Un empresario irlandés descubrió que con 973 mil 896 libras podía comprar todos los boletos de la lotería y así poder ganar el premio. Fue así como en un bar reunió a 28 de sus conocidos a quienes les propuso hacer negocio de compra de boletos de lotería para así garantizar el premio mayor y repartirse las ganancias. Pese a las dificultades, lograron llevarse el premio gordo.
Irlanda, 11 de abril (SinEmbargo).- ¿Quién no sueña con algún día llevarse el premio gordo de la lotería? Absolutamente todos, lo cual radica básicamente en un golpe de suerte, ya que las probabilidades de que esto ocurra son una entre millones de millones, aunque hay mucha gente en el mundo muy afortunada que puede presumir de no solo haber ganado una vez, sino dos o más premios importantes de la lotería.
Ese es el caso de un hombre irlandés llamado Stefan Klincewicz, quien en la década de los 90 tenía 40 años y era un empresario exitoso, aunque la lotería era una de sus más grandes pasiones.
Intrigado por dar con ese “truco” que lo hiciera ganador, se puso a analizar los sorteos de la lotería, descubriendo así que había números que salían más que otros. En el caso de la lotería de su país, el bombo estaba compuesto por 36 números y solo se necesitaban adivinar 6 para llevarse el máximo premio. La probabilidad de atinar a las cifras era de una entre 1 millón 947 mil 792.
Luego de mucho análisis, Stefan descubrió que con 973 mil 896 libras podía comprar todos los boletos y así asegurar el premio. Fue así como en un bar reunió a 28 de sus conocidos a quienes les propuso hacer negocio de compra de boletos de lotería para así garantizar el premio mayor y repartirse las ganancias.
Las dificultades eran muchas. Primero, reunir a más gente, que tuviera dinero y que quisiera entrarle a esta red, y la segunda y la más importante, cómo comprar cerca de 2 millones de boletos sin levantar sospecha alguna. A esto había que agregarle que en aquella época, todas las papeletas se llenaban a mano.
Lo primero que hizo Klincewicz fue reunir una buena cantidad de dinero que le permitió abrir oficinas en todo el país, desde donde se coordinaría la compra de boletos. Contrató a personal que se encargaba exclusivamente de llenar los boletos; también, alquilaba varias habitaciones de hotel en diferentes sitios de Irlanda para que otras personas hicieran el mismo trabajo.
El problema fue que la gente de la lotería comenzó a sospechar que algo raro estaba pasando, pues de un día para otro, un local que solo vendía cuando mucho 1,000 boletos, había despachado más de 15,000.
A pesar de algunas medidas para frenar al “delincuente”, Klincewicz y su organización lograron adquirir el 80 por ciento del boletaje. Finalmente y luego de mucha planeación, el 30 de mayo de 1992, este hombre y sus socios lograron llevarse el premio gordo, aunque no contemplaron que otras 2 personas jugaron los mismo números, por lo que tuvieron que compartir el premio. La inversión lograron recuperarla mediante los segundos y terceros premios.
Luego de descubrir las operaciones del empresario, las cuales caben resaltar no eran ilegales, la lotería de Irlanda se vio en la necesidad de reestructurar los sorteos para así aumentar el número de combinaciones posibles, que al día de hoy son 48.