Horas antes de que la aeronave se estrellara, las autoridades australianas anunciaron el cierre y cancelación de todos los vuelos con origen y destino al aeropuerto de Camberra, el noveno del país por número de pasajeros, a raíz de un foco cercano.
Sídney (Australia), 23 ene (EFE).- Tres bomberos estadounidenses perdieron la vida este jueves por el accidente de un avión cisterna desplegado para combatir los incendios forestales que arrasan Australia, en una jornada marcada por nuevas alertas a raíz de las altas temperaturas.
Las autoridades perdieron el contacto con la aeronave, un C-130 Hercules, mientras sobrevolaba el área de Snowy Monaro, al sur de Camberra, durante las operaciones contra los fuegos.
Las autoridades indicaron que no hubo supervivientes en el accidente y señalaron que este es un ejemplo de las duras condiciones a las que se enfrentan los bomberos.
«Afligida por la pérdida de tres bomberos internacionales en un trágico accidente hoy en NSW (Nueva Gales del Sur). Nuestros corazones están con sus seres queridos. Estaban ayudando a Australia, lejos de sus hogares, la personificación de la amistad que se extiende a lo largo del mundo», dijo en Twitter la ministra australiana de Exteriores, Marise Paine.
Con estas muertes ya son 32 las personas fallecidas por los incendios en todo el país, que desde septiembre han arrasado un terreno del tamaño de Siria (180 mil kilómetros cuadrados).
Este jueves además, las autoridades australianas anunciaron el cierre y cancelación de todos los vuelos con origen y destino al aeropuerto de Camberra, el noveno del país por número de pasajeros, a raíz de un foco cercano.
La presente jornada está marcada por la subida de temperaturas, que superan en algunos puntos los 40 grados, y la activación de nuevas alertas por peligro de incendios.
En la región de Sídney, donde los termómetros alcanzaron los 41 grados, se temen condiciones de calor intenso, fuertes vientos y potenciales tormentas que podrían agravar la situación.
La Oficina Meteorológica del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney y en donde arden 84 focos, de los cuales 40 permanecen fuera de control, indicó que los fuertes vientos en altas montañas «aumentan el peligro de incendios».
«Es posible que (los fuegos) se aviven o comiencen otros», señaló Shane Fitzsimmons, jefe de los bomberos de Nueva Gales del Sur, en una rueda de prensa donde remarcó la dificultad de la presente jornada.
Los incendios forestales, que arden desde septiembre pasado y se agravaron durante la Nochevieja, ya han matado a 32 personas y afectado a más de mil millones de animales, así como calcinado más de 2 mil 500 viviendas.
Estos fuegos, que según los expertos son más intensos debido al calentamiento global, han emitido desde que se iniciaron 400 megatones de dióxido de carbono en la atmósfera, un valor que equivale al promedio anual de emisiones del país, según el programa de monitoreo Copérnico.
Una encuesta del Instituto Australia publicada hoy reveló que el 57 por ciento de los 24.6 millones de habitantes sintió el impacto de los incendios y el humo procedente de ellos, mientras que un 26 por ciento, que representan a más de 5 millones de adultos australianos, experimentaron problemas de salud.
Asimismo el informe indica que alrededor de 1.8 millones de personas no pudieron trabajar por los incendios, una pérdida en la productividad estimada en mil 300 millones de dólares australianos (894 millones de dólares americanos o 806 millones de euros).
«Australia está en las garras de un desastre climático nacional. Los impactos sociales, económicos y médicos son enormes y apenas comienzan a hacerse evidentes», dijo Tom Swann, investigador principal del Instituto Australia.