Las principales empresas tecnológicas de EU, entre las que se encuentra Google, dejarán de vender componentes y software al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, en repuesta a la directiva del Presidente Donald Trump.
El índice compuesto del mercado Nasdaq, en el que cotizan los principales grupos tecnológicos, bajó un 1.56 por ciento (–117.50 puntos), hasta 7 mil 394.00 unidades.
Por Antonio Lorenzo
Ciudad de México, 20 de mayo (Economía Hoy/SinEmbargo).- La tensión entre Estados Unidos y China amenaza gravemente la estabilidad global. Miles de millones de ciudadanos de todo el mundo resultarán directamente afectados por el alcance del veto de Google a Huawei. La Bolsa de Estados Unidos reaccionó al inicio de la jornada ante la suspensión del negocio de las tecnológicas con Huawei, lo que lastró principalmente al Nasdaq y empresas con fuerte implantación con China, como Apple.
Antes del cierre de operaciones las operaciones, el Dow Jones restaba un 25 mil 701.85 puntos, hasta -0.28 por ciento, mientras que el selectivo S&P 500 retrocedía un 0.55 por ciento, o –15.88 unidades, hasta 7 mil 399.62. El índice compuesto del mercado Nasdaq, en el que cotizan los principales grupos tecnológicos, bajaba a su vez un 1.56 por ciento (–117.50 puntos), hasta 7 mil 394.00 unidades.
La gran mayoría de los sectores presentaban pérdidas media hora después de abrir Wall Street, entre los que destacaban el tecnológico (-1.49 por ciento) por la crisis de Huawei, seguido del inmobiliario (-1.33), el de telecomunicaciones (-1.11), el de materias primas (-0.99) y el de bienes de consumo no esenciales (-0.57). Del otro lado, ascendían el sector de servicios públicos (0.26 por ciento), el financiero (0.22), el de bienes de consumo esenciales (0.07) y el energético (0.01).
El parqué neoyorquino vivía una jornada generalizada de descensos tras conocerse que las principales empresas tecnológicas de EU, entre ellas Google, dejarán de vender componentes y software al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, en repuesta a la directiva del presidente del país, Donald Trump. Entre estas empresas también se encuentran Intel, Qualcom y Broadcom, que no prestarán servicios a Huawei hasta nueva orden.
En el grupo de 30 cotizadas en el Dow Jones, destacaban las pérdidas de Apple (-3.34 por ciento), Intel (-2.52), Nike (-1.64), 3M (-1.43), Microsoft (-1.11), y Dow Inc (-0.93). Al otro lado de la tabla, lideraban las ganancias UnitedHealth (1.91 por ciento), Verizon (1.67), Walmart (1.02), American Express (0.79), y Wallgreen Boots Alliance (0.73).
A grandes rasgos, el dueño de Android ha anunciado que no actualizará su sistema operativo en los equipos del tercer mayor fabricante de móviles del planeta, con los perjuicios que eso supone a los 200 millones de usuarios que cada año adquieren equipos de esta enseña. A mediano y largo plazo, y si nadie lo remedia, los smartphones y tabletas de Huawei dejarán de funcionar de forma óptima.
TECNOLOGÍA EN DISPUTA
Las principales empresas tecnológicas de EU, entre las que se encuentra Google, dejarán de vender componentes y software al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, en repuesta a la directiva del presidente Donald Trump.
Alphabet, la empresa paraguas de Google y que ya perdía más de un 2 por ciento en el arranque bursátil, ha decidido cortar sus suministros de material informático y algunos servicios de programación al gigante chino de las comunicaciones.
Igualmente, los principales fabricantes de procesadores, entre ellos Intel, Qualcomm, Xilinx Inc y Broadcom, han informado a sus empleados que dejarán de facilitar componentes a Huawei hasta nuevo aviso. Media hora después de arrancar hoy la Bolsa de Nueva York, Intel se dejaba un 1.89 por ciento, Xilinx un- 5.62 y Broadcom un -4.29, motivo principal de la bajada considerable del Nasdaq.
Desde que las guerras comerciales resultan más directas, limpias y efectivas que las armamentísticas, las grandes potencias deben tomar plena conciencia del impacto de sus decisiones. Un simple movimiento arancelario y un aparente decreto local pueden desencadenar la hecatombe cuando participan monopolios globales.
Conviene recordar que compañías «Made in USA» como Google, Microsoft, Intel o Facebook disfrutan de posiciones de dominio superiores al 90 por ciento en ámbitos de actividad que mueven las economías del mundo. Un puñado de multinacionales controlan los sistemas operativos que rigen la práctica totalidad de los móviles y ordenadores, así como los microprocesadores, buscadores de Internet, redes sociales y mensajerías instantáneas, entre otros. La salud de la economía digital está en sus manos.
Para bien o para mal, la suerte de estos grupos estadounidenses afecta al conjunto de la humanidad. A modo de ejemplo, basta con imaginarse que existiera un monopolio energético global y éste decidiera cerrar su suministro gasolina a los automóviles de una determinada marca. Sería difícil de entender para los usuarios, y mucho más cuando los motivos se refieran a cuestiones que comprometen la seguridad sin que existieran evidencias en su contra hasta la fecha. Y lo peor no sería el castigo puntual a una determinada compañía, sino las consecuencias colaterales que podrían derivarse entre colosos de la magnitud de los litigantes.
Si el Presidente Donald Trump impide a sus empresas negociar con ciertos grupos chinos, los consejos de administración de dichos holdings no tendrán más remedio que acatar las órdenes. Y lo harán con todo el dolor de sus cuentas de resultados. Por lo pronto, los inquilinos de Mountain View se meterán un tiro el pie, ya que automáticamente dejarán de ingresar los importes por licencias de Android de dichos fabricantes.
A su vez, el mercado chino vetaría la compra de productos y servicios estadounidenses, empezando por la mismísima Apple, y también respondería con represalias arancelarias en sintonía con las sufridas por sus empresas en Estados Unidos. Los precios de los componentes se dispararán y los productos tecnológicos se encarecerán en idéntica proporción. Es decir, entre un 15 y un 20 por ciento.
LA «TORMENTA PERFECTA»
La tormenta perfecta comienza a reunir todos los ingredientes: decisiones políticas irresponsables, monopolios globales, vasallaje tecnológico de Estados Unidos y dependencia global de las manufacturas asiáticas.
Salvando las distancias, el contencioso entre Estados Unidos y China podría compararse con la Crisis de los Misiles en plena Guerra Fría, aquel suceso que a punto estuvo de provocar el colapso global. Finalmente, la confrontación entre los bloques estadounidense y soviético se evitó milagrosamente a principio de los 60 y esperemos que suceda algo parecido en nuestros días.
Bastaría que los mandatarios Trump y Xi Jinping se sentaran lo antes posible, preferiblemente antes de su esperado encuentro en el G-20, y arreglaran sus diferencias sin comprometer el orden mundial.
En el caso concreto de España, Google y Huawei hacen posible las comunicaciones en el país. No sólo afecta a los actuales o futuros usuarios de la marca asiática, el más vendido en el mercado español con una cuota por unidades del 28 por ciento-, sino también para los del resto de los fabricantes. De hecho, todos los operadores españoles trabajan actualmente con las redes del proveedor asiático.
Visto lo visto, y dado el poder de China y Estados Unidos, alguien debería invitar a sus dirigentes a que -por el bien del mundo-, procuren arreglarse lo antes posible.