Las aceitunas tienen mejor sabor si son cosechadas en la noche, lo que es una muy mala noticia para las aves que suelen dormir en esos árboles. Las aves afectadas incluyen varios tipos de currucas, zorzales, lavanderas y pinzones, así como el petirrojo común. «Es un problema real con graves repercusiones ambientales que trascienden los límites geográficos andaluces y nacionales, pues afectan los valores ambientales de varios países de la Unión Europea», dijo en un informe el Ministerio de Medio Ambiente y Planificación de Andalucía.
Por Jelisa Castrodale; traducido por Laura Castro
Ciudad de México, 31 de mayo (Vice Media/SinEmbargo).- Según un informe absolutamente espantoso de Nature, cada año, la maquinaria utilizada para cosechar aceitunas en Portugal y España succiona a más de dos millones de aves de los árboles de olivo, matándolas en el proceso.
La temporada de olivo se extiende de octubre a enero y, desafortunadamente, se traslapa con los patrones de migración de millones de aves que buscan los climas más cálidos en esos países. Las aceitunas tienen mejor sabor si son cosechadas en la noche cuando las temperaturas son más bajas, lo que es una muy mala noticia para las aves que suelen dormir en esos árboles.
«La maquinaria es perfectamente adecuada si se usa durante el día, ya que las aves pueden verla y escapar mientras opera… Sin embargo, durante la noche usan luces muy fuertes que confunden a las aves y las llevan a la muerte al ser ‘succionadas’ por el tractor», Vanessa Mata, jefa de investigación del Centro de Investigación sobre Biodiversidad y Recursos Genéticos de Portugal, le dijo a The Independent.
Las aves afectadas incluyen varios tipos de currucas, zorzales, lavanderas y pinzones, así como el petirrojo común. «Es un problema real con graves repercusiones ambientales que trascienden los límites geográficos andaluces y nacionales, pues afectan los valores ambientales de varios países de la Unión Europea», dijo en un informe el Ministerio de Medio Ambiente y Planificación de Andalucía.
El Ministerio estima que más de dos millones de aves son succionadas y muertas cada año, por lo cual está pidiendo cambios en el proceso de recolección de la aceituna. (También le gustaría que los operadores de la maquinaria dejaran de vender ilegalmente las aves muertas a los «hoteles rurales que las comercializan como ‘aves fritas’ para el consumo humano»).
En Portugal, el Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques (INCF) estima que un promedio de 6.4 aves mueren en cada hectárea de olivares; esos bosques cubren 15 mil hectáreas en la región del Alentejo, en el centro-sur y sur de Portugal. Pero, tristemente, el presidente del INCF ha decidido que 96 mil aves muertas no tienen «estadísticamente suficiente relevancia» para prohibir la recolección nocturna. Dijo que harán un conteo de los cadáveres de las aves a finales de este año, y tal vez entonces tomen alguna decisión. (Nature informa que los otros países con un número significativo de olivares, Francia e Italia, no han publicado ningún dato sobre la muerte de aves).
«El número de aves agrícolas en Europa se ha desplomado un 55 por ciento en las últimas tres décadas y este es otro ejemplo impactante de cómo las prácticas agrícolas modernas están afectando a nuestras poblaciones de aves, incluidas algunas especies del Reino Unido que pasan por la región», le dijo a The Independent Martin Harper, director de conservación de la Real Sociedad para la Protección de las Aves.
Yo, con gusto, estaría dispuesta a comprar aceitunas un poco menos sabrosas a cambio de la vida de varios millones de aves. Porque nadie, honestamente, NADIE, quiere ver la extinción de las aves.