El Paquete Económico 2020 consolida la política social del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero el bajo nivel de ingresos públicos refleja la necesidad de una Reforma Fiscal, en un entorno económico complicado en que la deuda pública aumentará entre 2019 y 2020, destacó el CIEP. Además, los requerimientos financieros de los siguientes años se basan en: una producción [no sustentada] de petróleo y la reducción del servicio de deuda.
Ciudad de México, 11 de septiembre (SinEmbargo).- El Paquete Económico 2020 es “responsable” porque “busca preservar equilibrios macroeconómicos”. Sin embargo, dichos equilibrios implican riesgos por el “reducidísimo espacio fiscal que restringe las políticas públicas”, por su estructura programática que es “esencialmente política” y debido a que el sistema fiscal con objetivos estructurales y sostenibles sigue siendo “una tarea pendiente”, según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
“No nos gusta que los requerimientos financieros de los siguientes años se cuadran con base en dos variables que son clave: Una, que se espera una producción [no sustentada] de petróleo que aumente mucho […] y también que se espera que se vaya reduciendo el servicio de deuda por decrementos en las tasas internas de intereses”, lo que puede o no suceder, explicó Héctor Juan Villareal Páez, director general del CIEP.
En términos generales, el presupuesto para 2020 asciende al 23.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Esto es 0.8 por ciento de aumento en comparación con el presupuesto para 2019.
Entre los rubros en que hubo aumentos presupuestarios estuvieron los de energía, seguridad social, programas prioritarios y seguridad pública. En cambio, los rubros de agricultura, economía y medio ambiente tuvieron reducciones presupuestarias.
Pese a que las medidas adoptadas son “interesantes”, los integrantes del CIEP urgieron la necesidad de una reforma fiscal integral, así como acciones para subsanar el sistema de pensiones en México.
Acerca de este último punto, Villareal mencionó que “el sistema de pensiones es una tragedia para el sistema fiscal mexicano. Nos va a meter en un problema” si no es solucionado.
Asimismo, comentó que en este Paquete Económico quedaron dos temas pendientes:
Uno es el sistema fiscal “que no tiene las condiciones estructurales para hacer política pública de largo plazo. Se habla de universalizar, por ejemplo, la salud pública y en general muchos servicios […] pero no tenemos dinero para hacerlo”.
De acuerdo con Villareal, se contempla un modelo de crecimiento económico basado en la inversión privada.
“Si nosotros ahorita le pidiéramos al sector público inversiones importantes, simple y sencillamente no tiene el dinero para hacerlo. Y viene un debate bien interesante hasta dónde la inversión pública y privada es sustituta o complementaria. Si es sustituta tenemos el modelo correcto. Si es complementaria vamos a tener un problema de crecimiento en mediano plazo muy importante”.
El segundo pendiente del Paquete sigue siendo la “sostenibilidad” económica, en el que entra la crisis de pensiones, la transición demográfica de una sociedad que está envejeciendo y el bajo nivel de recaudación fiscal, que nos pone en un sistema fiscal “muy endeble”.
LA REFORMA FISCAL
Según el CIEP, a pesar de las modificaciones tributarias y fiscales propuestas por el Gobierno de AMLO, incluyendo los gravámenes a la economía digital, “los ingresos tributarios se muestran, medidos como porcentaje del PIB, en niveles similares a los observados en 2015. Está falta de crecimiento en los ingresos acentúa la necesidad de una Reforma Fiscal integral, sobre todo al considerar el incremento considerable en el gasto en pensiones y el futuro aumento del gasto en Salud, como consecuencia del cambio demográfico que está viviendo el país”.
Asimismo, el CIEP observó que se espera que la deuda pública se ubique en 45.6 por ciento del PIB, lo que implica un incremento en 2019 y 2020. Dicho aumento se deberá, principalmente, a los mayores requerimientos financieros del sector público -que aumentaron en 0.1 por ciento del PIB en el último año- e implicará una deuda per capita de 94 mil 198 pesos.
En este contexto, el centro de investigación mencionó que la Reforma Fiscal no se limita al aumento en la recaudación de impuestos y que es parte de un proceso que “ya empezó” y que implica repensar el gasto.
En ese sentido, los integrantes del CIEP dijeron que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya inició con algunos cambios, como la parte de “repensar el gasto social”, ya que su administración está desmantelando programas sociales “clásicos” para sustituirlos por transferencias directas a la población, que es parte “de otra visión de un sistema fiscal; es parte de l Reforma Fiscal”.
Además, señalaron que el Gobierno federal le está apostando al cambio en la coordinación fiscal.
Esto implicó la virtual desaparición del Ramo 23 (de dónde salía dinero adicional para entidades federativas y municipios) y reducciones en los ramos 28 y 33 (que atienden participaciones a entidades federativas y municipios), que conllevó una reducción en los proyectos de infraestructura locales y estatales pagados por la Federación, que indica que “sí se está forzando un nuevo equilibrio en las relaciones públicas nacionales”.
El tercer pilar en donde la Reforma Fiscal ya empezó tiene que ver con la administración tributaria. Al respecto, el CIEP observó medidas para mejorar cuestiones fiscales antes de aumentar impuestos, como en el caso de las enmiendas para evitar la defraudación y evasión fiscal, que de acuerdo con el CIEP genera 1.75 por ciento del PIB sobre el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Sobre la prisión preventiva a quienes emitan facturas falsas, Hector Juan Villareal Páez comentó que no se trata de “terrorismo fiscal”, sino que tendrá que analizarse y que más bien es una medida para “taparle el negocio a una bola de trácalas”.
En el caso de las pensiones, que representan un gasto equiparable al 4.2 por ciento del PIB y que crecería en 6.2 (pensiones contributivas) y 23 por ciento (pensiones no contributivas) entre 2019 y 2020, el director del CIEP refirió que no tiene caso hacer una Reforma Fiscal para pagarlas, pero sí tomar medidas para evitar que a mediano y largo plazo se convierta en un problema aún más insostenible.
LOS CAMBIOS AL PRESUPUESTO
De acuerdo con el CIEP, el Paquete Económico 2020 implicó un recorte a la mitad de los ramos administrativos, mientras que el presupuesto destinado a proveer bienes y servicios se mantuvo como porcentaje del PIB en 16.7 por ciento.
Además, la nueva administración redujo el gasto federalizado en 0.5 por ciento con respecto a 2019, para alcanzar un gasto equiparable al 7.5 por ciento del PIB.
Entre los sectores en que hubo recortes presupuestarios destacaron 37 (de 68) programas presupuestarios de Educación, que permitirán reorientar el gasto a programas prioritarios de educación media superior y superior, como Jóvenes Escribiendo el Futuro y Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez. Para el CIEP destacó la reducción de 38.2 por ciento al presupuesto del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
Pese a los incrementos en el sector Salud, la asignación presupuestaria en el rubro sigue siendo un pendiente para el actual Gobierno.
De acuerdo con el CIEP, “se presenta un incremento de 2.1 por ciento en todo el sistema de Salud, generado por el aumento al presupuesto del IMSS y del ISSSTE”. Sin embargo, “aunque la Secretaria de Salud presenta reasignaciones con la creación del sector central y del Programa de Atención y Medicamentos para toda la población sin seguridad social laboral, en un primer escenario de atención que considera una cobertura ideal, el incremento debería aproximarse a 66 por ciento; en cambio fue de 0.43 por ciento”.
En el caso de los aumentos presupuestarios destacó el gasto en inversión (obra pública, gasto de capital diferente de obra pública y otros gastos de inversión) que aumentó en 2.5 por ciento real con respecto a 2019.
Pese al incremento, el CIEP señaló que la inversión pública fue a la baja en 5 por ciento real en comparación con 2019 y que el 94.
El 6 por ciento de este gasto está concentrado en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT), “dejando poco presupuesto para otros rubros relevantes como Salud y educación comprometiendo el crecimiento del capital económico y humano”.
En el caso de la Seguridad Pública, el presupuesto experimentó un crecimiento de 7.9 por ciento real respecto a 2019. Esto contempla la creación de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) que tiene a su cargo a la Guardia Nacional.
Sobre los recursos de la SSPC, el CIEP indicó que provinieron principalmente de programas presupuestarios que operaba la Secretaría de Gobernación (Segob), que experimentó una disminución de su presupuesto de 90 por ciento con respecto al Presupuesto de Egresos (PEF) de este año.
Asimismo, el gasto en Energía tuvo un incremento real de 5.8 por ciento, sobre todo a favor de la Secretaria de Energía (+68.9 por ciento).
Más allá de reconocer que el presupuesto para 2020 prioriza el gasto en hidrocarburos, donde se incluyen recursos para la Refinería Dos Bocas, el CIEP refirió que los ingresos de CFE serán 3.5 por ciento menores el año que viene.
En el caso de los ingresos petroleros, el CIEP estimó que habrán afectaciones por la disminución de la carga fiscal de Pemex, además de la expectativa de aumentar la producción petrolera en 0.3 por ciento entre 2019 y 2020, que ubicaría los ingresos de Pemex en un equivalente de 2.2 por ciento del PIB.
