Jodi Benson era una estrella emergente en Broadway cuando Ariel se cruzó en su camino. Había estado en un musical efímero, Smile, cuando Howard Ashman, su letrista y libretista, la invitó a audicionar para su próximo proyecto: una adaptación de La Sirenita de Hans Christian Andersen.
La película también tuvo un papel importante al hacer de Disney una gigante de la animación y revivir esta forma de arte. Muchos creen que Anna y Elsa de Frozen no existirían de no ser por Ariel.
Por Mark Kennedy
Nueva York, 23 de marzo (AP).- No es poco común que algunos lloren con tan solo ver a Jodi Benson. A veces se hiperventilan o gritan, pero muchos simplemente rompen en llanto. Benson los abraza y hasta les da suaves palmaditas en la espalda.
Benson no es un nombre famoso, pero para muchos es una parte importante de su infancia. Ella fue quien hizo la voz original de Ariel, la heroína del éxito animado de Disney de 1989 La Sirenita, que este año celebra su 30mo aniversario.
Benson dice que a veces ve a admiradores de la cinta conmocionados frente a ella, viajando al pasado.
«Recuerdan con quiénes estaban cuando vieron la cinta por primera vez. Quizás ese hermano ya no está con ellos, ese abuelo ya no está con ellos. Les recuerda de una relación que han roto con un padre. Así que tienen todo tipo de emociones», dijo Benson en una entrevista reciente.
La Sirenita ha cambiado muchas vidas, incluida la de Benson, quien ha seguido interpretando a Ariel virtualmente cada fin de semana en conciertos así como en el cine, en las películas Ralph, el demoledor.
La Sirenita también tuvo un papel importante al hacer de Disney una gigante de la animación y revivir esta forma de arte. Muchos creen que Anna y Elsa de Frozen no existirían de no ser por Ariel.
«Disney estaba empezando a meterse en un ritmo que continuaría, pero siento que mucho de eso comenzó con La Sirenita«, dijo Ron Clements, quien co escribió y co dirigió la cinta.
Benson era una estrella emergente en Broadway cuando Ariel se cruzó en su camino. Había estado en un musical efímero, «Smile», cuando Howard Ashman, su letrista y libretista, la invitó a audicionar para su próximo proyecto: una adaptación de La Sirenita de Hans Christian Andersen.
Los productores querían usar a una misma actriz para los textos hablados y las canciones. Así que Benson, una soprano lírica, grabó en un casete la canción «Part of Your World» y se aprendió algunas páginas de diálogo.
«Corrí al baño de damas», recordó, «esperé a que todo el mundo saliera y me puse a hablarle al espejo, como tratando de conseguir cómo sonaría ella a los 16 años».
Y resultó ser una maestra de la imitación. Benson había pasado incontables horas en su cuarto de niña con su guitarra, cantando mientras oía discos de Barbra Streisand, Carole King y James Taylor, así como «A Chorus Line» de Marvin Hamlisch.
«Empecé a cantar así como ellos, pero no trataba de ser ellos, sólo era lo que oía. Eso es lo que sucede, uno empieza a sonar como lo que oye», dijo.
Alrededor de un año después de hacer la prueba para Ariel, recibió la llamada de que fue seleccionada para el papel. «Había olvidado por completo que había audicionado», contó. En ese entonces, el trabajo de doblaje no era muy glamoroso y las grandes celebridades no lo consideraban.
«No era un buen trabajo. Hacer doblaje era lo que uno haría si fracasaba en su carrera», señaló Benson. Pensó que Ariel sería solo otra marca en su currículum, pero «las cosas cambiaron de la noche a la mañana».
Impulsada por canciones de Alan Menken como «Under the Sea» y «Kiss the Girl», La Sirenita ganó dos premios Grammy y recibió tres nominaciones al Oscar. Fue aclamada por la crítica (Roger Ebert la llamó una «fantasía animada alegre e ingeniosa») y recaudó 211 millones de dólares en la taquilla mundial. Padres de hijos con dificultades de aprendizaje le han dicho a Benson que las primeras palabras de sus hijos fueron de la película.
Una versión con actores reales está en desarrollo con nuevas canciones Lin-Manuel Miranda. Al creador de «Hamilton» le gustó tanto la película animada de 1989 que esa fue en parte la razón por la que llamó a su primogénito como Sebastian, el cangrejo amigo de la sirena.
Fue el tipo de éxito que Clements y sus animadores en Disney habían esperado por años. Él empezó en Disney en 1974 y fue parte de una nueva generación de artistas que trataron de cambiar la noción de que la animación era sólo para niños.
Clements le había presentado un tratamiento de dos páginas del musical al entonces presidente del estudio, Michael Eisner, y le dieron el visto bueno. Para Clements y su socio, John Musker, era un alto riesgo: era el primer cuento de hadas de Disney en unas tres décadas.
«Había una sensación, a lo largo de toda La Sirenita, de que esta cinta tenía el potencial de ser la cinta que se abriría camino y funcionaría del modo en que todos añorábamos y esperábamos», recordó Clements, quien más tarde codirigió «Aladdín» y «Hércules».
«Fue realmente muy gratificante que sí se abrió camino. Superó el estigma de que las cintas animadas eran sólo para niños. Se convirtió en una película para citas. La gente empezó a tomar la animación de Disney nuevamente en serio».
En los últimos 30 años, Ariel se ha convertido en el puente entre princesas clásicas como la Cenicienta y la Bella Durmiente y modernas como Mulan y Mérida. Y Benson se ha convertido en la embajadora oficial de Ariel (contratada para secuelas, videojuegos y cortometrajes) mientras le presta su voz a personajes como Barbie en la franquicia de Toy Story.
Sus brazos siempre están abiertos para sus admiradores y ahora le da la bienvenida a una cuarta generación de seguidores de La Sirenita.
«Uno tiene este momento multigeneracional que las familias pueden compartir, y tengo la suerte de ser una pequeña pieza del rompecabezas de su historia».