Dolia Estévez
21/05/2019 - 12:05 am
La paja en el ojo ajeno
Trump mira la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. Tan culpable es Estados Unidos como México del fracaso de la guerra a las drogas.
WASHINGTON, D.C.— Bajo el gobierno de Trump, la guerra a las drogas se ha vuelto un instrumento propagandístico para atacar a México. La semana pasada, James Carroll, zar antidrogas de la Casa Blanca, acusó a los capos mexicanos de alentar el cruce de migrantes para distraer a los agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza. «Estos traficantes son inteligentes. Saben lo que hacen», declaró en entrevista con «Fox and Friends» (15/05/2019), el noticiero favorito de Trump de donde obtiene su dosis diaria de fake news y teorías de la conspiración.
Sean Hannity, amigo cercano de Trump y conductor de uno de los programas más vistos en Fox, lleva meses mintiendo que México no hace nada para frenar las drogas y a los migrantes que, para él, son caras de la misma moneda. Hace unos días, Trump secundó a su admirado tutor. Acusó a soldados mexicanos de «distraer» a sus contrapartes estadounidenses para facilitar la introducción de drogas a Estados Unidos. «!Más vale que no vuelva a suceder! Ahora estamos enviando SOLDADOS ARMADOS a la Frontera. México no está haciendo ni de cerca lo suficiente para aprehender y devolver [migrantes]», tuiteó (24/04/2019).
El Pentágono explicó que los mexicanos erróneamente creyeron que los estadounidenses se hallaban en territorio nacional por lo que fueron brevemente detenidos y desarmados. Todo se aclaró cuando se dieron cuenta que los gringos estaban en su territorio. Un «error honesto», dijo el Pentágono (The Washington Post, 04/25/2019).
A medida que se calienta el ambiente pre electoral, Trump escala la retórica bajo la tutela de Fox News. Su ultimátum al gobierno de Andrés Manuel López Obrador de imponer aranceles «si en un año» no detiene el flujo de drogas, fue aplaudido por Hannity quien culpó a México del caos en la frontera.
Pero la histeria tiene poco que ver con la lucha al narcotráfico y mucho con las ganas de reelegirse. Trump no tiene la menor idea de cómo funciona el negocio multimillonario del narcotráfico. Y aun si la tuviera, jamás reconocería que consumidores, armerías, bancos, políticos y empresarios corruptos de su país son tan culpables como los capos y narco políticos mexicanos. La razón por la cual sobran estupefacientes en Estados Unidos no es porque un buen día a México se le ocurrió empezar a exportarlos sino porque es el mercado más grande y lucrativo del mundo. En tanto no baje la demanda, la facilidad para blanquear montos obscenos de dinero, obtener armas de fuego de alto calibre en Estados Unidos, habrá crimen organizado en México.
Trump mira la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. Tan culpable es Estados Unidos como México del fracaso de la guerra a las drogas. No obstante, la factura que cada uno paga es desproporcionada y profundamente injusta para nuestro país. El pacto firmado por Calderón y Bush en 2006, dizque para combatir al narco con una visión de «responsabilidad compartida», paradójicamente disparó la violencia.
De acuerdo con un nuevo estudio, bajo Calderón se registraron cerca de 122 mil homicidios, incremento que ningún otro país en el Hemisferio Occidental igualó en ese mismo periodo. Pero los muertos de Calderón palidecen en comparación a los de Peña Nieto. Según datos del INEGI y proyecciones del citado estudio, entre 2013 y 2018 hubo 150 mil homicidios, «el número más elevado en la historia reciente» (Universidad de San Diego, «Organized Crime and Violence in Mexico», 04/2019). Total: más de 270 mil homicidios en dos sexenios.
Las muertes en Estados Unidos son menos y se deben principalmente a exceso de intoxicación. El año pasado se registraron 72 mil muertes por sobredosis, un incremento de casi 10 por ciento en relación a 2016 (Centro para el Control de las Enfermedades de Estados Unidos, noviembre de 2018). Dos tercios fueron sobredosis de fentanilo, un opioide sintético altamente adictivo (80-100 veces más poderoso que la morfina), recetado por médicos al servicio de las grandes farmacéuticas para inducir la adicción deliberadamente. La DEA sostiene que el fentanilo ilegal (mezclado con heroína, cocaína y metanfetaminas) en el mercado negro, proviene de China y México.
Estados Unidos rechaza considerar otras alternativas. Desestima dogmáticamente la propuesta de AMLO para despenalizar el consumo de ciertas sustancias y usar los recursos de la fallida Iniciativa Mérida en programas de reinserción y desintoxicación. El zar antidrogas de Trump dijo a Fox que la despenalización sería contraproducente para los dos países porque resultaría en más muertes. «Estamos comprometidos a salvar vidas», afirmó sin dar mayor explicación.
Ya se ha dicho, pero vale machacarlo: la guerra a las drogas que Nixon inició hace medio siglo ha sido un rotundo fracaso. Los miles de millones de dólares invertidos principalmente en reprimir la oferta han tenido el efecto no deseado de elevar las ganancias del imperio de la ilegalidad. El comercio de estupefacientes no ha cambiado. Los grupos criminales han sabido diversificarse y adaptarse a las nuevas realidades dictadas por el mercado. No es la apatía, ni siquiera el cáncer de la corrupción mexicana, lo que impide vencer a los carteles. Es la renuencia de Estados Unidos a cambiar el estatus quo.
Twitter: @DoliaEstevez
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