La niña “sibila” ha recorrido en poco más de nueve meses los principales foros que han tenido ocasión en Europa, invitada para hablar frente a primeros ministros, directivos de las grandes corporaciones globales y funcionarios de los diferentes organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para advertirles que el fin del mundo, tal como lo conocemos, tiene pocos años de vida, aproximadamente sólo 12 años más, si no comenzamos a actuar ya.

Esta posmoderna “sibila” advierte el futuro, pero no en base a sueños, si no a la evidencia científica que tiene el respaldo de miles de expertos de todo el mundo pero que, sin embargo, no genera respuesta en los gobiernos y las grandes corporaciones que hoy dominan el mundo. La “sibila” les dice, mientras ellos la escuchan con total silencio, con lágrimas en los ojos y con un fuerte y muy visible dolor en el corazón: “ustedes son los principales responsables, son la minoría que no quiere dejar sus privilegios y sus ganancias”. Prevé, una y otra vez, que sus palabras terminaran con un gran aplauso de la audiencia pero que dejando la sala en nada cambiaran, que regresaran en sus vuelos en jets privados a seguir proyectando el crecimiento del PIB en sus naciones, a seguir proyectando las ganancias de sus corporaciones, a mantener la desigualdad y la destrucción del mundo de sus propios hijos y nietos.

Greta, la “sibila”, sufre asperger, una especie de autismo de “bajo nivel”. El asperger en ella es una cualidad, por duro que parezca esta afirmación. Es una cualidad porque quien la vive tiene problemas de socialización, de estar ante un grupo de personas, de hablar ante ellas. Otra situación que viven las personas con asperger es que se obsesionan con los temas.

Los problemas de Greta para socializar y hablar ante grupos de personas provocan en ella una gran cualidad: a pesar de ser invitada y reconocida en todo el mundo, a pesar de sentarse a sus 16 años al lado de los hombres y mujeres más poderosas del mundo, a pesar de haber provocado un movimiento que ha llevado a millones de chicos a las calles en todo el mundo en solamente unos meses, Greta no muestra ningún síntoma de darse importancia personal, su ego es muy limitado, vive esta situación con angustia porque sabe que no es suficiente.

Estamos hartos de la importancia personal de los líderes, si la vemos en gestos, en su sentido de superioridad, desconfiamos. Simplemente, frente a Greta no se siente eso.

El otro síntoma del asperger que es claro en Greta es la obsesión por un tema. Este síntoma es una cualidad en esta sociedad que vivimos en medio del avance acelerado del cambio climático y la extinción masiva de especies. En medio de una sociedad enajenada, una sociedad del espectáculo, en la que los padres, como dice ella, “se interesan más en el final de Guerra de Tronos que en el Cambio Climático”, una sociedad en la que donde buscamos distraernos cada minuto, cada segundo, donde buscamos como lograr una mayor comodidad individual, adictos a la comida que no es comida, a las pantallas que se han metido a lo más íntimo de nuestras vidas, obsesionados con el reconocimiento y el estatus, adictos a la comida que no es comida, al tabaco, al alcohol. Con un miedo profundo a ver la magnitud del reto y lo equivocado de nuestro mundo y de nuestros hábitos.

La obsesión de Greta, es también una cualidad para ella y para todos nosotros, le permite concentrarse en lo que todos deberíamos estar concentrados, en que el barco en que navegamos no se hunda, a desarrollar el apoyo mutuo y combatir la competencia que solamente nos hunde.

Ruego por Greta, por su salud, por la enorme carga que lleva, ruego por la vida en nuestro planeta, por una mayor igualdad, por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Alejandro Calvillo

https://dev.sinembargo.mx/author/calvillo/

Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

#Análisis ¬ ¿Es posible que Claudia suba más? Sí: en 2018, AMLO apretó en los últimos 30 días