Uno de los principales objetivos de Kenya Márquez para este filme fue profundizar en los problemas de aceptación, de discriminación, la desesperación y la violencia que puede llegar a sufrir una mujer que acaba de salir de prisión. Para poder retratar los tropiezos que representa la reinserción social para un ex presidiario, Kenya se dio a la tarea de visitar el reclusorio femenil y el varonil de Jalisco.
La cinta ya se encuentra en el circuito comercial, Cinemex y Cinepolis, y el independiente: Cineteca Ficg, Cineteca Nacional, La casa del cine, Citicinema Iconia Guadalajara y Cine Box Veracruz.
Ciudad de México, 26 de octubre (SinEmbargo).- La pérdida de un hijo, por muerte o por ciertos conflictos sociales, es uno de los mayores dolores que puede llegar a experimentar una madre. La directora Kenya Márquez ahonda en este panorama en Asfixia, la segunda parte de una trilogía que inició con su ópera prima Fecha de caducidad.
Uno de los principales objetivos de Márquez para este filme fue profundizar en los problemas de aceptación, de discriminación, la desesperación y la violencia que puede llegar a sufrir una mujer que acaba de salir de prisión.
De acuerdo a la sinopsis oficial de Asfixia, «después de salir de la cárcel donde aprendió a cuidar enfermos, Alma, una mujer albina, se propone recobrar a toda costa algo mucho más importante que su propia libertad. Para lograrlo se ve obligada a cuidar por las noches a Clemente, un hipocondríaco con una obsesión compulsiva por evitar una muerte fulminante».
En entrevista para SinEmbargo, Kenya Márquez habló sobre su inspiración para desarrollar esta historia protagonizada por una mujer albina, algo inusual por el casi nulo número de actrices que padecen esta condición.
«Este tema me interesó mucho a partir de un artículo que yo leí en donde se establecía que casi el 80 por ciento de las mujeres presas están ahí porque son implicadas en el delito por la pareja, es decir que terminan cometiendo un delito por amor o encubriendo a su pareja», expuso. «A mí me pareció que era como muy importante abordarlo a partir de esta mujer albina que se llama Alma y construyéndolo en conjunto con una historia de amor, un amor de dos soledades entre ella y Clemente, que es un personaje solitario e hipocondriaco», agregó.
Para poder retratar la discriminación y los tropiezos que representa la reinserción social para un ex presidiario, Márquez se dio a la tarea de visitar el reclusorio femenil y el varonil de Jalisco.
«La primera vez que fui al reclusorio varonil me di cuenta que estaba cayendo en la misma situación, que estaba de una forma indirecta, en pensamiento, discriminando a los presos que estaban por ahí porque no me atreví ni a mirarlos a los ojos y sentí que era muy importante abordar el tema de la discriminación desde ese sentido», confesó.
En contraste, uno de los datos que llamaron la atención de Kenya cuando asistió al reclusorio femenil fue que un alto porcentaje de las mujeres que ingresa a la cárcel es abandonada. «La dejan sola, la propia familia la castiga porque comete un delito y a diferencia de los hombres, cometan el delito que cometan, los padres, los hermanos, los tíos o la pareja siempre están ahí cerca de él intentando que salga de la prisión o atendiéndolo para que esté bien».
A diferencia de la mayoría de las películas, Asfixia cuenta con un elenco conformado de cinco actores y dos no actores, también conocidos como actores naturales.
«Tanto a Alma como Azul, interpretado por Johana Fragoso y Azul Magaña, son actrices naturales. La realidad es que fue un proceso muy complejo el buscarlas en toda la República y encontrar a alguien que tuviera esta fuerza interpretativa, esta fuerza visual y esta fuerza en sus ojos» explicó.
«Luego inició la búsqueda de actores que pudieran tener esa generosidad para poder trabajar con actores naturales. Enrique Arreola, Mónica del Carmen, Raúl Briones, Martha Claudia Moreno y Mauricio Isaac hicieron un gran camino lleno de generosidad y humildad para poderle dar esa seguridad tan grande que necesitaban Johana y Azul para interpretar sobre todo personajes tan complejos», destacó. «Fueron actores muy sensibles que entendieron perfecto y que creo que no hay una diferencia en pantalla entre uno y otro, entre su formación por decirlo por alguna forma», añadió.
Además de la búsqueda de las actrices albinas, Kenya se enfrentó con otro reto a la hora de filmar en locaciones poco amables como la cárcel, el tianguis o la estación del Metro Pantitlán, para poder cumplir con el propósito de transmitir al espectador «la sensación de una gran urbe, de una gran ciudad, de una ciudad que de alguna forma te hiciera sentir chiquito».
De igual manera, Márquez busca que Asfixia le muestre al público que «de una u otra forma los morenos también discriminamos al rubio, no nos damos cuenta y caemos en lo mismo». «Mi intención era que el espectador identificara como todo el tiempo eso y que identificara también momentos violentos sin que se vieran en la película, que realmente no se ven sino que están ahí y sólo lo sientes», agregó.
Kenya Márquez, quien se alzó con el premio a mejor directora en La Gran Fiesta del Cine Mexicano por Asfixia, reveló que se encuentra trabajando en la tercera parte que pondrá punto final a la trilogía que inició con Fecha de caducidad.
«Nuestra intención es filmar el próximo año la tercera parte, en la que obviamente también hablo de la poca resignación de la pérdida, de la discriminación y de la violencia. En esta ocasión a partir del punto de vista de un adolescente y también intento abordar un tema que creo que en México esta muy latente que es la desaparición y el robo de menores».
El pasado 18 de octubre, Asfixia, cinta que retrata «la falta del aire ante situaciones que se viven día a día», llegó a cadenas de cines comerciales y circuitos independientes como Cineteca Ficg, Cineteca Nacional, La casa del cine, Citicinema Iconia Guadalajara y Cine Box Veracruz.