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En Once Upon a Time… in Hollywood, Margot Robbie fue la elegida para revivir a Sharon Tate, el amor del controvertido Roman Polanski, y complementó su trabajo con el de dos de los actores más cotizados del séptimo arte: Leonardo Dicaprio y Brad Pitt.
Ciudad de México, 25 de agosto (Economía Hoy).– No hay plazo que no se cumpla. Once Upon a Time… in Hollywood, la nueva película del director de cine estadounidense Quentin Tarantino ya se estrenó en las salas de cine de México. La violencia y la barbarie son dos de los aspectos que caracterizan el trabajo de este cineasta, pero para su penúltimo filme, hay quien considera que el realizador cruzó el límite al representar uno de los crímenes que más han conmocionado a la historia de Estados Unidos: el asesinato de la actriz Sharon Tate.
En Once Upon a Time… in Hollywood, Margot Robbie fue la elegida para revivir a Sharon Tate, el amor del controvertido Roman Polanski, y complementó su trabajo con el de dos de los actores más cotizados del séptimo arte: Leonardo Dicaprio, protagonista de la segunda película más taquillera de la historia: Titanic, y Brad Pitt.
Se calcula que para la realización de Once Upon a Time… in Hollywood, Quentin Tarantino habría contado con un presupuesto aproximado de 90 millones de dólares. La tercera parte del costo de realización se habría ocupado para pagarle a los protagonistas, y es que de acuerdo con información de la revista Variety, Leonardo Dicaprio, Brad Pitt y Margott Robbie cobraron entre nueve y 10 millones de dólares cada uno.
UN CRIMEN AMERICANO
Sharon Tate fue asesinada la noche del 8 de agosto de 1969, por lo que el estreno de Once Upon a Time… in Hollywood coincide con el 50 aniversario de las repugnantes acciones llevadas a cabo por ‘»La Familia» de Charles Manson.
Ese 8 de agosto, se celebraba una reunión en el número 10050 de Cielo Drive, al norte de Beverly Hill, en Los Ángeles. La esposa de Roman Polanski era la anfitriona, y ésta departía con Jay Sebring, Voytek Frykowski y Abigail Folger.
Cabe señalar que Sharon Tate estaba embarazada, a unas dos semanas de dar a luz, y que esa tarde había hablado por última vez con su marido, quien visitaba Londres y había informado que retrasaría su regreso.
Al día siguiente, como todas las mañanas, una mujer se presentó en el domicilio: Winifred Chapman, ama de llaves de la familia, quien encontró una sangrienta sorpresa.
En la entrada de la casa, muerto a tiros dentro de su coche, se halló el cadáver de un joven identificado como Steven Parent.
Dentro de la casa, en la sala, los cadáveres de Sharon Tate y Jay Sebring habían sido abandonados, unidos por una cuerda.
Y en el jardín estaban los cuerpos de Frykowski y Folger.
Todas las víctimas, excepto Steven Parent, habían sido apuñaladas hasta la muerte. El informe médico incluso señaló que tan sólo a Sharon Tate le causaron 16 heridas con arma blanca, de las cuales cinco por sí solas eran mortales.
Sin un sospechoso claro, la policía decidió interrogar al único sobreviviente de la masacre: el conserje William Garretson, quien vivía en la casa de invitados de la propiedad.
El conserje pudo explicar la presencia del joven Steven Parrent, quien lo había visitado y se había retirado alrededor de las 23:30 horas, cuando posiblemente se le interceptó y se le asesinó a disparos.
Al enterarse del crimen, Roman Polanski volvió a Los Ángeles para celebrar el funeral de su esposa.
El funeral de Sharon Tate fue realizado el mismo día que el de su amigo Jay Sebring, con horas de diferencia, para que sus conocidos pudieran asistir a ambos.
Sharon Tate fue sepultada con su hijo Paul Richard Polanski (nombre póstumo) en los brazos.
Cuando Quentin Tarantino presentó Once Upon a Time… in Hollywood a la prensa internacional, comparó su filme con Roma, de Alfonso Cuarón, debido a la carga de recuerdos que construyen a ambas cintas:
«He usado eso como ejemplo de vez en cuando porque Alfonso Cuarón realmente enfatizó cómo era una obra de recursos, un recuerdo de su infancia. Y esa es la mejor manera de describir esto porque viví en Los Ángeles en aquella época».
Probablemente entonces, Tarantino recuerda cómo el caos invadió a Los Ángeles tras el crimen contra Sharon Tate: estrellas de Hollywood abandonando la ciudad, ricos contratando personal de seguridad, familias comprando caros equipos de vigilancia, y teorías de conspiración apuntando a que el crimen había formado parte de un ritual satánico.
Roman Polanski no ayudó mucho, y es que la revista Time publicó un número especial basado en este crimen, cuya carta fuerte es una entrevista con el realizador de ‘El Bebé de Rosemary’, en la que el mismo viudo aparece posando en la escena del crimen con la sangre seca de su esposa a un lado.
Tras ser criticado, Roman Polanski se defendió y aseguró que su único objetivo era impresionar al público, a fin de que los lectores pudieran ayudar a dar con los responsables.
¿CÓMO LLEGARON A MANSON?
Apenas tres meses después, en noviembre de 1969, la policía detuvo a una mujer llamada Susan Atkins por el robo de un automóvil; en su celda, la delincuente conversó con otras internas y les presumió haber asesinado a Sharon Tate.
Sus palabras ocasionaron que fuera interrogada por los policías y a que revelara el nombre de sus cómplices: Charles Manson y ‘su familia’, integrada por Tex Watson, Patricia Krenwinkel y Linda Kasabian.
En Once Upon a Time in Hollywood, Damon Herriman fue el elegido para dar vida a Charles Manson, un líder sectario y músico aficionado que utilizó su influencia para hacer que sus cómplices asesinaran a personas sin que él siquiera tuviera que ensuciarse las manos.
Manson murió en 2017, tras purgar una condena por los homicidios de siete personas: Sharon Tate y las otras cuatro personas que murieron en su casa, y al día siguiente el del matrimonio Leno y Rosemary LaBianca.
En una reciente entrevista publicada por la revista Empire, Tarantino comentó que él llegó a preguntarle a su padrastro sobre quién era Charles Manson, y que la respuesta que recibió fue que «preferiría no saberlo».
Años antes de ser un criminal, Charles Manson trató de volverse famoso y pidió al músico Terry Melcher que le ayudara… y este se negó.
Años después, Manson presuntamente trató de desencadenar una guerra racial al asesinar a gente rica, con el fin de utilizar a sectores poco privilegiados como chivos expiatorios.
Para una de sus mayores masacres, Charles Manson eligió la casa en la que vivió Terry Melcher, el músico que le negó su apoyo: el número 10050 de Cielo Drive… que en ese entonces era ocupada por Sharon Tate.