Se esfumó la lluvia de 2006. Hoy la plancha del Zócalo de la Ciudad de México se baña de Sol, música y baile. Andrés Manuel López Obrador hablará frente a sus seguidores.
Ciudad de México, 1 de diciembre (SinEmbargo).- En el mismo Zócalo donde ciudadanos lloraron su intento de desafuero y donde se autonombró Presidente legítimo, hoy, en el mismo centro de la Ciudad de México pero 12 años después, miles de mexicanos celebran con danza y música el inicio de la Cuarta Transformación luego de que Andrés Manuel López Obrador ha tomado protesta como Presidente de México.
«Aquí no somos acarreados. Vinimos por amor», dijo Alberta de Mixquiahuala, Hidalgo. «18 años tenemos luchando por él hasta que se nos hizo, dígame si no íbamos a estar ahora», agregó luego de evocar su presencia en 2006 «lloviendo y con frío«. Hoy es con sol.
Mientras se abrían las puertas de Los Pinos al público, mientras López Obrador emitía su discurso en el Congreso con la banda presidencial y lo escuchaban en las pantallas del Zócalo, mientras se trasladaba a Palacio Nacional y mientras comía con sus invitados, la plancha se iba llenando.
En 2006 lucía amarillo. Ahora se ve vino, color Morena. El nombre «Enrique Peña Nieto» es abucheada en automático. Lonas del nuevo símbolo del gobierno lo rodean.
Como en el concierto que es, abundan puestos con playeras, muñecos, gorras, paraguas, banderas, alcancías, máscaras, calendarios… todo de la imagen del nuevo Presidente de México, portado por los entusiastas asistentes.
«Lleve sus pejellaveros», grita un vendedor.
Francisco, de Tacuba, se disfrazó de mariachi. Desde las 11 de la mañana espera recibir a López Obrador. «Estamos agradecidos», aseguró del lado del escenario.
También vinieron de estados u otros países. Exclusivamente al evento. Algunos por su cuenta y otros organizados en grupo. En la calle aledaña de Palma hay una fila de camiones estacionados. A diferencia de los Gritos de Independencia, no son para los policías.
Graciela Jiménez viajó desde Santa Ana, Estados Unidos, donde lleva viviendo 30 años.
«Estamos muy felices. Vine a apoyar a todos los mexicanos», dijo.
Su acompañante, en silla de ruedas y de la Ciudad de México, aseguró que «él es el bueno; tenemos mucha fe».
Baudelia es de Guadalajara y está acompañada de un ucraniano que conoció en el hostal.
«Es un honor estar aquí porque estoy viendo en vivo el cambio de presidencia y de partidos. Vengo de una generación con una sociedad muy restringida. Lo que más me duele es que los ex Presidentes vendieron nuestros recursos naturales para enriquecer a un pequeño grupo», dijo.
Del lado del balcón de Palacio Nacional, donde AMLO emitirá un discurso a las 5 de la tarde, gritaban «sí se pudo» y «Presidente» mientras desde las 13:30 arribaban los Jefes de Estado.
La gente aplaudía, incluso ante la llegada de Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, momento en que mostraron pancartas de Hugo Chávez y su sucesor.
Al igual que López Obrador, entraron por la calle Pino Suárez en caravana de camionetas blindadas y policías.
«¿Dónde estarán comiendo? ¿Ahí dónde está la luz prendida?», se preguntó una joven mirando hacia Palacio Nacional.
LA CELEBRACIÓN CULTURAL
El baile ha iniciado. Las manos arriba y banderas danzan. Los mexicanos comen o beben. Hay refrescos y cervezas clandestinas.
El escenario colorido donde de 14:30 a 8 de la noche habrá danza y música está hecho de hojas de maíz, y alfombras de Tlaxcala.
El festejo, conducido por la Senadora Jesusa Rodríguez y el actor Damián Alcázar, ha iniciado con danzas tradicionales de once entidades, entre ellas, Oaxaca, Chiapas y Puebla.
La Banda Filarmónica de Tlaxiaco, Oaxaca, abrió la música.
«¡Viva la cuarta transformación de México!», fue la frase del arranque. «¡Viva!», ha recibido como respuesta enérgica de los presentes.
Le seguirá la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Eduardo García Barrios.
El programa oficial no incluye al cantante cubano Silvio Rodríguez, quien acompañó a López Obrador en sus días de descanso en Chiapas.
