Un estudio publicado en la revista científica Current Biology advierte que el blanqueamiento no es la única amenaza existente para los corales en un planeta que se está calentando. Los arrecifes también tendrán que resistir las olas de calor marinas extremas, que es «un fenómeno biológico distinto a los eventos de blanqueamiento», según los autores del estudio dirigido por William Leggat, un experto en arrecifes de coral de la Universidad de Newcastle en Australia.
Por Becky Ferreira, y Madeleine Gregory; traducido por Laura Castro
Ciudad de México, 25 de agosto (Vice Media).- Los humanos han sido cómplices durante mucho tiempo en la degradación de los arrecifes de coral a través del uso exhaustivo de la tierra, la contaminación y el cambio climático. Las altas temperaturas hacen que los corales sean más propensos a blanquearse (o expulsar sus algas simbióticas) y que los acidificados océanos corroan las estructuras coralinas.
Pero el cambio climático está exacerbando una amenaza mucho peor que el blanqueamiento de los corales; uno que causa su muerte inmediata.
Un estudio publicado el jueves pasado 15 de agosto en la revista científica Current Biology advierte que el blanqueamiento no es la única amenaza existente para los corales en un planeta que se está calentando. Los arrecifes también tendrán que resistir las olas de calor marinas extremas, que es «un fenómeno biológico distinto a los eventos de blanqueamiento», según los autores del estudio dirigido por William Leggat, un experto en arrecifes de coral de la Universidad de Newcastle en Australia.
«Ahora, vemos que también hay una temperatura a la que el animal coralino sufre de mortalidad inducida por calor», explicó en un correo electrónico la coautora Tracy Ainsworth, bióloga marina de la Universidad de Nueva Gales del Sur. «Esto no se trata de inanición, lo que sucede es que el animal en sí muere como consecuencia directa de la alta temperatura del agua».
Ainsworth y sus colegas comenzaron a examinar los efectos aislados de los picos rápidos de temperatura en los arrecifes de coral a raíz de una ola de calor marino que azotó la Gran Barrera de Coral de Australia en 2016. El evento expuso aproximadamente a un tercio del arrecife a temperaturas que «excedieron el umbral de mortalidad de los corales», dijo el equipo, lo que ocasionó que el 90 por ciento del arrecife experimentara algún grado de blanqueamiento.
Los investigadores seleccionaron dos especies de coral que fueron particularmente afectadas por la ola de calor de 2016: Pocillopora damicornis y Acropora aspera. En condiciones de laboratorio, expusieron a los corales a simulaciones de los aumentos extremos y rápidos de temperatura que experimentan los arrecifes.
Descubrieron que cuando un calentamiento severo golpea el océano, las colonias de corales pueden colapsar por completo en solo unos días. Los corales pierden su tejido, dejando completamente expuesto su esqueleto. Entonces, los microbios llegan y los cubren, creando una película que disuelve rápidamente ese esqueleto.
En otras palabras, las olas de calor severas no matan a los arrecifes lentamente. De hecho, la colonia muere de forma inmediata, el esqueleto se disuelve y toda la estructura colapsa.
«Debemos tomar acciones contra el cambio climático y alterar el destino de los arrecifes de coral», dijo Ainsworth. «Ahora también deberíamos considerar cómo las olas de calor marinas pueden influir en las intervenciones a escala local. Cuando los corales no sobreviven a los eventos de estrés por calor, la capacidad de aclimatación desaparece».
El fracaso en los intentos de frenar el calentamiento global, lo cual amplifica estas olas de calor extremas, sería devastador no solo para los ecosistemas de los arrecifes de todo el mundo, dijo el equipo, sino también para los aproximadamente 500 millones de personas que dependen directamente de los arrecifes de coral para sustentar su vida.
«Es de vital importancia que a la par de la implementación de acciones a escala global, se prueben y apliquen acciones a escala local que protejan los arrecifes en los lugares que lo necesiten», señaló Ainsworth. «Esto es particularmente importante en las regiones que dependen de los arrecifes para obtener alimento».
El nuevo estudio se suma al ya copioso cuerpo de investigación que establece las graves consecuencias de la crisis climática para el planeta y sus formas de vida, incluidos los humanos. Para frenar el daño a los arrecifes en el futuro, será necesario reducir drásticamente las emisiones de gas de efecto invernadero que provocan el calentamiento global, y garantizar que los arrecifes sobrevivientes estén adecuadamente protegidos de las acciones humanas.