México

Residente del IMSS en Querétaro se quiso suicidar por el acoso; recibió electrochoques

08/11/2019 - 9:30 pm

De acuerdo con el IMSS, en la Terapia de Electrochoque contra casos de depresión e intentos suicidas se hace una descarga eléctrica al paciente para generar una convulsión que dura entre 20 y 40 segundos, con la cual se provoca la descarga masiva e inmediata de neurotransmisores. A una médico residente se la aplicaron durante seis sesiones, luego de sufrir acoso laboral de la Jefa de Servicios de Urgencias y la Jefa de Enseñanza en el Hospital General Regional 1 de Querétaro.

Nadie ha sido sancionado pese a la serie de quejas que presentó ante el Seguro Social, la CNDH, la SFP y a la Unidad de Enseñanza del IMSS. Ella, con secuelas de amnesia y con periodo de incapacidad, exige el cambio de sede para continuar su carrera. «Lo que yo era ya se perdió», dijo.

Ciudad de México, 8 de noviembre (SinEmbargo).– Una médico residente de Urgencias del Hospital Regional General 1 de Querétaro, donde fue víctima de acoso laboral por la Jefa del Área de Servicio y la Jefa de Enseñanza, quedó con secuelas de amnesia luego de seis sesiones de Terapia de Electrochoques (TEC) en la unidad de Psiquiatría del Centro Médico «Siglo XXI». Al ser un procedimiento agresivo, primero se trató con antidepresivos, pero continuaron sus intentos de suicidio con ingesta excesiva de pastillas, y antes buscó ahorcarse y luego cortarse.

«Primero me hicieron el lavado gástrico, me tenían amarrada, sedada. Después me empezaron a hacer el TEC. Me dieron seis sesiones. Yo perdí todos mis recuerdos. No sabía ni quién era, qué estaba haciendo ahí. No me acordaba de nada. Ya después empecé a recordar. Los doctores me decían quién era, qué hacía ahí, por qué estaba ahí, que había intentado suicidarme. Que en el Hospital de Querétaro me habían maltratado, que habían tenido mucho acoso laboral contra mí», compartió la residente sobre la intervención durante su hospitalización entre septiembre y octubre.

En la entrevista con SinEmbargo, la residente comentó que podía equivocarse con las fechas porque después de la TEC quedó «con problemas de memoria», pero compartió documentos de internamiento que coinciden con su narración. También mostró las quejas que presentó por acoso laboral a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), a la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), a la Secretaría de la Función Pública (SFP), y a la Dra. Ana Carolina Sepúlveda Vildósola, la titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, quien mandó a través de comunicación social del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) un boletín sin mencionar el caso.

«Con el fin de mantener informados a profesores y alumnos, la Coordinación de Educación en Salud mantiene una campaña permanente en redes sociales de buenas prácticas docentes. También, se capacita a personal médico con cursos de buen trato y herramientas para la igualdad, equidad y género, y se difunden los códigos de Conducta y Ética Institucional en todas las sedes académicas», dice.

De acuerdo con el IMSS, en la Terapia de Electrochoque –de las prácticas psiquiátricas más antiguas–, al paciente se le aplica anestesia suave y mediante electrodos colocados en el hemisferio izquierdo y derecho de la cabeza se hace una descarga eléctrica de acuerdo con su edad para generar una convulsión que dura entre 20 y 40 segundos, con la cual se provoca la descarga masiva e inmediata de neurotransmisores como serotonina, dopamina y acetilcolina.

El principal efecto secundario, dice el IMSS, es la posible pérdida de la memoria reciente, lo cual disminuye al espaciarse las sesiones. Periódicamente la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) los supervisa. No son candidatos los pacientes con arritmias, cardiopatías, menores de 18 años de edad y mayores de 65, con fragilidad ósea o con osteoporosis.

Los primeros días después de las descargas la médico residente de Querétaro no recordaba nada. Diario tenían que decirle todo lo que había pasado, diario revisaba su celular para ver los mensajes.

«Ahorita tengo depresión, secuelas de amnesia, pero ya no me quiero suicidar», dijo la médico residente. «Me siento triste porque lo que yo era ya se perdió. Perdí muchos recuerdos que yo tenía. Yo era funcional. Ahorita tengo que empezar de nuevo, como si fuera R1, volver a leer, para poder regresar a R2. Sino tendría que renunciar y empezar de nuevo».

La semana pasada, el director del IMSS Zoé Robledo Aburto dijo a este medio que «hay elementos importantes ahora en el nuevo Contrato Colectivo de Trabajo [2019-2021] que se acaba de firmar justamente para acabar con el acoso, para que no haya abusos en contra de ellos».

El documento firmado en octubre no ha sido publicado por el SNTSS, porque «se encuentra en proceso de revisión, diseño, impresión y digitalización, trabajo que lleva varios meses», respondió por correo.

«ERA UN INFIERNO»

somos Médicos No Dioses Foto Cuartoscuro

Durante su Residencia 1 (R1), la médico sufrió acoso laboral de la Jefa del Área del Servicio de Urgencias del Hospital General Regional 1 de Querétaro, por lo que buscó renunciar. La doctora acusada se fue porque estaba embarazada, sin sanción.

«Fue mucha la presión psicológica que tuve. Caí en una depresión severa. Era un infierno llegar a Urgencias. Era un infierno recibir a la Jefa de Urgencias. Todas mis guardias eran una pesadilla. Me la pasaba llorando en frente de los pacientes. Ya no soportaba estar ahí; me sentía muy mal», dijo la médico residente.

«Me pendejeaba, me ponía a hacer trabajos que le tocaban a ella, a hacer posguardias con los de R1, a decirme que no servía para nada. Sufrí acoso laboral. Empecé con depresión en enero de 2019. Todo se debió a la presión psicológica, al maltrato y al estrés que sufrí por parte de la Jefa de Urgencias, y posteriormente por la Jefa de Enseñanza. Tuve tratamiento psiquiátrico desde ese entonces, mejoré un poco, pero el maltrato siempre siguió».

La Dra. acusada no fue sancionada. En los grupos de chat de los residentes, ironizó que la iban a multar en Greenpeace: «Jajajaja, soy tan mala, tan inhumana, tan grosera y sin escrúpulos, jajajajaja».

En verano, la médico residente de Urgencias debía rotar al Hospital Juárez en la Ciudad de México, pero la Jefa del área de Servicios de Urgencias canceló su rotación porque supuestamente divulgó chismes de dos compañeros. Fue llamada al Jurídico del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social.

«Se molestaron mucho porque lo negué, pedí pruebas y las expuse ante el personal del Sindicato porque me maltrataban, y por lo mismo estaba en tratamiento psiquiátrico. Les dije lo que nos hacía la Jefa de Enseñanza: nos cancelaba las rotaciones, nos dejaban castigados; muchas irregularidades. Posteriormente a eso, siguió la presión psicológica», expuso la médico residente.

Le aplicaron un examen sobre una materia que no había cursado. La acusaron de copiar en el examen, la mandaron a extraordinario en agosto y reprobó.  «Aparte de haberme maltratado me querían correr por ese examen que reprobé, cuando fue una materia que ni cursé, no sé quién lo calificó y con base en qué bibliografía se guiaron», afirmó.

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Entonces metió las quejas ante las autoridades referidas: la CNDH, al Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), a la (Conapred), a la SFP y a la Dra. Ana Carolina Sepúlveda Vildósola, la titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud del IMSS. La represalia llegó. La sacaron de los chats de grupos de WhatsApp y le prohibieron a sus compañeros hablar con ella.

A finales de agosto, fue hospitalizada por depresión severa y canalizada al Centro Médico «Siglo XXI» en la Ciudad de México. Su esposo le comentó que fueron como 15 días. Ella no lo recuerda. Fue dada de alta, volvió a tener ideas suicidas y fue reinternada por tercera vez en septiembre-octubre, donde recibió los electrochoques.

«Llevo semanas incapacitada. He estado yendo a mis citas al IMSS con el Médico Familiar. Tendré cita con el psiquiatra, para que me diga si ya estoy capacitada o no», aseguró. «Estoy desconectada de mi hospital y no sé cuál es el plan de ellos, si regreso o no. No sé qué vaya a pasar conmigo. Espero que el psiquiatra me diga si estoy en condiciones para poder retomar mi carrera».

Su prioridad es que la cambien de sede de hospital. «Ya no quiero regresar a esa sede. Fue horrible y no quiero regresar. Me da pánico», dijo la médico residente.

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Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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