justificó una guerra en contra del crimen organizado. Nada, ni los avisos de que la violencia se había convertido en un monstruo de mil cabezas, lo hizo desistir. Lo cierto es que 2009 -el tercer año de Gobierno calderonista- en México confluyeron la guerra que para entonces tenía un saldo de casi 18 mil homicidios y la epidemia de la Influenza.

En mayo de 2019, al presentar en Mérida, Yucatán, su libro “Retos que Enfrentamos”, Felipe Calderón Hinojosa puso a 2009 como protagonista. Calificó al año como “la tormenta perfecta” por la crisis financiera en Estados Unidos, la Influenza y las inundaciones en todo el país. En ese discurso, respecto a la guerra, dijo: “Sé que perdí la batalla de la comunicación, pero no es cierto que la estrategia no funcionó”.

En cuanto a la epidemia, expuso: “Uno empieza a recibir en el escritorio presidencial reportes de que se muere gente joven de neumonías atípicas y mandamos muestras a Estados Unidos y los resultados dicen que el virus es mortal, desconocido, no había vacuna, ni medicina, ni se sabía la letalidad”.

Si a Calderón se le ve a partir de los registros de los contratos por publicidad oficial que hizo por la Influenza, se verá que en este episodio, también le interesaba dar una batalla de comunicación. Pero, en su discurso de Mérida, no dijo nada si la ganó o no.

MÁS CONTRATOS

Conforme se agravó la epidemia, los mexicanos empezaron a sentir el rechazo mundial. Argentina y Cuba prohibieron los viajes provenientes de México. Antes de entrar a Estados Unidos había que someterse a una revisión médica. En Japón era necesario solicitar visas especiales de hasta seis meses. Aquí, los hoteles se vaciaron al registrar una ocupación de entre 5 por ciento y 10 por ciento.

En la erogación en publicidad localizada por SinEmbargo, sólo hay un contrato que se refiere a la estrategia del Gobierno federal para reposicionar la imagen de México en el extranjero. A la empresa Unidad de Asuntos Públicos se le pagó 50 mil pesos (unos 73 mil 799 pesos de ahora) por una asesoría para reposicionar al país.

En cambio, las campañas fluían en una diversidad de escaparates. No sólo gastó el sector Salud; también otros organismos y dependencias.

Hasta la Secretaría de Seguridad, a cargo de Genaro García Luna, participó en este gasto cuando mandó a imprimir material de difusión sobre la Influenza a la Impresora y Encuadernadora Progreso por 159 mil 850 pesos (unos 235 mil 913 pesos de ahora).

El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, por su parte, pagó 143 mil 639 pesos (unos 212 mil pesos de ahora) por publicar dos artículos. Uno, titulado “Avian Influenza in the Migratory Waterfowl”, fue contratado en la Sociedad de Biología de Chile y apareció en la revista Historia Natural. El otro fue cabeceado como “Avian Influenza Survey in Migrating Waterfowl in Sonora, Mexico” y fue editado por American Journal Experts.

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El 23 de abril se cumplen 11 años de una crisis similar, la del virus de la Influenza H1N1. Aquella vez y mediante un decreto presidencial, la llave de dinero público se abrió a borbotones. Foto: Cuartoscuro.

Por su parte, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos contrató a Editorial Santillana por la publicación “¡Saaalud! Hablemos de Influenza” con 203 mil 128 pesos (unos 299 mil 813 pesos de ahora).

Uno de los contratos más caros -ocupa el cuarto sitio de mayor a menor- lo otorgó la Comisión Nacional del Agua a Comercializadora Siete de México para difundir la campaña “Uso eficiente del agua durante la emergencia” y fue el único que se sometió a licitación pública.

Otros medios que obtuvieron parte del pastel fueron Radiorama, Editorial Ovaciones, Organización Editorial Mexicana, Infórmula, Radiorama, el periódico El Universal, Foreign Information y La Crónica Diaria.