Entrevista

Madre del Solecito dice que el de Atlacomulco será “una mancha negra” en la historia de México

29/11/2018 - 8:00 pm

Enrique Peña Nieto pasará a la historia como una “mancha negra” que nunca debió llegar a la Presidencia de la República, dice Lucy Díaz Genao, coordinadora del Colectivo Solecito de Veracruz. La mujer, quien perdió a uno de sus hijos luego de que fuera secuestrado en su propia casa, asegura que Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo, está equivocado al plantear un perdón para los criminales y políticos corruptos, un perdón “que no se ha ganado nadie”.

Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).- “¿Cómo va a establecer Andrés Manuel López Obrador este paradigma de paz, de respeto a los derechos humanos, de justicia, comenzando con un perdón que no se ha ganado nadie? Porque el perdón hay que ganárselo”, dice Lucy Díaz Genao, coordinadora del Colectivo Solecito de Veracruz.

Lucy es una entre las cientos de madres que buscan a sus hijos con las manos en las fosas de Veracruz. Su hijo fue secuestrado en su propia casa en junio de 2013. Guillermo Lagunes Díaz, de 29 años al momento en que fue plagiado y quien era conocido como DJ Patas a nivel nacional, continúa desaparecido y su madre lo ha buscado de forma incansable desde entonces.

Como madre en búsqueda de un hijo, Lucy se ha enfrentado a la indiferencia de las autoridades de todos los niveles: de las del Gobierno a cargo del entonces mandatario Javier Duarte de Ochoa, y de las de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, cuyo sexenio vive sus últimas horas.

Para ella, el perdón que ha planteado el Presidente electo, es imposible de otorgar.

“Si esos gobiernos que fueron tan omisos hubieran hecho algo para que cuando menos las víctimas pudiéramos buscar a nuestros hijos de una manera eficiente y con todo; si ellos hubieran hecho algo por resarcir todo el daño que hicieron a México, merecerían un perdón. Pero ellos lo que hicieron fue negar, mentir, esconder y a nivel internacional, este mismo mes, estuvieron en mintiendo descaradamente en Ginebra. Ese perdón no se lo han ganado. Nadie estará conforme con un perdón regalado de esa manera tan infame, tan injusta”, argumenta.

Díaz Genao recuerda que durante el sexenio que está por concluir, los “nuevos rostros del PRI [Partido Revolucionario Institucional]” –como el priista Javier Duarte– se dedicaron a delinquir bajo el cobijo del Gobierno federal.

Aunque el ex Gobernador Duarte de Ochoa se encuentra preso, para Lucy Díaz no hay justicia, pues afirma se trata de una simulación similar a la de Peña Nieto frente a las atrocidades que le ocurrieron a México durante su administración federal.

“Enrique Peña Nieto no tenía los conocimientos, no tenía la preparación, no tenía todo lo que se requiere para ser Presidente de un país tan importante como México. Peña Nieto es muy deficiente en temas incluso básicos, para ser un buen administrador de un país como México. No he visto una persona más inculta, menos preparada y más simuladora. La verdad es que no tenía que haber sido Presidente de México nunca […]. Enrique Peña Nieto no va a llegar a la Historia más que como una mancha negra que nunca debió de haber llegado”, dice.

Este sexenio que termina es más que gris, fue nefasto para los derechos humanos en México. Con Peña Nieto el país vivió las peores violaciones a los derechos humanos que se hayan visto veníamos del de Calderón –donde comenzaron las desapariciones, los homicidios y feminicidios– y el de Peña es una continuación de todo lo negro del de Calderón, dice Lucy Díaz, coordinador del Colectivo Solecito. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

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–Lucy, ¿cuál es su evaluación del sexenio de Peña Nieto en materia de desaparecidos, derechos humanos?

–Este sexenio que termina es más que gris, fue nefasto para los derechos humanos en México. Con Enrique Peña Nieto el país vivió las peores violaciones a los derechos humanos que se hayan visto. Veníamos del sexenio de Calderón [Felipe Calderón Hinojosa] en donde comenzaron las desapariciones, los homicidios, feminicidios, y el de Peña Nieto es una continuación de todo lo negro del de Calderón y con las mismas actitudes, porque no se buscó priorizar la mejoría, sino mantener la simulación, la negación y la mentira. Son sexenios que en materia de derechos humanos México retrocedió como no habíamos observado nunca. México tenía una estabilidad entrecomillado, pero con estos 12 años de obscuridad que nos tocaron.

–En materia de desaparecidos, ¿la Ley de Víctimas?

–El trabajo grande que se ha hecho en estos dos sexenios ha sido por parte de la sociedad civil que se dispuso a llenar los vacíos que deja el Estado. Entonces vemos que nos pusimos los colectivos a presionar para conseguir que se hiciera la Ley de Desaparición Forzada y por Particulares que prácticamente hace un año se aprobó, aparte la Ley de Víctimas, con todas sus deficiencias, pero han sido victorias de la sociedad civil.

–México es un país de fosas, ¿qué tanto se retrocedió en este sexenio?

–Las fosas vienen desde Calderón, toda esta catástrofe humanitaria surge con Calderón por la guerra del narco […]. Vemos que si se quería que se disminuyera el narcotráfico ha sido al revés: 12 años de guerra ha significado un aumento enorme; entonces, se ha conseguido lo opuesto a lo que era la motivación para la guerra[…]. El Gobierno de Enrique Peña Nieto y de Calderón son lo mismo.

–¿Cuál sería el mayor problema del sexenio de Peña Nieto?, ¿la corrupción? Se acordará cuando presentó los nuevos rostros del PRI [Partido Revolucionario Institucional] y presentó a Javier Duarte, y ya ve lo que pasó con él.

–La corrupción y todo lo que ha traído, porque la corrupción ha traído una impunidad terrible y la impunidad ha traído una violencia y una inseguridad y entonces esto ha ido minando todo. Porque no solamente es una corrupción administrativa, esto fue a todos los niveles. Enrique Peña Nieto no tenía los conocimientos, no tenía la preparación, no tenía todo lo que se requiere para ser Presidente de un país tan importante de una país como México. Peña Nieto es muy deficiente en temas, incluso básicos, para ser un administrador bueno de un país como México. No he visto una persona más inculta, menos preparada y más simulador. La verdad no tenía que haber sido Presidente de México nunca. En el concepto que tenemos de un Presidente con preparación, con criterio propio, con una dignidad, con una integridad que pudiera ser a prueba incluso de la historia, porque Enrique Peña Nieto no va a llegar a la historia más que como una mancha negra que nunca debió de haber llegado. Quizás podemos decir lo mismo de Calderón, han sido presidentes con mucha oscuridad y muy poca luz que nos ha dado este resultado de ahorita.

–En el caso del castigo a los gobernadores priistas del sexenio de Peña Nieto, ¿hubo un total cobijo?

–Los gobernadores se dedicaron a delinquir. No fueron gobernadores, fueron delincuentes. Porque Javier Duarte, no podemos decir que fue un Gobernador, tuvo ese cargo por desgracia de Veracruz, como pasó con el [César] Duarte de Chihuahua, como pasó con Eugenio [Hernández], el que estuvo cobrando como Gobernador de Tamaulipas, que ahorita también está en la cárcel. Todos estos, ese famoso nuevo PRI que ellos aclamaron vimos que fueron una camada delincuentes, de criminales, porque Javier Duarte se puede acusar también por lesa humanidad y debe de ser acusado en algún momento. Si en México se va hacer justicia, esa es imprescindible: que Javier Duarte se vea acusado por todos esos delitos de desapariciones en su sexenio y también de los homicidios que se quedaron sin investigar.

–Hablando de justicia, usted que es de Veracruz y que tiene a un Javier Duarte de Ochoa  tras las rejas, ¿es justicia lo que está pasando con él en este momento?, ¿qué clase de justicia es?

–No, no es justicia, es un engaño. Es una simulación de justicia. Lo que va a suceder es lo que sucedió con Raúl Salinas: que ahora Raúl Salinas regresa con el dinero blanqueado por las instituciones legales, porque como él estuvo ese par de años en la cárcel, queda todo subsanado y ahora disfruta de todo. Eso va a pasar con Javier Duarte, porque los delitos por los que está en la cárcel son de peculado, no son delitos serios. Los de lesa humanidad, de desapariciones forzadas no se le están imputando; el señor saldrá de ahí en poco tiempo y podrá disfrutar de todo su dinero.

–Usted sabe que Andrés Manuel López Obrador estuvo con Carmen Aristegui y habló del perdón, pero también se comprometió a realizar una Consulta Popular para llevar a una investigación a los ex presidentes Ernesto Zedillo, Felipe Calderón, Carlos Salinas, Vicente Fox, Peña Nieto. ¿Usted cree en este perdón que plantea López Obrador de que es un punto final, hasta aquí, y ya lo que viene, lo nuevo ahora sí se castigará?

–Hay perdones que son imposibles porque no son perdón, sería complicidad. Por ejemplo perdonar las desapariciones en Veracruz a Javier Duarte sería una bofetada en la misma cara de Dios. Hay perdones que son comprensibles, como llevar a todo el que robó porque no alcanzarían las cárceles, pero hay otras situaciones que es imposible hablar de perdón. No es posible decirle a una madre que perdió a su hijo: «sabes qué el que le hizo eso a tu hijo lo vamos a soltar, o no lo vamos a enjuiciar». Vamos a poner las cosas en perspectiva: en estos 12 años –y especialmente en estos seis años de Enrique Peña Nieto–, el perdón se da automático, porque no se investiga nada. Como lo están planteando ahorita dicen que de ahora en adelante todo limpio, esas son fantasías, porque para cambiar una estructura tan corrupta como la de México costará mucho trabajo. El discurso debe ser al revés: «vamos a limpiar esto, a todo el que haya hecho algo, aunque no nos alcancen las cárceles». Pero con el discurso del perdón ellos se sientes eximidos. Quiero pensar que lo están haciendo para que la gente crea y luego nos salgan con que siempre sí.

–¿Usted tiene esa esperanza?

–Sí, para destantearlos.

–¿En lo que toma posesión?

–Eso es lo que quiero pensar. Pero en el caso de una madre; por ejemplo, tengo una madre que ahorita está en unas condiciones terribles: tenía dos hijos y a los dos se los llevaron y aparecieron los cuerpos. Entonces esa señora, en esas condiciones que yo le diga ‘vamos a perdonar a quien hizo todo esto, ni investigación voy hacer, los voy a perdonar’, realmente qué le dejo a ella. Las manos vacías totalmente.

–De estos ex presidentes que mencionó López Obrador que metería a la consulta, ¿quiénes deberían ser juzgados por delitos de lesa humanidad?

–Calderón y Peña Nieto tienen situaciones que se pueden considerar lesa humanidad, porque lesa humanidad tiene una definición muy particular: tiene que haber un involucramiento del Estado y que sea dirigido de manera sistemática. Quizás a Felipe Calderón y Peña Nieto no se les pueda imputar tan fácilmente por el asunto de la definición, pero a Javier Duarte sí. En el caso de Calderón y Peña Nieto quizás no de lesa humanidad, pero sí hay delitos graves contra los derechos humanos que se les pueden imputar, porque ellos fueron omisos ante todo lo que estaba sucediendo en México. Hubo omisiones y negligencias criminales en los dos presidentes.

Si ellos [Calderón y Peña] no llegaran a recibir ni siquiera un roce con la justicia, creo que estaríamos quedando en deuda no sólo a las víctimas, sino con las futuras víctimas que van a caer, porque lo que se está creando con la impunidad es que sigan creciendo todos los delitos, dice Lucy Díaz Genao, líder del Colectivo Solecito, integrado por madres, padres y hermanos que buscan a los desaparecidos de Veracruz. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo
–Si el Gobierno de López Obrador los perdona, borrón y cuenta nueva, ¿qué mensaje estaría enviado a los mismos políticos de su Gobierno y a los mexicanos?

–El mexicano ya tiene hambre y sed de justicia, como dice la frase no me acuerdo de quién…

–Luis Donaldo Colosio.

–Colosio. Esa frase hoy es más vigente que nunca. No la tiene que haber dicho Colosio, la puede decir cualquiera. El mexicano ya tiene que cambiar paradigmas, porque el paradigma de antaño ya no nos queda. El paradigma de la ley del monte, del México bravo, ya ninguno de esos nos quedan. México quiere migrar a un país de primer mundo, con Estado de derecho, necesita sentir que avanza. En México el punto número uno son las violaciones graves a los derechos humanos y si comenzamos a permitir todo esto que estuvieron haciendo estos 12 años porque pensaron que no la iban a pagar, entonces tenemos que cambiar totalmente: «fíjense que sí la van a pagar y de ahora en adelante el que la haga va a enfrentar a la justicia». ¿Cómo va a establecer López Obrador este paradigma de paz, de respeto a los derechos humanos, de justicia, comenzando con un perdón que no se ha ganado nadie?, porque el perdón hay que ganárselo. Si esos gobiernos que fueron tan omisos hubieran hecho algo para que cuando menos las víctimas pudiéramos buscar a nuestros hijos de una manera eficiente y con todo. Si ellos hubieran hecho algo por resarcir todo el daño que hicieron a México, merecerían un perdón. Pero ellos lo que hicieron fue negar, mentir, esconder y a nivel internacional, este mismo mes, estuvieron en mintiendo descaradamente en Ginebra. Ese perdón no se lo han ganado. Nadie estará conforme con un perdón regalado de esa manera tan infame, tan injusta.

–¿Y el mensaje a sus colaboradores cuál sería si da este perdón?

–»Esto es lo que seguirá sucediendo, este será el paradigma de perdones que vamos a llevar, no importa, no soy vengativo». Esto no se llama venganza, yo detesto usar la palabra venganza: esto es justicia y la justicia necesita surgir en algún momento en México, y necesitas empezar sembrando esta semilla de rendición de cuentas. Si Calderón se metió en esa guerra de manera unilateral, sin consenso del pueblo, del que iba a poner todas las víctimas sin ningún tipo de miramientos, la decisión más terrible que hemos tenido en todos los tiempos, y que no lo vaya a pagar no es justicia. Que Peña Nieto haya llevado todo este sexenio negando algo tan terrible, porque las desapariciones no son 37 mil como dicen ellos: son más de 200 mil. Cuando esos números salgan a flote va cimbrar a todo México. Si ellos no llegaran a recibir ni siquiera un roce con la justicia, creo que estaríamos quedando en deuda no sólo a las víctimas, sino con las futuras víctimas que van a caer, porque lo que se está creando con la impunidad es que sigan creciendo todos los delitos. ¿Cómo se detendrá un delito si las personas saben que no lo pagarán? Hasta ahorita hemos tenido amnistía todo el tiempo, porque nunca han pagado nada.

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