Este domingo más de 6 millones de militantes elegirán a la nueva dirigencia del PRI rumbo a las elecciones de 2021. En el proceso electoral del año pasado, el tricolor perdió la Presidencia de la República y su mayoría en el Congreso, luego de señalamientos de corrupción en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Analistas advirtieron que su proceso de «caída» no ha tocado fondo, y podría llegar a convertirse en partido satélite.
Ciudad de México, 10 agosto (SinEmbargo).– La «peor situación de su historia» y la «crisis de identidad» por las que atraviesa el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se pueden profundizar al convertirse en un «partido satélite» en las elecciones de 2021, si gana la dirigencia nacional Alejandro «Alito» Moreno Cárdenas, el candidato «de la continuidad», expusieron analistas políticos.
Mañana domingo 6.7 millones de militantes del Tricolor están llamados a elegir la presidencia y la Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional del PRI para el periodo 2019-2023. Los resultados se anunciarán el miércoles 14 de agosto.
Compiten las fórmulas de Alejandro «Alito» Moreno Cárdenas, ex Gobernador de Campeche (2015-2019) y ex titular de Conferencia Nacional de Gobernadores, y Carolina Viggiano; la de Ivonne Ortega Pacheco, ex Gobernadora de Yucatán (2007-2012) y ex Secretaria general del PRI, y José Alfaro; y la de Lorena Piñón Rivera, ex secretaria general de Mujeres Jóvenes, y Daniel Santos.
«El PRI está pasando por el peor momento de su historia que comenzó el 4 de marzo de 1929, hace 90 años. Fue partido oficial de 1929 a 2000 –estuvo en el poder por 71 años–, luego de 2000 a 2012 estuvo como partido de oposición, y luego fue la segunda alternancia hasta 2018. Pero estas elecciones de 2021 pueden llevarlo a una tercera etapa que no había vivido: un partido satélite», afirmó el analista político José Fernández Santillán.
«Si Alejandro Moreno llega como dirigente del PRI, lo más probable es que se subordine al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Le dicen ‘Alito’, pero es tanta su cercanía que ahora le dicen ‘Amlito'», dijo.
En las elecciones de 2018, el PRI perdió la Presidencia de la República y su mayoría en el Congreso, ahora es tercera fuerza con solo 47 diputados de 500 y 14 senadores de 128, y gobierna en sólo 11 estados (en Campeche hay interino). Así quedó el partido luego del sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando brotaron las acusaciones de corrupción de los ex Gobernadores entonces priistas César Duarte (Chihuahua), Javier Duarte (Veracruz) y Roberto Borge (Quintana Roo).
El Gobierno federal actual detectó este año el nexo del ex Gobernador Roberto Sandoval (Nayarit) con el Cártel de Jalisco Nueva Generación, y la Fiscalía General de la República (FGR) indaga a la ex Secretaria Rosario Robles Berlanga y al ex titular de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin.
Además, el diario El País documentó que el Gobernador mexiquense Alfredo del Mazo Maza ocultó en 2012, cuando era Alcalde de Huixquilucan, una cuenta con 1.5 millones de euros en Andorra, un país blindado entonces por el secreto bancario.
El analista de la Universidad de Guadalajara, Enrique Toussaint, coincidió en que «la victoria de Alejandro Moreno lo único que va hacer es profundizar esta tendencia que tiene el PRI a irse destruyendo».
«El proceso de caída del PRI no se detiene, no ha tocado fondo. En 2021 va a tener la elección más complicada de su historia, incluso más que en 2018 cuando aún tenía Gobiernos importantes en estados y gran capacidad de movilización para pelear distritos. Exceptuando el Estado de México, ya no tiene presencia en entidades de alta población», afirmó.
Toussaint agregó que el PRI atraviesa por una «crisis de identidad» en sus más de 80 años porque su estrategia para renacer, como lo hizo tras las dos presidencias panistas, era su bandera de «eficiencia» y nacionalismo por hegemonizar los símbolos patrios, «pero lo que pasó con el peñanietismo diluyó esa narrativa, porque no solo fue un Gobierno corrupto, sino inoperante».
Los ex dirigentes nacionales del PRI de 1999 a la fecha han sido Dulce María Sauri Riancho, Roberto Madrazo Pintado, Mariano Palacios Alcocer, Beatriz Paredes Rangel, Humberto Moreira Valdés, María Cristina Díaz Salazar, Pedro Coaquín Coldwell, César Camacho Quiroz, Manlio Fabio Beltrones, Carolina Monroy, Enrique Ochoa Reza, René Juárez Cisneros y Claudia Ruiz Massieu Salinas.
EL CANDIDATO DE CONTINUIDAD Y LA DE OPOSICIÓN
En junio pasado, el ex rector de la UNAM, José Narro Robles, renunció a participar en la disputa por la dirigencia del PRI y a su militancia de 46 años, al acusar una «comedia para imponer» a Alejandro «Alito» Moreno por parte de los gobernadores del PRI, la dirigencia nacional, y del ex Presidente Enrique Peña Nieto.
Ambos especialistas consultados aseguraron que «la cargada» de la estructura priista está a favor de Alejandro Moreno, quien representa la «continuidad» del peñanietismo y de los gobernadores priistas. La crítica al interior del partido, dijeron, se ve en la aspirante Ivonne Ortega.
«Hay un Gobierno sin experiencia, sin brújula, ocurrente, y por eso necesitamos construir un partido que señale, que critique […]. El PRI sabe ganar, el PRI sabe perder, pero lo que más sabe el PRI es levantarse, ponerse de pie y volver a ganar. Y nosotros vamos a volver a ganar», declaró el candidato Alejandro Moreno durante el segundo debate entre las tres fórmulas celebrado el miércoles pasado.
La aspirante Ivonne Ortega, por su parte, calificó a «Alito» como «el candidato de la cúpula» que «secuestró» al partido hasta llevarlo a «su peor derrota», y le recordó la casa de 46 millones de pesos que tiene en el Fraccionamiento Lomas del Castillo, en Campeche, que construyó cuando era Gobernador del estado cuando percibía 5 millones de pesos anuales. Moreno aclaró que la adquirió a través de un crédito y donaciones.
«Ustedes deciden: o nos refundamos o nos refundimos», advirtió Ortega a los militantes.
Ivonne Ortega, planteó el analista Enrique Toussaint, «por convencimiento personal o por táctica, ha tratado de ser la crítica de lo que supuso el sexenio de Peña Nieto y los gobernadores corruptos para el PRI».
«Si el PRI tuviera una militancia libre, el discurso de Ivonne Ortega sería más atractivo para la refundación del PRI tras el poder perdido. Sin embargo, sabemos que depende mucho de los cargos públicos, de la movilización de los gobernadores y comités estatales. Está clarísimo que quien tiene una ventaja enorme es Alejandro Moreno», aseveró.
La aspirante Lorena Piñón Rivera señaló a Ivonne Ortega de aceptar el apoyo del ex Gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz Ortiz, quien fue denunciado ante la Corte Penal Internacional de La Haya (CPI), junto con los ex Presidentes panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa por las detenciones arbitrarias, tortura, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales cometidas por fuerzas policiacas y grupos armados ilegales durante las movilizaciones sociales de 2006 y 2007.
«Dime con quién andas y te diré quién eres», le dijo durante el segundo debate.
El analista José Fernández Santillán sentenció: «El PRI tiene una gran capacidad de recuperación, pero lo veo muy complicado para 2021».