Esto lo podemos tener todos claro pero entonces aparece Andrés Calamaro para no sólo darnos la razón, sino llevar esta reflexión a un nivel tan alto que resulta inalcanzable.
Madrid, 3 de abril (Europa Press).- Esto del confinamiento en casa llega un momento a partir del cual cada uno lo lleva como buenamente puede. Es complicado estar siempre centrado y con buen espíritu. Es imposible.
Esto lo podemos tener todos claro pero entonces aparece Andrés Calamaro para no sólo darnos la razón, sino llevar esta reflexión a un nivel tan alto que resulta inalcanzable.
Ya se intuye que algo no va muy bien cuando el músico se graba y apenas se le ve la oreja derecha y un poco de frente. Pero es que ese detalle le da absolutamente igual, pues la reflexión es otra.
Día 22.
¿Cómo lleváis el encierro?
¿Bien o como Calamaro? pic.twitter.com/y3vQojjDas— Javier Durán (@tortondo) April 3, 2020
«No sólo intuía sino sabía perfectamente que algo no era normal: estaba fumando tabaco pero nunca tuve ese vicio pero sí es un hábito que combina muy bien con el Ramadán», comenta con voz un tanto perdida.
Resulta bien difícil entenderle, de hecho, pero sigue: «Aprendiendo a vivir con lo mínimo, por casualidad dejé de fumar tabaco… Fumar, pero sin tabaco. La solución a la vista. Loco, cómo es la vida».
Entre medias, hace ruidos, arrastra las sílabas más de lo ya conocido, parece incluso hablar en idiomas por inventar. Un momento de delirio, en definitiva, por culpa de este dichoso encierro sin final a la vista. Porque Andrés, al final, somos todos.
