Apenas días después, las fuerzas británicas, incluyendo muchos de los soldados aristocráticos que asistieron al baile, morirían luchando contra Napoleón en Waterloo. “Me gustaba la idea de comenzar la historia con ese acontecimiento increíblemente glamoroso e increíblemente trágico”, dijo Fellowes, el hombre detrás de Downtown Abbey.
Por Mark Kennedy
Nueva York, 13 de abril (AP).- La nueva serie adictiva de Julian Fellowes sobre las clases sociales inglesas comienza con una fiesta. No cualquier celebración de la alta sociedad; Belgravia, de Epix, arranca con una de las fiestas más famosas de la historia.
El 15 de junio de 1815, la duquesa de Richmond ofreció un baile espléndido en Bruselas para el duque de Wellington. Coincidió con el día en que las tropas de Napoleón invadieron Bélgica.
Apenas días después, las fuerzas británicas, incluyendo muchos de los soldados aristocráticos que asistieron al baile, morirían luchando contra Napoleón en Waterloo. “Me gustaba la idea de comenzar la historia con ese acontecimiento increíblemente glamoroso e increíblemente trágico”, dijo Fellowes, el hombre detrás de Downtown Abbey.
La historia entonces salta 25 años después a Belgravia, un enclave de casas blancas con verjas negras en un sector refinado de Londres. Era como una ciudad dentro de la ciudad, construida sobre un pantanal. “Es una parte de Londres que siempre me ha fascinado”, dijo Fellowes.
Dos familias, una aristocrática y otra de clase media, descubren que están conectadas, para bien o para mal, por un bebé concebido por los hijos de cada familia en esos días embriagadores antes de Waterloo.
La serie es protagonizada por Tamsin Greig y Harriet Walter como las matriarcas de las dos familias, dos abuelas que defienden las memorias de sus hijos muertos y reclaman sus derechos sobre el futuro de ese nieto que tienen en común.
“Quería tener a estas dos mujeres que vienen de bases de poder muy diferentes. No era que una era poderosa y la otra no. Era que ambas eran poderosas, pero lo eran de diferentes maneras”, dijo Fellowes.
“Quería que tuvieran un asunto en común, un interés en común que las ligara en contra de su voluntad”, agregó. “Y me pareció que el hecho de que compartieran un nieto ilegítimo era una buena forma de hacerlo”.
Belgravia es el más reciente drama de un escritor que se ha forjado una laureada carrera enfocándose en puntos clave de la historia inglesa: los principios de la década de 1930 con Gosford Park, el final de la época georgiana en Vanity Fair, el principio de los 1920 en Downton Abbey y, en una nueva serie disponible por streaming de los 1870, The English Game.
“Julian tiene una gran pasión por ciertos periodos de la historia. Se involucra tanto en los detalles de cada una y por eso es tan buen narrador. Crea una narrativa tan convincente que uno se siente atraído a esos pedazos de historia”, dijo Greig, quien interpreta a la matriarca de clase media.
Belgravia comenzó en 2016 como una novela de Fellowes de 400 páginas y al autor le pareció relativamente fácil adaptarla a una serie de seis capítulos.
“A estas alturas de mi vida tiendo a escribir de una manera muy visual porque mucho de lo que escribo es para televisión, para la gran pantalla, el teatro o lo que sea”, dijo. “De alguna manera veo esas escenas en mi cabeza y las escribo de esa forma”.
¿Fue el Fellowes guionista amable con el Fellowes autor? No mucho, admite el escritor. “Creo que de hecho tienes que olvidar que tú lo escribiste. Tienes que verlo de una manera bastante despiadada por los personajes que se pueden desarrollar mejor o las escenas que puedes adornar un poco más”.
La serie tiene muchos toques familiares para los admiradores de Fellowes, incluyendo a las sirvientas hipócritas, la arrogancia aristocrática, los romances prohibidos y las quejas de abajo. Pero a diferencia de Downton Abbey, que se desarrolló de 1912 a 1926, el mundo de Belgravia de 1840 no es de decadencia aristocrática.
«Downton es, de muchas maneras, el declive de las clases altas. Mientras que esta no se trata del declive de nada”, dijo Fellowes. “Esta nueva clase media floreciente había llegado y de pronto estaba haciendo y comprando y tejiendo y negociando y comerciando de todo. Y eso parecía divertido”.
Fellowes califica esa época como “uno de los primeros periodos en los que se dieron los primeros llamados de atención a la vieja aristocracia”. Para la segunda mitad del siglo, la clase media era la que llevaba la batuta.
Greig nunca había trabajado en un proyecto de Fellowes y dijo que se sintió enganchada instantáneamente con el guión, en especial por su gran compasión con sus personajes.
“Cada uno está muy bien trazado y él no juzga a ninguno de ellos. Todos tienen razones para hacer las cosas que hacen”, dijo. “Él combina su pasión por los distintos momentos de la historia con narrativas que nos recuerdan que somos humanos”.