El Gobernador anunció la primera muerte relacionada con el COVID-19: una mujer de 82 años que falleció el viernes por la noche en un hospital de la ciudad de Nueva York y que llevaba ingresada desde el 3 de marzo por enfisema.
Nueva York, 14 mar (EFE).- El estado de Nueva York (Estados Unidos) ha registrado ya 524 casos de coronavirus y su primera muerte relacionada con la enfermedad, una mujer de 82 años que estaba hospitalizada por un enfisema, según informó este sábado el Gobernador Andrew Cuomo.
Cuomo también destacó que el número de positivos en el área seguirá incrementándose debido al aumento de capacidad para hacer pruebas.
«Hay un incremento de 100 respecto a ayer. Hemos realizado 700 pruebas. El número de positivos depende de los test: cuantas más pruebas, más subirá el número. Nadie cree que sólo haya medio millar de casos en Nueva York, creemos que hay miles de personas, quizás decenas de miles. La mayoría de los casos detectados son gracias a detectives que han seguido los positivos que ya había», explicó Cuomo en una conferencia telefónica.
El Gobernador anunció también la primera muerte relacionada con el COVID-19: una mujer de 82 años que falleció el viernes por la noche en un hospital de la ciudad de Nueva York y que llevaba ingresada desde el 3 de marzo por enfisema.
Cuomo intentó relativizar el fallecimiento planteando «cuánta gente de más de 80 años con enfermedades respiratorias previas ha fallecido por la gripe» y agregó que «este virus es básicamente una neumonía».
El estado abrió este jueves su primer centro de pruebas móvil en la localidad de New Rochelle, foco de coronavirus en el área y en el que tienen prioridad los residentes, pero las autoridades ya planean abrir un segundo laboratorio de este tipo, al que se accede con el vehículo, a finales de la semana que viene en los municipios de Long Island o Jones Beach, según anunció Cuomo.
Del más de medio millar de casos registrados en el estado, en torno al 20 por ciento están hospitalizados, y a este respecto el Gobernador declaró estar «preocupado» por la capacidad del sistema sanitario para hacer frente a los nuevos positivos y especialmente los enfermos graves, ya que hay unas 50 mil camas disponibles y unas 3 mil de cuidados intensivos (UCI), una parte de las cuales ya están ocupadas.
«Tenemos que intentar reducir el ritmo de propagación a un nivel que pueda gestionar nuestra capacidad hospitalaria. Si el ritmo de propagación es muy alto no lo podremos gestionar (…). Estamos preocupados y he hablado con el Presidente Donald Trump y el Vicepresidente Mike Pence sobre esto: el ritmo de infección puede ser masivo», sostuvo.
Criticó que la capacidad de hacer pruebas en Estados Unidos «ha sido un problema», pero aplaudió la medida tomada ayer por el Gobierno de declarar la emergencia nacional, que atajará ese «cuello de botella» y permitirá a los estados «utilizar sus propios laboratorios» para identificar positivos y establecer, por tanto, cuarentenas.
En ese sentido, destacó que en las cuarentenas «obligatorias» las autoridades «van a casa a diario, se aseguran de que estás ahí y comprueban tu estado en horas aleatorias», por lo que «hay multas civiles y potencialmente criminales si se viola» esa orden.
Por otra parte, Cuomo anunció que ha ordenado eliminar el copago para las citas de «telemedicina» con el objetivo de evitar que la gente vaya directamente a las salas de emergencia.
También ha eliminado el requerimiento de que los jóvenes en edad escolar reciban 180 días de clases al año, además de dejar a discreción de los distritos escolares la decisión de cerrar sus centros educativos, independientemente de si hay un positivo o no.