Para el aspirante a la Rectoría de la UNAM, Daniel Velázquez, el principal «talón de Aquiles» universitario es la opacidad en el uso de recursos públicos, por lo que propone que el Congreso de la Unión implemente una auditoría exterior y con ello no «se abuse» de la autonomía. En entrevista, habló sobre la idea del Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre eliminar los exámenes de admisión, el narcomenudeo, los encapuchados dentro de las instalaciones, y el acoso sexual de profesores a estudiantes.
Ciudad de México, 10 octubre (SinEmbargo).– El ingeniero Daniel Velázquez Vázquez, uno de los cuatro candidatos a la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante el periodo 2019-2023, propone que el Congreso de la Unión promueva una auditoría externa para transparentar el uso de los recursos públicos, rechazó eliminar los exámenes de admisión, y acusó que las autoridades universitarias han tolerado la venta de drogas, no han seguido el protocolo al encubrir a los encapuchados que han vandalizado la Torre de Rectoría, y revictimizan a las estudiantes que denuncian acoso sexual de los profesores.
«Las autoridades de mayor nivel dentro de la Universidad conocen hechos concretos que tienen que ver con que una alumna tiene que sufrir el acoso sexual de profesores a cambio de una calificación. Las estudiantes han denunciado ante las oficinas jurídicas de la Universidad, y ha habido ocasiones en que han sido revictimizadas por las propias autoridades universitarias. Cuando ha habido la denuncia, no solamente contra el profesor sino contra la autoridad que revictimizó, encuentran algún mecanismo para que a esta denuncia ya no se le dé seguimiento o se desestime», aseguró Velázquez en entrevista con SinEmbargo.
La Junta de Gobierno de la UNAM informó que quienes solicitaron ser registrados como aspirantes a la Rectoría son Angélica Cuéllar Vázquez, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; Enrique Luis Graue Wiechers, Rector que busca la reelección; Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas; y Daniel Velázquez Vázquez, académico de la FES Aragón. El próximo 24 de octubre se publicarán los nombres de quienes cumplan de mejor manera con los requisitos establecidos en la legislación universitaria.
El ingeniero civil Daniel Velázquez propone abrir un tercer turno en las carreras del nivel superior para aprovechar las horas entre las clases matutinas y vespertinas en que las aulas permanecen vacías, para admitir una mayor cantidad de estudiantes o que se distribuyan mejor dentro de las aulas; inspeccionar que los profesores cumplan con el perfil de las clases que imparten; abrir escuelas nacionales en Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Campeche y Guerrero para acercar la oferta educativa a esas entidades; y auditar los recursos universitarios.
«Ese sería el principal talón de Aquiles de la Universidad: el ejercicio de sus recursos», dijo. «Si pensamos en un auditor externo, nombrado por el Congreso de la Unión que venga a auditarnos, entonces los procesos dentro de la Universidad no solo serán más transparentes, sino que el destino de los recursos serán mucho mejor aplicados, y no tendríamos por qué estar ocultando el destino porque esos recursos son parte del erario público, por lo tanto, tenemos que ejercerlos con claridad, muchas transparencia y responsabilidad».
El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha declarado en conferencias matutinas la idea de eliminar los exámenes de admisión a la UNAM en nivel preparatoria y licenciatura porque, dice, los gobiernos anteriores «fueron dejando sin presupuesto a las universidades públicas» por lo que «no es que no pasen el examen de admisión», sino que hay no cupo ni espacio y «lo que se buscaba era que estudiara el que tuviera para pagar colegiatura».
Pero el aspirante a la Rectoría Daniel Velázquez, con Doctorado en Administración con enfoque en las organizaciones de educación superior, aseguró que «se debe de mantener el examen de admisión tanto para el nivel bachillerato como el nivel licenciatura y posgrado a aquellos estudiantes que vienen de otra institución educativa», ya que con el presupuesto actual la infraestructura de educación a nivel superior en el país no permite el ingreso de la mayoría que demanda.
En el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2020 se contemplan para la UNAM 41 mil 317 millones de pesos, más que en 2019. En el último examen de admisión a nivel licenciatura, solo un aspirante de cada 10 logró ser aceptado: de 153 mil 183 que aplicaron para cursar alguna de las carreras, solo 15 mil 449 alcanzaron el puntaje requerido.
Sobre el narcomenudeo dentro de las instalaciones universitarias, el ex Secretario Técnico de la FES Aragón afirmó que «las autoridades han sido muy tolerantes», pues se sabe «en qué lugares, en qué aulas, en qué patio, en qué instalación deportiva se consume y en qué lugar se vende». Su propuesta es preventiva en cuanto a impulsar la inteligencia emocional del alumnado para disminuir el consumo y con ello la oferta ilegal de mariguana, cocaína, LSD, crack, éxtasis y demás.
Finalmente, respecto al vandalismo registrado en la Torre de Rectoría más de una vez por parte de encapuchados, el Ingeniero Daniel Velázquez afirmó que «si las autoridades universitarias niegan quiénes son los responsables, me parece que sería una forma de encubrirlos», ya que alrededor del edificio hay cámaras que captan quiénes son y cómo se acercan. «Conocen la mayoría de los nombres de quienes lo hacen, pero no ha habido la decisión de actuar en términos legales».
«SE DEBE DE MANTENER EL EXAMEN DE ADMISIÓN»
–¿Por qué busca la rectoría de la UNAM?
–Porque tiene muchas cosas por mejorar. Principalmente, en el área académica, de investigación, de difusión y administración.
–¿De qué va su Plan de Trabajo 2019-2023 presentado a la Junta de Gobierno?
–El proyecto se basa principalmente en la función sustantiva más importante de la Universidad que es la docencia. En cuanto a investigación, la Universidad tiene un alto nivel y la difusión también lo tiene. Sin embargo, los procesos de docencia y procesos de enseñanza-aprendizaje tienen muchísimo por mejorar. Me parece que la administración no ha sabido dar respuesta a la masificación de la universidad. Efectivamente es difícil crear más infraestructura, sin embargo, con la que se tiene no se ha optimizado. Pensamos que se puede crear un tercer turno en todas las carreras.
Una carrera promedio tiene clases entre 7 y 1 de la tarde, y entre 4 de la tarde a 10 de la noche, y hay un hueco en donde la mayoría de las aulas se encuentran vacías. Se puede utilizar la infraestructura en ese tiempo y poder admitir una mayor cantidad de estudiantes, o que se distribuyan mejor los alumnos, ya que hay aulas donde están hasta 80 o 100 alumnos cuando fueron planeadas para máximo 60. Por ganarse el espacio de la banca se han creado problemas de fricción.
Ahora pensemos en un profesor que tiene que dar clases a un grupo de 80 o 100 alumnos; de qué calidad va a ser esa clase cuando tendría que revisar 80 o 100 trabajos, tareas o exámenes. Eso hace que los profesores disminuyan el número de tareas, porque es difícil que puedan cumplir con ello. Además, el perfil de los profesores en muchas ocasiones no corresponde a la asignatura que imparten, entonces se debe cubrir más los aspectos de orden laboral.
–¿Qué dice de la idea del Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre cancelar los exámenes de admisión a la UNAM para dar entrada a todos?
–Dividiría esta cuestión en dos. Los que ya entraron a la universidad que están en CCH o ENP ya hicieron su examen de admisión. En cuanto a ese pase automático-reglamentado, estoy de acuerdo en que se siga manteniendo, porque la persona que entra al bachillerato universitario ya es universitario. El pase reglamentado está bien, porque el nivel licenciatura reconoce las evaluaciones que le dieron en el nivel bachillerato. Hay otro pase, que es el de la licenciatura hacia los posgrados. Te hacen evaluaciones para poder seleccionar a quienes ingresarán a la maestría y doctorado. El otro momento es qué pasa con estudiantes que no son universitarios y que por primera vez van a ingresar. Se debe de mantener el examen de admisión tanto para el nivel bachillerato como el nivel licenciatura, y posgrados de aquellos estudiantes que vienen de otra institución educativa. Porque no podemos dar confianza ciega a instituciones que desconocemos sus procesos educativos.
–¿Coincide o no con la idea del Presidente López Obrador de que el examen de admisión a universidades públicas es el pretexto para rechazar a los jóvenes, que «lo que se buscaba era que estudiara el que tuviera para pagar colegiatura»?
–No coincido, porque la infraestructura de educación a nivel superior en el país no nos permite hacerlo. Si tuviéramos una cobertura mucho más amplia en la que podamos absorber al 80 por ciento de la demanda a educación superior, probablemente. Pero en este momento, no nos da. En este momento nos da para seleccionar a los mejores, a los que puedan garantizar que su estancia en la universidad va a ser mejor aprovechada.
–¿El presupuesto para la UNAM tiene algo que ver para esa mayor cobertura?
–Sí, muchísimo. En el Plan de Trabajo que propongo está contemplado abrir escuelas nacionales en Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Campeche y Guerrero, en las que la oferta educativa esté más al alcance para estudiantes de esas entidades a nivel medio superior y superior. Las FES Aragón, Acatlán, Zaragoza, Iztacala, y Cuatitlán en su momento nacieron como Escuelas Nacionales por propuesta del doctor Pablo González Casanova. Todo estaba concentrado en Ciudad Universitaria, por lo que se abrieron escuelas en la periferia, en las orillas de la Zona Metropolitana. En Aragón, por ejemplo, vienen de Texcoco, Acolman, Estado de México, e Hidalgo. Antes tenían que trasladarse de Texcoco a CU. Además de ampliar la oferta educativa, la acercó a la población. También tenemos que hacer eso a nivel nacional con la visión de llevar la educación de la UNAM a otros estados.
–¿Cuánto presupuesto se necesitaría para las escuelas nacionales?
–Ahorita la UNAM tiene 40 mil millones de pesos. No se van a crear de la noche a la mañana, sino que es un proceso. En los primeros momentos serían tener instalaciones a la capacidad financiera de la universidad, una infraestructura pequeña que vaya creciendo.
USO DE RECURSOS, «EL TALÓN DE AQUILES» DE LA UNAM
–Independientemente de la función académica y de difusión, ¿cuáles son los vicios de la UNAM?
–La autonomía se tiene que usar de manera responsable. Significa la libertad de cátedra, libertad de investigación y libertad para difundir nuestra investigación en cualquier medio. Pero en algunos momentos se ha abusado de esa autonomía al pretender que ninguna estancia municipal, local o federal se meta con la universidad. Se supone que la universidad es auditada por la Auditoría Superior de la Federación, pero no se da en todas las facultades, institutos y centros, solamente en algunas de ellas.
Lo que requiere la UNAM para transparentar sus propios recursos es que el Congreso de la Unión nombre a un auditor que haga el trabajo dentro de la universidad. Porque si nosotros con la Contraloría Interna que tenemos estamos auditándonos, podemos ponerle tache o palomita a lo que nosotros consideremos. Pero si pensamos en un auditor externo, nombrado por el Congreso de la Unión que venga a auditarnos, entonces los procesos dentro de la universidad no solo serán más transparentes, sino que el destino de los recursos serán mucho mejor aplicados, y no tendríamos por qué estar ocultando el destino porque esos recursos son parte del erario público, por lo tanto, tenemos que ejercerlos con claridad, muchas transparencia y responsabilidad.
Un poco ocurre como lo que ocurre en la Iglesia y el Ejército, donde nadie se puede meter a ver qué están haciendo. La Universidad está un poco como esas instancias. Ese sería el principal talón de Aquiles de la Universidad: el ejercicio de sus recursos. No sabemos con exactitud cuánto se le paga a los funcionarios universitarios, porque una cifra es lo que dice el talón de cheque o del depósito bancario y otra lo que realmente les están depositando. La rendición de cuentas y los sueldos también se tienen que aplicar en la Universidad, y esos recursos económicos tendrían que ser canalizados para mejores condiciones de enseñanza-aprendizaje.
–¿Qué me dice del STUNAM?
–Es un sindicato de reciente creación, tiene menos de 50 años de antigüedad. Principalmente defiende los intereses de los trabajadores, y tiene una pequeña sección de académicos sindicalizados, pero la mayoría son administrativos desde intendencia, vigilancia hasta secretarias y administrativos. Defiende a sus trabajadores y creo que está haciendo un papel, dentro de lo que cabe, correcto.
–O sea que de todos los vicios del sindicalismo en México, ¿la STUNAM no entraría en esto?
–Yo creo que tiene todos los vicios que tiene la mayoría de los sindicatos. En cuanto a la defensa laboral, me parece que es adecuado su ejercicio. Algunos de los vicios que tiene el STUNAM es que una persona puede entrar como trabajador de intendencia, entonces lo que va haciendo es ganándose puntos dentro del escalafón para escalar a otros puestos. Pero ha ocurrido que quien entre en intendencia logra el puesto de vigilante con el tiempo, pero puede ser alguien sin la condición física para su labor, o no está capacitada para ello.
ESTUDIANTES ACOSADAS
–¿Qué propuesta tiene sobre la venta de drogas en las Islas, las facultades?
–Sí. He vivido muy de cerca esa problemática y la he observado. Las autoridades han sido muy tolerantes a la cuestión que tiene que ver con el consumo y narcomenudeo de drogas. Se sabe, por ejemplo, en qué lugares de las instalaciones, en qué aulas, en qué patio, en qué instalación deportiva se consume, en qué lugar se vende. Las autoridades han sido extremadamente tolerantes de tal manera que se ha dejado crecer, y lo que antes ocurría en un número reducido de espacios ahora se ha generalizado y se ha profundizado en cuanto a los efectos negativos. Hay muchas acciones, yo me iría a la acción preventiva.
Dentro del trabajo que hacemos de investigación, estamos evaluando la inteligencia emocional y creativa de los estudiantes, el rendimiento académico y muchas variables. Tenemos como propuesta que se tienen que generar acciones y programas preventivos que hagan que los estudiantes mejoren su inteligencia emocional y ayude a su salud mental. Reduciendo la demanda, se reducirá el mercadeo de estas sustancias. Con datos de la UNESCO, podemos intervenir aproximadamente en el 12 por ciento de los estudiantes, un beneficio para 2 mil estudiantes.
–¿Qué medidas implementará contra el acoso sexual de maestros a alumnas?
–Las mujeres y también hombres que han acompañado a estas mujeres que protestan en contra del acoso sexual hacia las estudiantes me parece que es una protesta legítima. Porque sí se da este fenómeno, y en muchas ocasiones es tolerado por las autoridades universitarias. Ha habido tendederos donde las estudiantes denuncian con nombre y apellido a los profesores. Las autoridades de mayor nivel dentro de la Universidad conocen de hechos concretos que han contribuido a debilitar los principios universitarios. Hechos concretos que tienen que ver con que una alumna tiene que sufrir el acoso sexual de profesores a cambio de una calificación o de otras cosas.
Las estudiantes han denunciado ante las oficinas jurídicas de la universidad, y ha habido ocasiones en que han sido revictimizadas por las propias autoridades universitarias. Cuando ha habido la denuncia, no solamente contra el profesor sino contra la autoridad que revictimizó, encuentran algún mecanismo para que esta denuncia ya no se le dé seguimiento o se desestime. Entonces, el hecho de haber desestimado una denuncia legítima hace que los profesores incurran nuevamente en las mismas acciones y hace que las estudiantes tengan todavía mayor fuerza para protestar en contra de estas acciones. Tienen razón, sí tienen razón. ¿Qué es lo que hay que hacer? Que las oficinas jurídicas deben no solamente actuar dentro del marco universitario, sino también dentro del marco legal de la nación acompañando a las estudiantes a los ministerios públicos, dándoles seguimiento a todas las acciones legales que quieran ejercer en contra de su agresor, y que se pongan las sanciones que correspondan. Eliminar o disminuir la impunidad que se da en este ejercicio va hacer que este ejercicio disminuya.
–¿Serán necesarios talleres de violencia de género para estas personas?
–Este tema no es nuevo. Si los funcionarios universitarios después de una década no saben que existe legislación, que existen protocolos para la intervención, si no lo saben, yo no sé qué están haciendo. Se darán cursos y otros cursos, y el funcionario va a tener la misma actitud. Tiene que ver con el trabajo, con la ética de los funcionarios que en este momento están trabajando para la universidad, con los principios.
ENCUBRIMIENTO DE ENCAPUCHADOS
–Sobre los encapuchados dentro de Rectoría…
–Estoy en contra de cualquier manifestación violenta dentro y fuera de la universidad; es reprobable que cubiertos por el anonimato hagan improperios. Es muy fácil decir que es un ataque contra [el rector Enrique] Graue. Si las autoridades universitarias niegan quiénes son los responsables, me parece que sería una forma de encubrirlos. En los alrededores del edifico de Rectoría hay muchas cámaras y se ubicó perfectamente antes de que ocurrieran esos hechos a las personas que están encapuchadas. Algunas de ellas ahí mismo en la explanada se ponen la capucha, de tal manera que están identificadas. Conocen la mayoría de los nombres de quienes lo hacen, pero no ha habido la decisión de actuar en términos legales. No tiene nada que ver con perjudicar al Rector, porque esto no es nuevo.
–¿Cuál es su comentario de cada uno de los otros tres candidatos?
–Los tres son universitarios ejemplares, los tres merecen todo mi respeto, incluso mi admiración por el trabajo que han hecho. El Rector Graue dentro de la Rectoría, y la doctora Cuéllar en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, y el doctor Salazar en el Instituto de Investigaciones Jurídicas. Creo que cualquiera de los tres que quede como Rector estoy seguro que pondrían todo su esfuerzo para hacer el papel que los universitarios necesitamos.
–¿Siente que la opinión pública se está inclinando hacia la reelección de Graue?
–Habría que dividir la opinión pública. Separaría qué opinan los estudiantes universitarios –que se puede hacer una revisión en redes sociales– sobre el trabajo del doctor Graue en Rectoría; otro sector sería los medios de comunicación y líderes de opinión; y otro son los funcionarios universitarios. No tengo la menor duda de que la gran mayoría de los funcionarios universitarios están por la reelección del doctor Graue porque son parte del mismo cuerpo de trabajadores de confianza dentro de la Universidad. Habría que preguntarle a la audiencia en general cuál es la opinión más válida: la de los funcionarios, la de la prensa o la de los estudiantes que son los usuarios del servicio que la Universidad les presta para formarlos de manera integral.