Recursos fueron insuficientes, sin condiciones para desarrollar el proyecto. El Gobierno dedico a las ZEE el 20 por ciento de lo dedicado a publicidad gubernamental.
De acuerdo con José Luis de la Cruz, director del Instituto de Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (Idic), una ZEE requiere cantidades de inversión en infraestructura que no se dieron. Además, las empresas buscan estabilidad, paz social, Estado de derecho y una infraestructura que le permita desplazar sus productos e instalar sus empresas, requiere capital humano que tenga un nivel técnico universitario y son elementos que no existen en la mayoría de las entidades en donde se pretendía establecer las zonas.
Por Laura Quintero
Ciudad de México, 27 de abril (Economía Hoy/SinEmbargo).– Andrés Manuel López Obrador confirmó que no dará continuidad a las Zonas Económicas Especiales (ZEE), uno de los proyectos emblemáticos de la administración de Enrique Peña Nieto en el que, pese a ser su gran apuesta para sacar del rezago al sureste mexicano, sólo invirtió 2 mil 354 millones de pesos que no se tradujeron en infraestructura y tampoco en atracción de inversiones.
«Fue poco dinero porque en otras zonas económicas del mundo se han destinado recursos del orden de entre 5 mil y 10 mil millones de dólares al año para desarrollar la infraestructura necesaria para atraer la inversión de las empresas, educación y una serie de elementos que no estuvieron presentes», indicó José Luis de la Cruz, director del Instituto de Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (Idic).
En el 2014 el ex Presidente Enrique Peña Nieto propuso la creación de tres ZEE, pero fue el 16 de mayo del 2016 cuando promulgó la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales y en el 2018 ya había declarado siete zonas de este tipo – Salinas Cruz, Oaxaca; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Coatzacoalcos, Veracruz; Puerto Chiapas, Chiapas; Progreso, Yucatán, Tabasco y Campeche- pero en ninguna existen planes concretos ni inversiones generadas a partir de dicho proyecto.
«Era para supuestamente ayudar, pero nunca hicieron nada por ayudar; hicieron negocios, compraron terrenos y derrocharon recursos. No se benefició en nada», sentenció López Obrador.
Luego de haber promulgado la ley para avanzar en las zonas el Gobierno federal publicó el libro «Zonas Económicas Especiales, El Gran Proyecto de Nación» en el que daba los detalles del proyecto.
De acuerdo con José Luis de la Cruz, una ZEE requiere cantidades de inversión en infraestructura que no se dieron. Además, las empresas buscan estabilidad, paz social, Estado de derecho y una infraestructura que le permita desplazar sus productos e instalar sus empresas, requiere capital humano que tenga un nivel técnico universitario y son elementos que no existen en la mayoría de las entidades en donde se pretendía establecer las zonas.
«La realidad es que alrededor de la mayoría de las zonas no existe mayor infraestructura ni de servicios, ni carretea, ni de ferrocarriles, y tampoco existen las capacidades productivas que tiene que ver con la mano de obra para poder desarrollar las actividades», destacó Fernando Gómez Zaldívar, investigador del Tecnológico de Monterrey.
El Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) había identificado al menos 140 proyectos para mejorar la conectividad de dichas regiones y estimó que la inversión requerida sería de 114,822 millones de pesos en un periodo de hasta 10 años, monto que se sumará a las inversiones que se esperan, pero en casi tres sólo invirtieron el 2 por ciento del monto requerido.
«El tiempo que no aprovechó la administración pasada para lograr generar e institucionalizar las zonas económicas hoy pasa la factura con la cancelación», indicó de la Cruz.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación durante 2017 y 2018 se designaron recursos de 1,177.1 millones de pesos, lo cual implica un total de 2,354.2 millones de pesos, cantidad que es apenas el 20 por ciento de lo que invirtió la administración pasada en publicidad gubernamental, por año.
«Al no estar suficientemente comprometidos con el proyecto acabo siendo un modelo que no termino de arrancar. No se tuvo la visión de Estado para poderlas realizar, en el mundo estos proyectos tienen una visión de mediano y largo plazo y una política industrial, las zonas económicas especiales era una buena idea que no se implementó bien y quedó rezagado su desarrollo», precisó de la cruz.
LAS INVERSIONES QUE NUNCA FUERON
De acuerdo con Gerardo Gutiérrez Candiani, quien era la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (AFDZEE), recibieron «manifestaciones de interés» por un total de 6,500 millones de dólares, sin embargo, nunca anunciaron ninguna inversión concreta.
De acuerdo con el último informe de gobierno de Peña Nieto la prospectiva era que estas zonas atraerían inversiones por un total de 7,145.5 millones de dólares.
Las autoridades de la administración pasada confiaban en que el amplio paquete de incentivos fiscales «extraordinarios» -descuento de 100 por ciento en el pago del Impuesto Sobre la Renta y de 50 por ciento en el pago de las cuotas patronales del componente de salud del IMSS en los primeros diez años, entre otros- serían suficientes para que llegarán las inversiones, pero no fue así ya que «los incentivos por sí solos no hacen atractiva una región, se requieren elementos logísticos que no existen», indicó de la Cruz.
Pese a la cancelación de las Zonas Económicas Especiales el especialista precisó que no significa que se abandone la tarea de sacar del rezago a la región del sur-sureste, porque el proyecto del tren maya, la refinería, el transístmico buscan el mismo objetivo. Sin embargo, las entidades más marginadas del país: las del sur y sureste del territorio nacional como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, tendrán que esperar a ver si los nuevos proyectos de la administración actual cumplen su cometido.