Cantinflas fue reconocido en películas que se hicieron muy populares fuera de Iberoamerica, como El Padrecito, su primer largometraje rodado en color, Su excelencia o Un Quijote sin Mancha.
Mario Moreno murió a causa de un cáncer de pulmón pero sigue siendo recordado por sus más de cincuenta películas y su característico humor.
Madrid, 20 abril (EuropaPress).- El 20 de abril de 1993 el mundo lloraba la muerte del actor y cómico Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, más conocido como Cantinflas. El ganador de un Globo de Oro por su actuación en la película La vuelta al mundo en ochenta días y protagonista de más de cincuenta películas es recordado con cariño por todos los mexicanos y la comunidad hipanohablante 26 años después de su muerte.
Nacido en 1911 en Ciudad de México en el seno de una familia humilde formada por siete hermanos, el joven Mario Moreno trabajó de limpiabotas, taxista y boxeador, hasta incorporarse al circo y a una compañía de cómicos ambulantes dónde consagró su mítico personaje y comenzaría su larga vida como actor.
Su característico bigote, sus pantalones caídos, su sombrero gastado y su pañuelo atado al cuello le daban un aspecto descuidado que le situaba entre los más humildes. Desde los años 20 se convirtió en un icono que hizo reír a todo México y a partir de los años 40, al mundo entero cuando su éxito traspasó fronteras defendiendo con su verborrea un mundo más justo.
En 1930 era el cómico más famoso de su país. En 1934 conocería a su mujer de origen ruso, Valentina Subarev, con quién tendría su único hijo, Mario Arturo.
Debutó con la película No te engañes corazón (1936) la cual se convirtió en un fracaso, le seguiría la comedia en la que relató la revolución mexicana Así es mi tierra (1937) y Águila o Sol (1937). La fama y el reconocimiento gracias a la comedia de enredos titulada Ahí está el detalle (1940) dirigida por Juan Bustillo Oro. En esta película el actor logró un papel central que no había tenido en las anteriores, compenetrándose con su caracterización y batiendo récords de recaudación en las salas hispanoamericanas.
A comienzos de los años 40 protagonizó varias películas que parodiaban clásicos de la literatura como Ni Sangre ni Arena, Romeo y Julieta o El Circo inspirado en Charles Chaplin. En esta década también protagonizaría Los Tres Mosqueteros o A volar joven.
EL ÉXITO DEL «CANTINFLISMO»
En los años cincuenta cambió su papel a un humor basado en el «cantinflismo» con una habilidad para hablar mucho sin decir nada y desarrolló su personaje en comedias como El bombero atómico (1952) o El bolero de Raquel (1956). A finales de esta década protagonizaría La vuelta al mundo en 80 días, una adaptación del famoso libro de Julio Verne que le haría ganador del Globo de Oro y significaría su internacionalización.
Cantinflas fue reconocido en películas que se hicieron muy populares fuera de Iberoamerica, como El Padrecito (1964), su primer largometraje rodado en color, Su excelencia (1966) o Un Quijote sin Mancha (1969).
En sus películas denunciaba las injusticias y desigualdades sociales, en su vida privada vivía con humildad y en su vida pública realizaba obras caritativas. Incluso después de enviudar en 1966 participó activamente en política, llegó a realizar un discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas y se convirtió en un icono en contra del charrismo sindical, una forma de corporativismo político que sirvió para controlar el sistema por parte de un solo partido.
En 2014 se estrenó en México una película en su honor protagonizada por el español Oscar Jaenada, que se encuentra en plena promoción mundial. A día de hoy, Cantinflas también es protagonista de un videojuego disponible en tabletas y teléfonos móviles, que podrá ser descargado en las próximas semanas. Mario Moreno murió a causa de un cáncer de pulmón pero sigue siendo recordado por sus más de cincuenta películas y su característico humor.