Además, sobre la ratificación pendiente del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el titular de la SHCP señaló que en el caso de Canadá no existe un elementos que esté bloqueando la ratificación, y sólo están buscando sincronizarse con el Congreso de la Unión Americana para concluir el proceso.
Referente al impuesto a la economía digital, un tema que está dentro de la agenda del FMI, detalló que la discusión se retomará en el 2020 y se espera que se llegue a un acuerdo en la reunión del próximo año.
Ciudad de México, 20 de octubre (EconomíaHoy).- El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera, indicó que la línea de crédito flexible que México tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es sólo un seguro y reiteró que el gobierno federal no tiene planes de utilizarla.
«No pensamos usarla nunca, es un chaleco antibalas, un seguro», dijo el funcionario en conferencia de prensa para dar a conocer los resultados de su participación en las Reuniones Anuales del Banco Mundial y del FMI en la ciudad de Washington.
«Se mantiene ante un panorama internacional incierto. Estará ahí para dar certidumbre», añadió.
RATIFICACIÓN DEL TEC-MEC
Sobre la ratificación pendiente del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), señaló que en el caso de Canadá no existe un elementos que esté bloqueando la ratificación, y sólo están buscando sincronizarse con el Congreso de la Unión Americana para concluir el proceso.
Respecto a Estados Unidos, Herrera indicó que no existen cuestionamientos técnicos, pero sí políticos. Señaló que existían dudas sobre el presupuesto para poder implementar la reforma laboral en México, ya que los legisladores lo relacionaban con el presupuesto de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social que muestra variaciones al estar ligado al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, por lo que su equipo se dio a la tarea de explicarles que el presupuesto para la reforma laboral estaba seguro.
Comentó que la ratificación pronta del tratado sería un anclaje de certidumbre a la región de Norteameríca, un panorama muy diferente al que está sucediendo en otras partes del mundo.
REUNIÓN CON CALIFICADORAS
El titular de la SHCP también sostuvo encuentro con representes de las tres calificadoras más importantes del mundo -Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s- a quienes dejó de manifiesto que es una realidad que la economía de México se está ralentizando.
También explicó las medidas contracíclicas que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está implementando, como son el impulso a la inversión; a las concesiones en infraestructura, principalmente en carreteras; al consumo a través de la banca de desarrollo y el aceleramiento a los procesos de licitación en el país.
Además, les compartió las expectativas que se tienen en materia fiscal, tras haber aprobado la ley en contra de las empresas factureras.
PREOCUPACIÓN EN EL G20
Respecto a las reuniones entre los países del G20, Herrera señaló que la principal preocupación entre las naciones más grandes del mundo es la desaceleración sincronzada de la economía mundial, ya que en 18 de los 19 países que conforman el bloque hubo un ajuste a la baja en sus expectativas de crecimiento.
Señaló que aunque los ministros de finanzas están consientes de que la caída en la economía global tiene un carácter cíclico, después de un periodo de crecimiento muy prolongado, también es una realidad que elementos como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y la salida del Reino Unido de la Unión Europea han generado un clima de gran incertidumbre.
Otra de las grandes preocupaciones es el cambio climático, donde las naciones del G20 coincidieron en que es necesario tomar medidas antes de que el daño sea irreversible.
Referente al impuesto a la economía digital, un tema que está dentro de la agenda del FMI, el titular de la SHCP señaló que la discusión se retomará en el 2020 y se espera que se llegue a un acuerdo en la reunión del próximo año.
Subrayó que todos los asistentes coincidieron en la necesidad de gravar a un sector con gran crecimiento en el mundo -en México ya representa el 5.2% del PIB-, pero aún no existe un acuerdo sobre dónde se debe de pagar el impuesto, si donde generan el servicio o donde se consume.