Martín Moreno-Durán
18/03/2020 - 12:05 am
Irresponsabilidad – 4T: la otra epidemia
Organismos como la Comisión Nacional del Deporte (Conade) y la Secretaría de Cultura, emitieron gráficos bajo el siguiente título: “Coronavirus COVID-19 NO ES UNA SITUACIÓN DE EMERGENCIA”. ¡Vaya insensatez!
+ AMLO, López-Gatell, y la negligencia
+ Gobierno pasmado, Gobierno rebasado
Tres declaraciones durante la emergencia mundial por el coronavirus. Tres momentos. Tres irresponsabilidades:
“Nadie tiene porqué estar acosando al señor licenciado Andrés Manuel López Obrador como persona. Esa es su privacidad… Los mecanismos no son el andar haciendo recomendaciones generales para que aterricen en el Presidente…Voy a decir una cosa muy pragmática: casi sería mejor que (AMLO) padeciera coronavirus, porque lo más probable es que él, en lo individual, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune. La fuerza del Presidente es moral. No es una fuerza de contagio…”: Hugo López-Gatell, Subsecretario de Salud federal. (16/Marzo/2020).
“No debe haber alarma. Se piensa que el coronavirus no es tan dañino…Los conservadores quisieran que todos nos contagiáramos de coronavirus (¿?)…Lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar, hay que abrazarse, ¿eh? No pasa nada… No nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias”: Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, en diversas intervenciones.
“Continúa en pie (Vive Latino), porque las autoridades de salud federales y locales no consideran necesaria su cancelación. No se aplicarán medidas adicionales”: Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la ciudad de México. (13/ Marzo/ 2020). Asistencia el pasado fin de semana al evento: más de 60 mil personas.
Ante las medidas de emergencia asumidas en otros países por los 170 mil casos de coronavirus a nivel mundial y más de 6 mil 600 muertos (reporte de la OMS hasta el 16 de marzo): cuarentenas, cierre de fronteras, suspensión de vuelos de Europa hacia Estados Unidos, cancelación de eventos masivos y medidas sanitarias extremas, tanto el Presidente como el Gobierno de México decidieron, sencillamente, ignorar las recomendaciones, y en un lance que le puede costar muy caro al país, desafiaron – empezando por López Obrador- cualquier medida de prevención y prudencia, poniendo en riesgo la salud de millones de mexicanos. ¿Por qué? Debido a que este virus es contagioso a gran escala, según diagnostican los especialistas.
Aún más:
Organismos como la Comisión Nacional del Deporte (Conade) y la Secretaría de Cultura, emitieron gráficos bajo el siguiente título: “Coronavirus COVID-19 NO ES UNA SITUACIÓN DE EMERGENCIA”. ¡Vaya insensatez!
Así, las palabras zalameras e irresponsables de López–Gatell perfilando que AMLO es inmune al coronavirus y que “su fuerza es moral” (¿?) ante un problema de estricta salud pública.
Los dichos ignorantes y hechos imprudentes de AMLO.
La indolencia de Sheinbaum.
Todo ello mezclado con la insensatez del Gobierno de la mal llamada Cuarta Transformación, han puesto al país al filo de una crisis sanitaria por el coronavirus. Sin prevención. Sin cuidados. Sin recato.
Una irresponsabilidad máxima y preocupante.
*****
Por supuesto que no se trata de abordar este delicado tema desde el punto de vista científico. El columnista no es especialista médico ni mucho menos. Se trata de que, a la luz de los hechos, analicemos la actuación del Gobierno mexicano ante su evidente irresponsabilidad en la prevención del coronavirus.
Allí quedará aquella postal grotesca en la cual López Obrador, durante una gira por Ometepec, recibió a una niña, la cargó, la besó en el cachete de forma lasciva, mordisqueándola, no sólo incumpliendo las medidas de precaución sanitaria, sino también, mostrando una imagen morbosa y de mal gusto sobre cómo comportarse con una menor de edad.
Esa irresponsabilidad del Presidente – a quien pareciera desquiciar que el coronavirus le quite protagonismo-, pronto contagió a sus colaboradores.
A Sheinbaum, negándose a cancelar eventos públicos masivos. A López-Gatell, cuya frase será recordada como una de las más ridículas y penosas de la historia.
Y ante un Gobierno pasmado y semiparalizado– hasta el pasado viernes 13 tan sólo se limitaba a emitir recomendaciones sanitarias a medias, marcada la línea de la irresponsabilidad desde Palacio Nacional -, la 4T pronto se vio rebasada tanto por universidades privadas, gobernadores, presidentes municipales, empresas y alcaldes capitalinos. El vacío de autoridad era manifiesto.
Así, desde el jueves de la semana pasada, el Tecnológico de Monterrey decidió, por su propia cuenta, suspender clases a partir de esta semana. Lo siguieron la UVM y el UNITEC. Después, la Universidad Iberoamericana. Y varias más. Ante el pasmo de la SEP, optaron por tomar decisiones drásticas ante el aumento de casos de coronavirus.
A las universidades privadas le siguieron, primero, la Alcaldía Benito Juárez en la CdMx, suspendiendo todos los eventos públicos; lo mismo hizo el Alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas, mientras en otros municipios se tomaría la misma decisión al inicio de esta semana. Ante la pasividad gubernamental, los centros de poder alternos comenzaron a irse por la libre.
Ante la presión de lo decidido por las universidades privadas, fue hasta el sábado 14 cuando, poco después del mediodía y sin margen de maniobra, el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, tuvo que anunciar la suspensión de clases a partir del próximo viernes 20 de marzo. Sin embargo, la decisión no solo fue tardía, sino errática en los plazos. La pregunta elemental corría de boca en boca: ¿Por qué hasta el viernes, si el virus ya está por todos lados?
Por eso, los gobernadores de Guanajuato, Tamaulipas, Yucatán, Nuevo León y Jalisco, volvieron a llenar los vacíos de gobierno: anunciaron que la suspensión de clases se aplicaría en sus estados desde ayer martes 17 de marzo. ¿Para qué esperarse hasta el viernes? Y lo hicieron pasando por encima de la irresponsabilidad de AMLO, de la pasividad de la autoridad educativa, de la evidente ausencia de autoridad que se ha generado desde hace un par de semanas con este tema de salud pública.
Así, gobernadores, universidades privadas, presidentes municipales y alcaldes capitalinos, rebasaron al Gobierno federal en la toma de decisiones.
Los vacíos se llenan.
*****
Hasta la hora de entrega de esta columna, los casos en México ascendían a 82. “No son muchos”, dicen en Palacio Nacional. La cifra seguramente aumentará.
Nuevamente se equivocan en el diagnóstico. No es cuestión exclusivamente de números en presente, sino de prevención a futuro, según afirman especialistas. Nadie garantiza que por la calles de cualquier ciudad del país, en este momento, una persona no pueda ser contagiada.
Nadie culpa a AMLO y a su Gobierno de la aparición del coronavirus, pero sí de su irresponsabilidad en la prevención sanitaria, negligencia en la aplicación de protocolos e insuficiencia en el reforzamiento de medidas de salud. Eso sí ha estado en sus manos, y se ha mostrado insensatez. Empezando por el Presidente.
Coronavirus más irresponsabilidad gubernamental: un alto riesgo para la salud pública de millones de mexicanos.
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FB / Martin Moreno
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