Diego Petersen Farah
25/01/2019 - 12:00 am
AMLO: centralismo e incomunicación
Nunca imaginé que la machista, insoportable y horrible rola de Daddy Yankee, “Dame más gasolina” terminaría convirtiéndose en el grito de guerra del estado de Jalisco frente a las políticas del gobierno de López Obrador. La gasolina pasó de ser un bien escaso por una decisión, sin duda correcta pero acelerada y mal planeada del presidente de la república y su equipo, a una batalla por los derechos de los estados frente al gobierno central.
Nunca imaginé que la machista, insoportable y horrible rola de Daddy Yankee, “Dame más gasolina” terminaría convirtiéndose en el grito de guerra del estado de Jalisco frente a las políticas del gobierno de López Obrador. La gasolina pasó de ser un bien escaso por una decisión, sin duda correcta pero acelerada y mal planeada del presidente de la república y su equipo, a una batalla por los derechos de los estados frente al gobierno central.
No deja de ser paradójico que el gobierno que planteó la descentralización (una descentralización imaginaria e imaginada desde el centro) tenga funcionarios incapaces de salir de sus oficinas y ver lo que sucede allende Cuautitlán. Los secretarios viven pegados al presidente, todos tienen que estar cerca de él porque nadie sabe cuál es la agenda de mañana. El presidente López Obrador tiene una forma de radial de gestionar su gobierno, todo gira a su alrededor, es el presidente-sol y los secretarios satélites. Si él no va a va de gira, nadie lo hace; si él no toma decisiones, nadie lo hace; si el no da la palabra, nadie la toma.
La desatención a las demandas de Jalisco no es un castigo al estado o a un gobierno de otro color, como algunos podrían imaginar, es simple y sencillamente una forma de gobernar. Los secretarios tampoco han ido a ver qué está pasando en Nuevo León (salvo cuando fueron con el presidente) o a Guanajuato, o a Chihuahua. En Michoacán tardaron casi una semana para resolver un bloqueo de las vías férreas que, aunada a la falta de abasto de gasolina, estranguló al segundo estado agrícola del país. Lo que priva es la desconfianza. Hay una clara política, justificada en la gran cantidad de desfalcos que se dieron en el pasado, de quitarle poder a los gobernadores reduciéndoles los recursos discrecionales, pero eso se ha traducido en ignorar todas a las regiones que no están en las prioridades del presidente.
La crisis de la gasolina ha puesto en evidencia no solo el tamaño del crimen organizado, las implicaciones desde dentro del gobierno con el huachicoleo y la improvisación de los planes gubernamentales, sino también la distancia del gobierno central con la problemática de las regiones.
El desplegado publicado ayer por los organismos empresariales de Jalisco pone sobre la mesa la incomunicación que hay entre el gobierno central y los estados. Los empresarios de Jalisco (y estoy seguro de que mucho de otros estados lo habrían firmado porque comparten la misma condición) se quejan de los daños colaterales que ha tenido una política aplauden en principio pero que no conocen, no saben su alcance ni el tiempo que durara la afectación, lo que les impide timar decisiones.
Hora y media o dos horas de rueda de prensa todos los días ha servido para que el presidente sea escuchado, pero no para que el presidente escuche.
más leídas
más leídas
entrevistas
entrevistas
destacadas
destacadas
sofá
sofá