Meneses da inicio al proyecto titulado Niños futbolistas, en la que durante su recorrido por varios países busca a su protagonista. El autor consulta a representantes, abogados, agentes, dueños de escuelas de futbol, periodistas deportivos, managers, y sobre todo a los menores que desean llegar al éxito… y narra sus historias.
Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).– Pisar el césped, mirar a la grada y ver que no hay ni un asiento vacío, escuchar el latido del corazón orquestado con los cánticos de los aficionados, mirar el arco, patear el esférico y que este atraviese la línea de gol para concretar su misión; ese es el sueño de millones de niños alrededor del mundo, el mismo que muchas veces se queda en el camino, y sólo unos pocos pueden vivir.
El periodista chileno Juan Carlos Meneses emprende una búsqueda de los talentos en formación futbolística, con el objetivo de encontrar a la futura estrella de los estadios. El viaje lo llevó a Colombia, Argentina, Ecuador, Perú y México.
Meneses da inicio al proyecto titulado Niños futbolistas, en la que durante su recorrido por varios países busca a su protagonista. El autor consulta a representantes, abogados, agentes, dueños de escuelas de futbol, periodistas deportivos, managers, y sobre todo a los menores que desean llegar al éxito… y narra sus historias.
América Latina es uno de los principales formadores de jóvenes promesas del balompié mundial. «Lo que más se vende en el extranjero son los argentinos; los uruguayos son un producto en alza porque se adaptan a todas las condiciones y muchos también tienen pasaporte europeo, pero un brasileño todavía vale más que el resto».
«Niños futbolistas es, pues, el viaje en busca de un buen jugador para luego ofrecer el ‘producto’ en Europa, principalmente en España».
Historias en los barrios pobres de Latinoamérica forman esta obra literaria. En presencia de los expertos en la industria, Juan Carlos Meneses apunta al pie de la letra los consejos de cada uno de sus entrevistados.
Ellos, los niños futbolistas, sueñan con consagrarse como lo han hecho sus ídolos, y así poder comprar cosas para sus familias. Barcelona, Old Boys, Real Madrid… todos quieren llegar a las grandes instituciones.
Una familia peruana le dio hospedaje a un niño en su casa, en 1996, cuando se jugó la Copa de la Amistad en Cantolao, Perú. Entre los equipos infantiles participantes estaba el Newell’s Old Boys de Argentina, donde jugaba el pequeño huésped que portaba el 10 en el dorsal. Lo invitaron a comer pollo frito, se intoxicó y al otro día anotó nueve de los diez goles que obtuvo su escuadra. Ese niño futbolista era Lionel Messi.
Meneses, en busca del protagonista de su libro, narra el encuentro que sostuvo con Guillermo Coppola, quien fue representante de Diego Armando Maradona. Este a su vez le dio consejos sobre cómo llevar a cabo la compraventa de un niño futbolista, cómo relacionarse con la prensa, el trato que debe tener con la familia de su jugador y sobre todo: la manera correcta de manejar el dinero y porcentajes, y así efectuar la transacción.
El autor llega a Medellín, donde conoce a pequeños que juegan al futbol en las canchas que mandó a construir el narcotraficante más famoso del mundo: Pablo Escobar. Esto en el barrio que lleva su nombre. En el camino también visita México: Guadalajara y la CdMx, en ese entonces Distrito Federal.
En la perla tapatía intenta entrevistar al niño Junior Joao Malec, que militaba en las fuerzas básicas de Chivas. Pero no tuvo éxito, pues los representantes del menor y el equipo no lo dejaban dar ninguna declaración como una medida de protección. Por otro lado, en la capital del país visitó a las divisiones infantiles del Club América, en la que sus integrantes no atravesaban el mejor estado anímico, pues Salvador Cabañas acababa de recibir un disparo en la cabeza.
Relatos de violencia, pobreza, pequeños que abandonaron su país de origen para ir a Europa en busca del sueño y que algunos terminaron en el abandono; Niños futbolistas es un libro que más que hablar de futbol, lo hace de la historia de quienes desean dejar su huella en las canchas.
«No quisiera que los lectores demonizaran el negocio de la compraventa de jugadores menores con una visión simplista, maniqueísta, de esta historia. Este libro no pretende ser una caza de brujas, ni desmontar una mafia. Pretende ser una observación de lo que hacemos a diario y en dónde nos sitúa eso. Se trata de comprender que todos esos jugadores que salen a la cancha los domingos no nacieron estrellas, sino que tienen una historia y un origen y han recorrido un camino que vale la pena tener en cuenta y celebrar cada vez que marcan un gol».
Meneses logra su objetivo después de un largo camino, de haber entendido cómo funciona el fichaje y venta de una joven promesa del futbol, «dando por finalizada oficialmente la búsqueda del protagonista en la sombra de este libro».