Diego Petersen Farah
16/11/2018 - 12:00 am
AMLO; primeros sapos
Sería irresponsable regresar al ejército a los cuarteles en este momento, dijo Alfonso Durazo durante la presentación del Plan de Paz y Seguridad 2018-2014. Lo verdaderamente irresponsable, en todo caso, fue proponer durante la campaña que en seis meses ya no habría fuerzas armadas en las calles, pero eso es, como dijo un senador de Morena, cosa de campañas. Y tiene razón, exactamente los mismo hizo Peña Nieto que basó su triunfo en la crítica al modelo de seguridad de Calderón y una vez en la silla siguió la misma política. No es pues extraño, nomás no presuman que son tan diferentes. La militarización de la seguridad se venía fraguando desde mediados del sexenio de Peña. Si el Ejercito tiene ya listos varios miles de efectivos para formar la Guardia Nacional es porque son años de trabajo en este cuerpo de policía. Las fuerzas armadas terminaron imponiendo su visión y sus condiciones.
Sería irresponsable regresar al ejército a los cuarteles en este momento, dijo Alfonso Durazo durante la presentación del Plan de Paz y Seguridad 2018-2014. Lo verdaderamente irresponsable, en todo caso, fue proponer durante la campaña que en seis meses ya no habría fuerzas armadas en las calles, pero eso es, como dijo un senador de Morena, cosa de campañas. Y tiene razón, exactamente los mismo hizo Peña Nieto que basó su triunfo en la crítica al modelo de seguridad de Calderón y una vez en la silla siguió la misma política. No es pues extraño, nomás no presuman que son tan diferentes. La militarización de la seguridad se venía fraguando desde mediados del sexenio de Peña. Si el Ejercito tiene ya listos varios miles de efectivos para formar la Guardia Nacional es porque son años de trabajo en este cuerpo de policía. Las fuerzas armadas terminaron imponiendo su visión y sus condiciones.
Este es el primer sapo que tiene que comer López Obrador como presidente electo. Hay que reconocer que se lo tragó como los grandes. Uno está aquí para tomar decisiones, dijo sin hacer gestos. La diferencia es que esta decisión, al contrario de otras igualmente polémicas como cancelar el aeropuerto de Texcoco o proponer la eliminación de comisiones bancarias, es justo lo que los votantes de López Obrador no querían y podría tener un costo con sus propias bases.
Rechazada por la Corte la Ley de Seguridad Interior, esa que López Obrador y sus seguidores criticaron con singular alegría con no poca razón, ahora lo que tendrá que hacer el presidente electo y muy pronto en funciones es modificar la Constitución para darle a la Sedena y a la Marina facultades en materia de seguridad. No es mal augurio, pero proponer en el plan de paz la eliminación de la tortura y dejar la seguridad en manos de las fuerzas armadas parece una contradicción de términos.
El segundo sapo es el nuevo consejo de empresarios. Más allá de los nombres, algunos de ellos me parecen mucho mejor que otros, no deja de ser curioso que López Obrador piense gobernar con los mismos que él convirtió en enemigos de la patria. Es un buen signo que decida tener un consejo empresarial pero no está para nada claro cómo ni por qué los eligió. Muchos de ellos son los que estuvieron en su casa brindando la noche del 1 de julio, es decir que ya estaban cercanos al presidente electo, pero, otra vez, de cara a su base electoral lo que está haciendo AMLO es pactar con lo que él mismo llamó la mafia en el poder.
¿Cinismo o golpe de realidad? Me inclino por lo segundo. La política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos, y Andrés ha aprendido a deglutirlos con tal naturalidad que se confunde con cinismo.
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