Constantemente tenemos recordatorios sobre la urgencia de actuar en favor del ambiente, una de las más recientes que generó revuelo entre la comunidad científica y redes sociales está relacionada con el Ártico.
Los osos polares en el Ártico de Rusia están recurriendo cada vez más al canibalismo, a pesar de que este es considerado un comportamiento natural que indicaba que un macho estaba desnutrido y necesitaba comerse a un cachorro, no solía suceder con tanta frecuencia. Los casos han aumentado considerablemente en los últimos años según el equipo de ciencias del Instituto de Ecología y Evolución de Severtsov. Las causas principales son el aumento de la temperatura del planeta y la actividad antropológica in situ.
El aumento en la temperatura del planeta ha impactado de manera muy alarmante el ritmo en el que el hielo se derrite, especialmente en Rusia, donde el gobierno afirmó que el país se calienta 2.5 veces más rápido que el resto del mundo. Algo que no todas las personas conocen es que la producción de carne y lácteos utiliza el 83 por ciento de las tierras agrícolas y produce el 60 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura del mundo (Science, 2018). Según Ilya Mordvintsev, quien se dedica a estudiar osos polares, las compañías de petróleo y gas también han contribuido a la degradación de los terrenos de caza, lo que ha obligado a estos animales a cambiar sus hábitos alimenticios.
El derretimiento de la capa de hielo también ha obligado a los osos polares a desplazarse hacia el sur en busca de alimento, lo cual los hace más propensos a entrar en contacto con áreas urbanas. Un estudio de noviembre del 2019 en el que se analizaron muestras de heces de osos polares reveló que el 25 por ciento de su alimentación está conformada por plásticos, poniendo aún más en riesgo su vida.
«Cuando los osos polares visitan los vertederos, hasta el 25 por ciento de su contenido estomacal y de excrementos están compuestos por varios desechos plásticos: bolsas, envolturas, etc.» – Mizin, subdirector del parque nacional ruso del Ártico.
El problema es inmenso y alarmante, hace falta mucha conciencia ambiental y empatía, pero podemos contribuir para reducir nuestra huella ambiental optando por alternativas más amables con el planeta. Un informe de The Lancet (2019) comparó los modelos de cambios en la producción de alimentos y la reducción estimada de los gases de efecto invernadero, se encontró que hacer un cambio a una alimentación basada en plantas podría reducir las emisiones relacionadas con los alimentos hasta en un 80 por ciento para el 2050. Hay muchas maneras de contribuir, una de ellas se encuentra en tu plato y en el carrito del supermercado.
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