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El año histórico para mexicanas en la política es el mismo en que la violencia se ensañó con ellas

01/01/2019 - 4:30 pm

El 2018 estuvo lleno de contrastes para las mujeres. Por un lado, los feminicidios las colocaron en la agenda pendiente de justicia, así como el repunte en las desapariciones y las protestas en favor del aborto y la no criminalización a nivel nacional; por el otro, se llenó de logros históricos en el espacio político: se consiguieron, por ejemplo, los primeros Congreso y Gabinete federales paritarios.

México tiene una población estimada de 119 millones 938 mil 473 habitantes, de los cuales 61 millones 474 mil 620 son mujeres; es decir, 51.4 por ciento de la población, pero sus condiciones de vida siguen bajo amenaza. Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportaron un aumento de presuntas víctimas de homicidio doloso: en promedio, en 2018 fueron asesinadas nueve mujeres al día, dos más de las que se reportaron en 2016 y 2017.

 Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo). A lo largo de 2018, las mujeres mexicanas encabezaron las reuniones de las diferentes plazas públicas: formaron una sola sola voz que denunciaba el peligro de la violencia de género, exigía la legalización del aborto y se pronunciaba por un cambio en el sistema patriarcal.

En México, las protagonistas de esta revolución tomaron las calles, cantaron consignas y pintaron murales que recordaban que cada día en nuestro país son asesinadas nueve mujeres en promedio.  El asalto se convirtió también en una oportunidad de denuncia de las sentencias de muerte diaria.

Se gestó, además, una ola de reclamos en la llamada “marea verde”. Nacido en Argentina, el embate ha levantando a miles de mujeres en América Latina que protestan para exigir el poder de decisión sobre sus cuerpos, un derecho que les ha sido negado de manera histórica bajo el prejuicio de una supuesta subordinación al género masculino.

Para las especialistas en el tema, el 2018 estuvo lleno de contrastes para las mujeres. Por un lado, los feminicidios las colocaron en la agenda pendiente de justicia, además del reclamo por las desaparecidas y en favor del aborto y la no criminalización; por el otro, se dieron logros históricos en el espacio político, con los primeros Congreso y Gabinete federales paritarios, entre muchos otros.

“Tristemente fuimos protagonistas de un sin fin de formas de violencia: desde la política hasta la feminicida, con lo que las voces por exigencia de justicia fue en su mayoría femenina. Contrasta este escenario con el logro de haber alcanzado la paridad en el ámbito legislativo, un derecho conquistado tras décadas de pelearlo, incluso en tribunales. Este 2018 fue un año de resistencia de defender lo alcanzado”, afirma Julia Escalante, quien es coordinadora regional del Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres.

Las mujeres despertaron para descubrirse como un conjunto poderoso que deberá continuar enfrentando la desigualdad  y la violencia, pero que a su vez sabe que no desistirá frente a las omisiones sociales y las acciones gubernamentales, plantea la especialista.

“El futuro trae retos importantes; sin embargo, las mujeres y el feminismo hemos demostrado que unidas somos fuertes y persistentes. Hemos hecho frente a los riesgos de retroceso, particularmente en lo que se refiere a la austeridad republicana, con el recorte y desaparición de áreas, de presupuesto etiquetado (logro de hace más de una década), y también con que no haya un paso atrás respecto de nuestras históricas conquistas. Este Gobierno federal deberá aceptar que las mujeres hemos logrado el reconocimiento de derechos, tras décadas de incidencia, propuestas y negociaciones, por lo que esperamos que éstos se plasmen en políticas públicas efectivas, con recursos, y que se fortalezca la transversalización de la perspectiva de género en toda la administración pública federal, estatal y municipal, para que las mujeres de pie vivamos la igualdad y deje de ser sólo retórica y letra muerta en el Artículo 4o constitucional”, añade Escalante en entrevista con SinEmbargo.

Las condiciones de paridad que garanticen a las mujeres el pleno ejercicio de sus derechos es una de las exigencias con las que se enfrentará el Gobierno que desde el pasado 1 de diciembre encabeza Andrés Manuel López Obrador, una búsqueda que acompañará la reivindicación de las mujeres durante los próximos años.

El pasado 16 de octubre, con una foto grupal en el frontispicio del Congreso federal, diputadas de distintos grupos parlamentarios de la LXIV Legislatura instalaron la «Bancada de Mujeres», con la que impulsarán iniciativas en favor de los derechos humanos de las mexicanas. Foto: Diego Simón, Cuartoscuro

LAS MUJERES EN EL ESPACIO PÚBLICO

El debate sobre la aprobación de la legalización del aborto en Argentina inició el 14 de junio. El Congreso de dicho país, presionado por miles de manifestantes, aprobó la iniciativa de ley que lo permitiría. Miles de mujeres contagiaron a sus pares en todas partes del mundo. El discurso sobre el aborto dejó de ser exclusivo para una nación para convertirse en una exigencia regional.

En México las protestas con pancartas verdes y moradas se extendieron a largo de todo el país. Puebla, Veracruz, Oaxaca y Ciudad de México serían algunas de las ciudades en las que se encabezarían las caminatas. No obstante, más de 28 entidades federativas se unirían al reclamo nacional.

De acuerdo con Julia Escalante, el tema de la interrupción del embarazo “vino a reactivar el activismo a favor del derecho a decidir, incorporó a nuevas generaciones a esta demanda, hizo visibles activismos diversos a favor del aborto, como el tema del acompañamiento de la legalización y de la despenalización” y sobre todo avanzó en la descrimininalización social.

Los datos del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) demuestran que en los últimos 10 años un total de 4 256 personas han sido detenidas por interrupción de embarazos. Esto a pesar de que existen causales que permiten su ejecución, como la violencia sexual, las alteraciones graves en el producto y el peligro de muerte. Asimismo, la única entidad que permite el aborto hasta la duodécima semana de gestación es la Ciudad de México.

La Ley General de Víctimas y la NOM 046 establecen que se debe garantizar el acceso al servicio cuando el embarazo es producto de una violación sexual. No existen requisitos que lo impidan, ya que las mujeres solo deben cumplir con una declaración bajo protesta de decir la verdad. No es necesaria ninguna autorización y a partir de los 12 años puede realizarse sin la presencia de los padres de familia.

El último diagnóstico sobre la Violencia Sexual en México señala que, entre el año 2010 y el 2015, se acumularon un total de 110 mil 914 víctimas de violencia sexual, el 81 por ciento eran mujeres (90 mil 025). Los delitos más frecuentes son los abusos sexuales (46 mil 927) y las violaciones (35 mil 898) .

El 26.9 por ciento de las mujeres víctimas son estudiantes, 22.8 por ciento empleadas y el 12.2 por ciento amas de casa. La Comisión Nacional de Derecho Humanos (CNDH) reconoce que el 26.6 de las mujeres que han trabajado alguna vez han padecido violencia laboral. El 47.9 por ciento de las agresiones han tenido un carácter sexual.

A pesar de la persistencia en el violencia sexual, el aborto continua siendo estigmatizado por la sociedad y por las instituciones. La mayoría de las entidades federativas contemplan penas privativas de libertad en relación con el delito de aborto. Tan solo tres no consideran este tipo de penas: Chiapas, Michoacán y Veracruz.

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

El 5 de octubre una noticia aterradora llenaba los titulares de los medios de comunicación. Un hombre y una mujer fueron detenidos en Ecatepec, Estado de México acusados del asesinato de al menos 10 mujeres. Las investigaciones que vinculaban a Juan Carlos “N” y Patricia “N” en los actos partían del reporte de la desaparición de tres mujeres en el municipio de Ecatepec en los meses de julio, abril y septiembre.

Al momento de su detención los implicados trasladaban restos humanos de mujeres descuartizadas en una carriola. Los cadáveres eran trasladados a un predio cercano en el que se encontraron más partes del cuerpo, pertenecientes a más mujeres desaparecidas.

La noticia conmocionó a la sociedad civil ya alertada por la continua desaparición y el asesinato de mujeres y niñas.

México tiene una población estimada de 119 millones 938 mil 473 habitantes, de los cuales 61 millones 474 mil 620 son mujeres; es decir, el 51.4 por ciento de la población. Según datos del INEGI, de enero del 2015 a diciembre del 2016, se registraron un total de 5 mil 118 defunciones femeninas por homicidio.

Por su parte, las cifras de Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública publicadas en enero de este año registra un aumento de presuntas víctimas de homicidio dolosos. La cifra final destacó que en promedio en el 2018 fueron asesinadas nueve mujeres al día, dos más de las que se reportaron en 2016 y 2017.

“El contraste más cuestionable del 2018 es la violencia feminicida. Por un lado tenemos todos los avances [ un Congreso paritario], la participación de las mujeres en todos los ámbitos como nunca, pero lamentablemente por  otro lado seguimos luchando por tener derecho a la vida. Eso es lo más triste y preocupante, a veces es hasta desesperanzador porque no podemos hablar de libertades  y de otros derechos si no tenemos garantizada la vida, y parece que los temas de feminicidio y las problemáticas de feminicidio, ahora la desaparición de niñas y mujeres, como un problema generalizado o estructural  es menor. Ahí es donde encontramos los verdaderos retos y la realidad de lo que vivimos las mujeres en este país”, dice Anayeli Garrido, asesora jurídica del Observatorio Nacional contra el Feminicidio.

Garrido sostiene que la impunidad y los estereotipos que se reproducen en  los hechos de violencia, y  a su vez son sostenidos por  los operadores de justicia  continúan poniendo en riesgo la vida de las mujeres. Afirma que el sistema de justicia continúa siendo “mediocre, indolente, machista y desinteresado” con ninguna meta que cambiar para garantizar el derecho a la vida y a la justicia.

 Por su parte  María Salguero, geofísica y creadora del Mapa de feminicidios en México, coincide en que el aumento en el feminicidio se relaciona con la impunidad y la falta de voluntad política para realizar las investigaciones correspondientes.

“El problema es la indiferencia en los policías, en los ministerios públicos, al momento de no querer buscar una mujer desaparecida con los niveles de violencia que tiene el Estado (…) Los familiares de las víctimas son quienes hacen las investigaciones, ante la ineficacia. Día con día incremente la impunidad. Si no se tienen policías y ministerios públicos capacitados, con perspectiva de género las cifras no van a bajar. No atender las denuncias o hacerlo con indiferencia solo desestima la denuncia”, agrega la experta.

Las causas del asesinato son determinadas por la geografía. Salguero explica que en estados como Guanajuato, Baja California o Chihuahua las muertes se relacionan con el crimen organizado, pugnas por el territorio “que ocurren traspasando el cuerpo de las mujeres”. Sin embargo, entidades como el Estado de México tiene como origen la violencia familiar y comunitaria.

Los números más altos de asesinatos se encuentran en el Estado de México, Guanajuato, Chihuahua, Baja California, Zacatecas y Guerrero. Mientras que la incidencia más alta por cada 100 mil habitantes es para las entidades de Colima –en donde mueren 12 mujeres por cada mil habitantes, situación reconocida por la OMS como epidemia de violencia– Baja California, Chihuahua, Guerrero y Zacatecas.

El pasado 9 de diciembre, en Jiutepec, Morelos, fueron hallados loscadáveres de dos mujeres, ambas de 18 años, en la entrada a una boutique. Ambas fueron atacadas a balazos por dos hombres encapuchados que se trasladaban en una motocicleta deportiva. Foto: Margarito Pérez Retana, Cuartoscuro

EL  ÁMBITO POLÍTICO

En las elecciones de 2018, dos mujeres intentarían contender por la presidencia: Margarita Zavala y María del Jesús Patricio, médica tradicional representante del Consejo Indígena. Pasadas las elecciones se instaló el primer Congreso y el primer Gabinete de Estado paritario. 244 mujeres ocupan ahora las curules de Cámara de diputados  y otras 63 se han instalado en el Senado; 9 mujeres ocupan las diferentes secretarias de Estado.

Olga Sánchez Cordero, la ex Ministra progresista, encabeza ahora  la Secretaría de Gobernación (Segob), a la cual ha prometido integrar una perspectiva de género. Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió en la primera mujer elegida para ocupar el puesto de Jefa de gobierno de la Ciudad de México y ha puesto como agenda prioritaria la erradicación de todo tipo de violencia contra las mujeres.

En opinión de Cecile Lachenal, coordinadora del programa de género de Fundar, la incorporación de las mujeres en los espacios de decisión política ha sido una muestra de su continua actividad y de su presencia en la esfera pública y política.

“Este fue un año muy importante para las mujeres en México. Un avance muy importante que destacar es haber logrado la paridad en lo político. Ya tenemos una legislatura de paridad con un porcentaje de un poco más del cincuenta por ciento de presencia de diputadas. Un avance muy importante que no necesariamente significa el avance en la agenda de derechos de las mujeres, pero si es que esas diputadas manejan una agenda feminista se podrán lograr avances importantes para la garantía de los derechos de las mujeres. Asimismo, es muy importante que una mujer sea la Secretaria de Gobernación, un puesto central en la política. Eso muestra que las mujeres en México son cada vez más activas en la arena pública y política”, afirmó la especialista en entrevista para SinEmbargo.

La integración de las mujeres en el espacio político es un gran avance que continua sin garantizar su incidencia en las decisiones más importantes. La participación del sector es mucho menor en comisiones estratégicas del congreso como lo son Hacienda, Gobernación y Puntos Constitucionales, en esta última se encuentra conformada por 23 hombres y solo 5 mujeres. Totalmente a la inversa de Comisiones como grupos vulnerables, igualdad de género e infancia que cuenta con 24 mujeres y 3 hombres.

En opinión de las expertas la feminización de algunas de las temáticas continúan siendo un impedimento para la equidad en la política, sin embargo no se pueden desestimar los avances que se lograron en las últimas elecciones.

Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió el 5 de diciembre pasado en la primera mujer en la historia que gobierna la Ciudad de México. En los primeros días de su administración anunció las “Estrategias para la prevención y atención de las violencias contra las mujeres”. Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro

MUJERES EN LA CONQUISTA DE DERECHOS

El 18 de junio, Valentina Rosendo Cantú, mujer indígena de la Sierra de Guerrero celebró una sentencia en contra de dos militares que la habían agredido sexualmente 16 años atrás. Para poder alcanzar una sentencia a su favor Valentina tuvo que aprender español e insistir en el acceso a la justicia que tanto le había sido negado.

Con su lucha la joven me´phaa logró una sentencia histórica: la condena a 19 años de prisión a dos elementos del Ejército que la habían interrogado mientras lavaba su ropa en un arroyo cercano, y la habían violado frente a la presencia de otros seis uniformados.

El logró de Cantú no fue el único que llegó como un triunfo para las mujeres.

El 5 de diciembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró discriminatorio y anticonstitucional que las empleadas domésticas sean excluidas del Seguro Social.

En respuesta a un procedimiento de amparo, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estableció que dentro del primer trimestre del 2019 se estableciera un programa piloto para acabar con dicha situación. El régimen espacial tendrá que considerar que las relaciones laborales normalmente no se establecen bajo contrato y que pueden estar a cargo de más de un patrón.

La afortunada noticia beneficiará a 2.4 millones de personas que tienen un trabajo renumerado en el hogar, de las cuales el 95 por ciento son mujeres. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación (Conapred), el 46 por ciento de estas trabajadoras trabaja más de las ocho horas establecidas por Ley; un 45 por ciento no cuenta con el derecho a un día de descanso semanal; un 66 por ciento no tiene vacaciones y un 57 por ciento no recibe aguinaldo. Los pagos de las trabajadoras del hogar también suelen ser muy bajos: el 74.9 por ciento recibe hasta dos salarios mínimos.

De acuerdo con cifras de la ENOE 2018, 20. 7 millones de mujeres pertenecen a la Población Económicamente Activa (PEA). La mayoría de las mujeres se desempeñan en tareas del sector terciario, como el comercio, el turismo y los servicios personales. Su participación en el sector primario y secundario es casi nula.

En 2016, el 75.3 por ciento del valor del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados en el hogar fue realizado por mujeres. La mujeres tiene una mayor participación en trabajos que les generan un ingreso de hasta un salario mínimo. Conforme sube el nivel de ingresos el número de mujeres disminuye , de tal forma que en los cargos en los que se ganan más de cinco salarios mínimo el número de mujeres es de 829 mil 288 frente a 2 millones 061 hombres.

Para Cecile Lachenal, los pendientes con las mujeres incluyen la desigualdad laboral, que recuerda la falta de políticas públicas en otras materias como el cuidado de los hijos. Un espacio de conciliación entre la vida laboral y privada.

“Hace mucha falta la conciliación de la vida laboral con la vida familiar. Las licencias de paternidad que tengan un plazo mucho más amplio, hay una sensibilización con los hombres para que realmente transformen la masculinidad dominante que mantiene los roles tradicionales de género. Hace falta transformar estos roles de género», agrega Lachenal.

Entre las opiniones que necesita escuchar el Gobierno de López Obrador está la de los colectivos feministas que exigen un alza al presupuesto en todo lo relacionado con las mujeres. Gracias a la exigencia de dichos colectivos, la disminución propuesta en el proyecto de dictamen del Presupuesto de Egresos de 2019 logró recuperarse en el Anexo 13 – el de las erogaciones para la igualdad entre hombres y mujeres–, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), el fondo de transversalidad, coinversión social y salud materna.

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