A 100 días de Gobierno, más del 50 por ciento de la población aún confía en el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con los resultados de las más recientes encuestas. En particular, le aplauden quitar las pensiones a los ex presidentes y bajar los sueltos a altos funcionarios. Otro sector de la población, que él mismo llama «conservadores», cuestiona la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, el desabasto de gasolinas y la Guardia Nacional, entre otras medidas. ¿Por qué sigue la luna de miel? Politólogos detectan una oposición casi invisible que no compite con su agenda impuesta día a día.
Ciudad de México, 9 de marzo (SinEmbargo).– Luego de ganar con más de 30 millones de votos, más de la mitad de la población mexicana sigue «en luna de miel» con el Presidente Andrés Manuel López Obrador tras 100 días de un gobierno que no ha estado exento de escándalos, revelan encuestas de Consulta Mitofksy y El Financiero. A diferencia de sus antecesores y, a pesar de que hay un sector crítico de sus políticas y decisiones, durante el primer trimestre su aprobación aumentó respecto al inicio.
Académicos expusieron algunas hipótesis sobre este fenómeno, entre ellas la falta de una oposición fuerte que compita con la agenda diaria impuesta en sus conferencias matutinas.
«Tiene el control de la agenda y los medios tienen un papel importante en la configuración de la opinión pública», explicó el politólogo por la UNAM, Carlos Sánchez y Sánchez. «Los ciudadanos se están quedando únicamente con la visión del Presidente en la medida en que tiene la posibilidad de poner la agenda diariamente con sus conferencias, lo cual es repetido a lo largo del día».
El Financiero publicó esta semana una encuesta en donde la aprobación ciudadana del Presidente Andrés Manuel López Obrador es de 78 por ciento a 100 días de que inició su administración. La consulta reveló que 52 por ciento de los encuestados califican favorablemente al mandatario por lo que ha hecho hasta ahora, mientras que el 47 por ciento dijo que lo aprueban por lo que esperan que haga.
El diario El Economista también publicó una encuesta realizada por Consulta Mitofsky que muestra que el 67.1 por ciento de los consultados dijo en febrero estar de acuerdo con el mandatario frente al 62.6 por ciento de noviembre. Esto es, el 28.4 por ciento está en desacuerdo.
Y ayer, De las Heras Demotecnia expuso que ocho de cada 10 mexicanos respaldan al Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien este domingo cumple sus primeros 100 días al frente del país. Además, destacó esa encuesta, desde que el líder izquierdista asumió la Presidencia el pasado 1 de diciembre, 47 por ciento de los mexicanos consideran que tanto su calidad de vida como la de su familia ha mejorado, mientras que 34 por ciento sienten que su nivel de vida se mantiene igual.
«Se tiene que considerar que así como ha habido decisiones polémicas también han habido otras que han recibido el respaldo social, como la reducción de los salarios de la alta burocracia y el aumento al salario mínimo», planteó el politólogo Francisco Reveles Vázquez.
Por el contrario, Enrique Peña Nieto cayó en ese periodo de tres meses de 56.4 por ciento a 52.5 por ciento; Felipe Calderón Hinojosa de 64.1 por ciento a 58.5 por ciento y Vicente Fox Calderón de 80.2 por ciento a 69.7 por ciento
«Sin tanto escándalo y mañanera diarias… Al primer trimestre, ahí vamos parejeando: AMLO… 67.1 APROBACION. VFOX….69.7 APROBACION. Pero al final, lo que cuenta son los RESULTADOS (sic)», tuiteó Fox el jueves pasado, quien inició con más de 80 por ciento de aprobación en un contexto de transición democrática.
Sánchez y Sánchez atribuyó esta ventaja frente a los presidentes anteriores a las expectativas que ha despertado López Obrador, el mayor apoyo que tiene de origen y su legitimidad democrática, fruto de que ha estado 12 años en campaña, su personalidad, su discurso y el tipo de políticas que ha prometido implementar.
Durante estos tres primeros meses una parte de la sociedad civil, partidos de oposición y algunos usuarios de redes sociales han criticado la cancelación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco, el despido de miles de servidores públicos no solo de alto nivel, el manejo del accidente mortal de los Moreno Valle, el desabasto de gasolinas durante el combate al huachicoleo, la explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, con más de 100 muertos, la Guardia Nacional, la reducción de presupuesto a estancias infantiles, las consultas sin respaldo legal como la última sobre la operación de la termoeléctrica en Huexca, entre otros escándalos.
El Presidente los engloba a todos como «conservadores» o «fifis». Y la confianza «del pueblo» sigue. Sobre todo, de acuerdo con la encuesta de El Economista, por quitar las pensiones a los ex Presidentes, retirar el seguro de gastos médicos mayores, bajar los sueltos a altos funcionarios y desaparecer al Estado Mayor.
FALTA DE OPOSICIÓN FUERTE
La segunda fuerza política después de Morena es el Partido Acción Nacional (PAN), dirigido por Marko Cortés, quien ha insinuado en entrevistas que la caída del helicóptero en que murieron Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle no fue un accidente, el PRI acaba de pedir un préstamo de 250 millones de pesos y el PRD «se está pulverizando».
«Pesa mucho la debilidad de sus críticos, en particular del PRI y PAN, partidos que además de no contar con un número suficiente de legisladores para hacer contrapeso en el Congreso, perdieron la brújula y no tienen un plan alternativo a las estrategias que ellos consideran equivocadas por parte del gobierno. Más bien son reactivos, protestan por protestar y eso tampoco ha sido bien visto por la población. Y en caso aparte el PRD que se está pulverizando y muchos de sus integrantes se están pasando a las filas de Morena», dijo el analista Francisco Reveles.
«Como resultado, casi escuchamos solo la voz del Presidente. Los medios reproducen algunas declaraciones de otros actores, pero no han tenido el impacto que ellos desearían. Tampoco hay medios muy críticos en general que tomen algunos temas y no los dejen hasta que se resuelvan», agregó.
Carlos Sánchez y Sánchez, politólogo por la UNAM, tiene cuatro hipótesis. Pero, aseguró, en la medida en que la oposición se reposicione y la ciudadanía no encuentre una pronta satisfacción, se irá reduciendo el nivel de popularidad.
«No hay alternativas», coincidió con Reveles. «El Presidente no tiene un contrapeso mediático e institucional. De repente se deja ver, por ejemplo, en las modificaciones que hicieron los legisladores de oposición en la Guardia Nacional».
«La segunda hipótesis es que hay una reciprocidad democrática, una correspondencia entre lo que quiere la gente y lo que el Presidente está implementando. El combate al huachicol, la clausura del aeropuerto, la venta de autos…», expuso.
La tercera, dijo, más allá de las políticas tiene que ver con los valores y la ética; elementos más característicos de una mentalidad conservadora que comparte una parte de la sociedad mexicana.
«Hay una comunión con la forma de ver las cosas que tiene el Presidente en términos valorativos y normativos. Como pagar impuestos, portarse bien», dijo Sánchez y Sánchez.
La cuarta suposición es que mucha gente dice aprobarlo, pero realmente no lo aprueba, pero no lo enuncia por el temor a no ser acorde con lo que ellos piensan como una tendencia mayoritaria.
Maximiliano García Guzmán, especialista en gobierno y asuntos públicos, aclaró que la percepción pública hacia su gobierno está segmentada.
«Hay muchas críticas respecto a ciertas políticas del gobierno o cómo está tomando las decisiones, pero son críticas que están muy instaladas en sectores con ciertas características: tienen cierta posición económica, acceso a cierto tipo de información, pero eso no significa que eso se refleje en la opinión pública»
«El Ejecutivo ha sido muy hábil en plantear un discurso no para factores tradicionalmente críticos, porque tiene muy claro que no los va a convencer, sino más bien enfoca sus discursos hacia esa gran masa de la población que no pertenece a la crítica y le hace sentido el tipo de medidas que se toman como combatir la corrupción y atender a sectores vulnerables», concluyó.