Tomás Calvillo Unna
19/02/2020 - 12:05 am
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Cómo se quiebra el mundo en un segundo, cómo nos pone de cabeza a su antojo en cualquier momento
Olvidos esenciales
El alma está partida
son pedacitos lo que resta
las migajas que las iglesias buscan
para armar sus ejércitos
no está muerta
requiere de cirugía mayor
fragmentada mutilada
y dispersa
la salva su naturaleza
nunca desaparece
recuerda es energía
se puede rehacer
la vieja historia de la resurrección
ella se mueve o se fija y alimenta
en el misterio que la ciencia acecha
los que perdemos
somos nosotros y el mundo
giramos en el tiempo
y sin el alma giramos sin rumbo
por eso se le necesita
ella sabe de nuestros fugaces cuerpos
y frágiles ilusiones
las ciencias del alma
ya no se enseñan en las escuelas
es cierto que la mejor aula
es la vida
pero no está de más
de vez en cuando
el consejo de alguien
que la conozca y la encarne
como es común
o debería serlo en cualquiera.
Mudanza
Me quedo sin nada
se llevaron los muebles
-eran unos cuantos-
también los cuadros
y un pesado espejo
de trabajado marco
la casa se quedó vacía
con sus ecos
hablo solo
escucho esa resonancia
en la bóveda de ladrillos
de pronto un gato se cuela
y a veces el perro que cuida y cuido
me siento en el piso
y cuento los días
que ya son meses
en este solitario pasillo
otra vez espero
que toquen la puerta
me quedo dormido
nadie llega
despierto y camino
doy vueltas a los recuerdos
que en los cristales quedan
¿cuántas casas vacías?
¿cuántas familias sin casa?
¿cuántas casas con familias vacías?
Sonido
Cómo se quiebra el mundo
en un segundo,
cómo nos pone de cabeza
a su antojo en cualquier momento
esta consistencia que se evapora,
qué diablos es en realidad
la locura y la muerte
atajan la vida,
irrumpen al menor pretexto
donde menos se espera
¿estaban equivocados los viejos chamanes?
¿erraban los sacerdotes de sabiduría?
no es un combate desigual
entre el tiempo crudo
y la intangible eternidad
la ciencia pura nada puede,
avizora esos espacios
donde se negocia
con otra reglas
en todo caso, nadie niega
que el centro de la batalla
esté en el corazón
ese tic tac entre la multitud,
ese tic tac bajo el agua,
este tic entre las palabras
es un ritmo genético,
pero más que eso: es una señal
una pulsación celeste
hospedada en la carne.
Dolor
La tierra se hace añicos
frente a nuestros ojos
¿y qué hacemos con este dolor que abruma?
apenas estamos en la línea de flotación
con la familia y los amigos y el país
y ahora el mundo se viene encima
desgarrándose
exhibiendo los mutilados cuerpos
de cada continente
en nuestras habitaciones
están en la sala
en la cocina
esa agonía cuelga de nuestras paredes
junto a los cuadros y los seres queridos
la casa no es más un refugio
está crucificada
y también sangra
nuestras palabras sólo posponen
su inevitable presencia
somos este cuerpo golpeado
y negado
el único cuerpo de millones.
Ausencia de la voz
La violencia gana adeptos y víctimas
invade los territorio íntimos
las veinticuatro horas se expresa
estamos perdiendo ante ella
los discursos de paz son inútiles
los sacrificios de vidas y la aparición de mártires
poco logran suman sangre
los mapas definen las extensiones
de los crímenes permisibles
se administra la muerte y el dolor
pasa de un país a otro
es mercado negocio ganancia
los desplazados se asfixian
en la historia
las explicaciones sobran
las causas también
se reza en todos los idiomas
se entierran e incinera
los cuerpos despojados del sueño
los testimonios se multiplican
y se pierden
voces valientes y desdichas
una tras otra ¿a quién se escucha?
si no hay palabra.
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