Lumaltok, una banda de blues/rock originaria de Chiapas, México, da una especie de resignificación a la colonización, apropiación cultural y monopolización de idiomas en la música popular al cantarlo en tsotsil, lengua maya que se habla principalmente en los Altos de Chiapas, en los pueblos que son de etnia tsotsil.
Por Diego Urdaneta
Ciudad de México, 6 de octubre (Vice).- Robert Johnson. Padre del blues, género creado desde las entrañas de la comunidad afroamericana estadounidense. Nada más representativo de la cultura americana que este género. El blues fue apropiado por hombres blancos americanos e ingleses (Elvis Presley, Bill Halley, The Beatles por ejemplo) para versionarlo en rock n’ roll y llevarlo así a lo más alto de las cimas de listas de popularidad musical.
El rock n’ roll se ha asociado a la lengua inglesa históricamente. Incluso el rock en español comenzó a dar sus primeros pasos mimetizando y traduciendo canciones de The Beatles o éxitos del rock en inglés. Por ejemplo, la canción «El relojito» de Gloria Ríos, el primer asomo del rock en español en 1956, es claramente una versión de «Rock Around The Clock», de Bill Haley. Hoy, en 2019, contamos con propuestas como Lumaltok, una banda de blues/rock originaria de Chiapas, México, que da una especie de resignificación a la colonización, apropiación cultural y monopolización de idiomas en la música popular al cantarlo en tsotsil, lengua maya que se habla principalmente en los Altos de Chiapas, en los pueblos que son de etnia tsotsil.
«No hay mucha diferencia a la hora de hacer blues en tsotsil. Nuestro proceso creativo es igual. La música se toca con la misma intensidad y sentimiento ya sea en tsotsil, inglés, español; sea tocada por gente de color, indígenas, blancos o lo que sea. Al final de cuentas es un lenguaje universal. Y el blues, el rock, significan lo mismo independientemente de cómo se cante y tendrán el mismo impacto, pues va más allá de eso. Y quizás nosotros seamos un ejemplo puesto que no sabemos inglés, pero nos gustan las canciones cantadas así; sentimos lo que transmiten, a pesar de que no las entendamos del todo», me cuenta Checko, uno de los compositores y miembros fundadores de la banda Lumaltok, en un correo electrónico.
Lumaltok llegó al blues por familiares y amigos que oían el género. «Nosotros oíamos psychedelic pox blues, que es como una mezcla entre el country y algún otro estilo ocasional. Nos movemos dentro de ese género porque es lo que nos gusta. Llegamos a él de niños por nuestras familias y amigos. Ya luego con el tiempo nos dimos cuenta de que esto es lo que realmente queríamos hacer y entendemos el género mucho más que antes. Lo disfrutamos muchísimo, como no tienes idea. De igual forma podríamos haber hecho cumbia, bachata o banda, pero realmente no tendría sentido para nosotros. Que nosotros hagamos blues es lo más sincero que podemos dar», dice Checko.
Checko siente que, por estar en un idioma que no muchas personas hablan, su propuesta ha sufrido rechazo o incomprensión y esto ha obstaculizado su masificación.
«Quizás, en principio nos ha costado que más gente nos conozca porque a casi nadie le interesa o habla el tsotsil. A veces hay gente que no nos comprende del todo. En nuestro pueblo nos han tachado de locos por el ruido que hacemos al tocar y nuestra apariencia. También algunas personas que no son indígenas nos ven solo como un objeto antropológico o así, no nos toman en serio y nos dicen ‘si no cantaran en tsotsil nadie daría un centavo por ustedes'», cuenta. Sin importar esto la banda sigue tratando de figurar y que su música suene, aunque piensan que esto de «masificarse» no depende nada más de sus esfuerzos:
«La masificación no es tarea solo nuestra. Hay Miles de músicos queriendo esto, si bien no buscan nada más la fama, buscan que su música sea reconocida y ser escuchados por la mayor cantidad de gente posible. Pero siento que hoy solamente un pequeño y determinado círculo de músicos pueden serlo, muy pocos acaparan medios e interés. Al final los demás buscamos otras formas de darnos a conocer», cierra el compositor de la banda.
Hoy la música hecha en Latinoamérica domina al mundo. Está quizás en su momento más exitoso. Para dar algunos datos recientes: Romeo Santos llenó el Met Life hace días en New York City con 80 mil personas cantando en español; el video más visto del año es «Con calma» de Daddy Yankee Ft Snow, los festivales más importantes del mundo (Lollapalooza, Coachella) son liderados por artistas latinos que cantan en español. Los integrantes de Lumaltok decidieron cantar en tsotsil sabiendo que no a mucha gente le interesa o habla el idioma, el poco espacio en medios o festivales.
Es un error comprometer a las expresiones artísticas por el empaque o presentación en el que vengan. Cada manifestación creativa tiene distintos tiempos y formas de vida, y el impacto que tenga alguna dentro de nosotros no debería estar condicionado si es en forma de una pintura hecha por una argentina, una película hablada en guaraní o una canción cantada en maya. Pero esto no es así realmente y la verdad es que al público sí le importa:
«La aceptación que hemos tenido es diversa, tanto que hay gente a la que le encanta lo que hacemos como a los que no. El blues tiene sus orígenes en la música africana, luego fue interpretada por esclavos, fue adquiriendo elementos de otros estilos y culturas, pero que se mantenía entre los marginados y discriminados, cosa que no sólo pasa entre gente de habla inglesa. Entonces aquí el idioma con el que se canta termina siendo sólo la forma conocida por el cantante en turno para transmitir su mensaje. Incluso, hay mucho parecido entre la historia de la gente de color, indígenas, y de otras culturas y pueblos», dice Checko.
El castellano ha sufrido racismo y clasismo históricamente. En muchas ocasiones, para visibilizarnos en el mundo, los latinos tuvimos que esconder nuestro español. Hubo un momento en que los artistas más exitosos del español cantaban en inglés (Ricky Martin y Shakira son grandes ejemplos) para poder llegar al mercado gringo. Hoy en día no es necesario y los exponentes más importantes de la música pop en español han hecho colaboraciones con artistas de Estados Unidos cantando 100 por ciento en español.
Aun así, dentro de la misma Latinoamérica es difícil que propuestas en otros idiomas que no sean castellano y portugués tengan algún espacio en medios de comunicación o que el público realmente acepte:
«Llevamos intentando sonar y darnos a conocer durante los once años de nuestra existencia. Hay muchos medios que transmiten y difunden nuestra música, pero obviamente la mayoría no se centra en estos géneros, son pocos a comparación de los que pasan banda o reggaetón. Y como te dije antes: podríamos estar tocando bachata, cumbia o banda, para así poder lograr más dinero pero no sería sincero ni nos sentiríamos cómodos como músicos.»; dice Checko sobre la falta de espacios para propuestas en lenguas indígenas.
En el continente hay 560 lenguas además del castellano y portugués tratando de sobresalir. La música latina no tendría por qué tener algún tipo de trabas para darse a conocer dentro de su mismo lugar de origen: «Creo que la música y el arte en general, hecho en lenguas indígenas o en cualquier otro idioma, seguirá creciendo, expandiéndose hasta formar algo incluso más grande, muchas propuestas emergerán y seguirán superándose en calidad. Aunque tampoco es fácil, te vas a encontrar infinidad de obstáculos, pero también hay cosas de las que aprendes , sólo es cuestión de aguantar y seguir haciendo lo que te gusta», concluye Checko.