Tras los escándalos fiscales iniciados con los Panama Papers, la Unión europea tomó la decisión de evaluar las prácticas tributarias. La investigadora de justicia fiscal de Oxfam, Susana Ruiz, expuso que México se verá afectado por un nuevo modelo tributario que considerará a la economía digital y bienes intangibles.
Ciudad de México, 18 de marzo (SinEmbargo).- Como parte de un rediseño al sistema fiscal mundial «caduco» e «injusto», la Unión Europea revisará en junio las prácticas de México entorno a la evasión fiscal, sobre todo de grandes corporativos.
Como parte de una lista de más de 90 países, tras escándalos como Los Panama Papers, «la Unión Europea va a revisar si México tiene prácticas fiscales en las que haya falta de transparencia, esté comprometido con los procesos internacionales o tenga prácticas nocivas (mecanismos que permitan reducción de contribución fiscal de grandes empresas)», dijo Susana Ruíz, investigadora de justicia fiscal de Oxfam.
«México es uno de los países que más se verá afectado», alertó sobre el cambio a un nuevo modelo tributario que considerará a la economía digital y bienes intangibles.
«Por un lado, porque es un país con una presión fiscal muy baja, por debajo de lo que por su desarrollo y dimensión le correspondería; porque es uno de los países también con un volumen de flujos ilícitos más alto, donde se pierden más recursos por salidas ilícitas con insuficientes mecanismos de control o freno; tercero porque es un país con una sensibilidad a la economía de Estados Unidos», justificó.
Ruíz planteó que este proyecto de reforma fiscal global, con miras a una justicia fiscal para redistribución de riqueza y disminución de desigualdad, ya contempla que la economía digital equivale al 15 por ciento del PIB mundial (en 10 años subirá a 25 por ciento) y que las empresas más evasivas son las tecnológicas: Google, Facebook, Amazon, expuso, pagan solo un tercio de impuestos frente a compañías de otros sectores.
«El sistema fiscal internacional está roto y permite que se escapen recursos a paraísos fiscales o países con nula tributación», afirmó la investigadora de Oxfam.
A las tecnológicas no se les grava por un «elemento arcaico» dentro del sistema fiscal: al no tener un establecimiento permanente ni presencia fiscal, no hay forma «de reclamarle el pago de impuestos», explicó.
«Es una presencia virtual que está dominando los mercados. El sistema fiscal no está diseñado para la realidad del modelo empresarial del siglo XXI», acusó.
Ricardo Martner, de ICRICT, un organismo independiente especializado en tributación, planteó que la evasión fiscal ya alcanzó 6.7 puntos del PIB (340 mil millones de dólares) en América Latina durante 2015.
Ante el hecho de que el 10 por ciento del PIB se esconde en paraísos fiscales y el 40 por ciento de utilidades de empresas multinacionales se traslada a estas «guaridas», Martner expuso cuatro acciones para dirigirse a un nuevo orden tributario mundial:
-Tributación unitaria global designada por una entidad autónoma y basada en la actividad económica real.
-Asignar una tasa corporativa efectiva mínima entre 20 y 25 por ciento.
-Registro común de beneficiarios e informes públicos de actividades de multinacionales.
-Una Entidad Tributaria Mundial.
Sobre México, Ricardo Martner aseguró que para llegar al anhelado crecimiento de 4 por ciento del PIB, se requiere una nueva reforma fiscal para mayor recolección tributaria a empresas.
Magdalena Sepúlveda, también de ICRICT, agregó que ese crecimiento debe ser con equidad, por lo que cuestionó la reducción presupuestal a programas sociales con impacto de género (estancias infantiles y refugios para mujeres violentadas), recientemente anunciadas por el gobierno federal.
Respecto al sistema fiscal actual, reiteró que es injusto y afecta a las poblaciones con mayor pobreza.
«La población mundial, sobre todo quienes viven en pobreza, no podemos permitir que las trasnacionales no paguen lo que les corresponde cuando todos lo hacemos», dijo Sepúlveda.