La crisis del Partido de la Revolución Democrática (PRD) es tal que no sólo se despedirá a todo el personal de base, sino también al de confianza. En total, la fuerza política se quedará con sólo un tercio del total de trabajadores, dice en entrevista Manuel Granados Covarrubias, dirigente nacional del Sol Azteca.
Granados Covarrubias también confirma lo ya dicho por el Secretario de Finanzas a SinEmbargo hace dos meses: que hay planes de vender los inmuebles que posee el partido en la Ciudad de México para concentrar todas las oficinas en un solo edificio y que se realizarán los avalúos, luego de la fase de las liquidaciones.
Al margen de las declaraciones de los dirigentes, en la sede nacional de Benjamín Franklin se respira un ambiente de tristeza e incertidumbre, donde lo único que tienen seguro los trabajadores es que pronto se quedarán sin su plaza.
Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).– El 2 de diciembre de 2012, Jesús Zambrano Grijalva colocó su mano sobre el documento que firmó junto con los dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y el Presidente Enrique Peña Nieto. Eran tiempos de bonanza para el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el inicio del Pacto por México que legitimaría las reformas estructurales del nuevo Gobierno federal.
Casi seis años después de aquel día en el Alcázar del Castillo de Chapultepec; en la sede nacional del Sol Azteca sólo hay caras largas y el anuncio de que todos los trabajadores de base serán dados de baja: desde el señor que atiende en la recepción, el personal de limpieza, hasta los que se encargan de responder solicitudes de transparencia. Todos, 193, más la mayoría del personal de confianza serán liquidados.
“El partido tuvo sus buenos tiempos, pero por ciertas personas que no diré nombre, vea a dónde llegamos. Un partido con buenos cimientos que iba poco a poco y cuando iba a consolidarse lo destruyen. Muchas personas vinieron a saquear al partido, lo vieron como una minita de oro y ya se les acabó. Realmente a esas personas qué les perjudica: se llevan dinero, pero uno que toda su vida fue honesto y que vivimos de nuestro sueldo para sacar adelante a nuestras familias, ¿qué haremos?”, dice un empleado de unos 60 años de edad que labora en la sede nacional perredista de la Ciudad de México desde su fundación y que pidió omitir su nombre.
Jesús Zambrano Grijalva, uno de los principales líderes de la corriente Nueva Izquierda (NI) o “Los Chuchos”, ha dicho en entrevistas que se prepara el nacimiento de un nuevo partido y la extinción de una fuerza política que el 5 de mayo de 2019 cumplirá 30 años de vida, pero que estará en la antesala de su muerte.
Y Manuel Granados Covarrubias, dirigente nacional del partido, afirma en entrevista con SinEmbargo que el PRD ya no puede pagar los salarios de sus trabajadores, que se quedarán sólo con tercio del personal de confianza, despedirán a todos los sindicalizados y que se prevé realizar un avalúo de los inmuebles del partido en la Ciudad de México para decidir su venta. El Sol Azteca conservaría con un edificio en donde se concentrarían todas las oficinas. Aún no se sabe cuál.
“A partir de agosto estamos pagando una multa de 125 millones de pesos derivada del proceso electoral 2012, cuando Andrés Manuel [López Obrador] fue candidato a la Presidencia de la República por el PRD. No tendremos nosotros suficiencia presupuestal para estar pagando salarios, eso sería irresponsable. Hoy tenemos suficiencia presupuestal para, conforme lo marca la Ley, podamos liquidar a los trabajadores. No es un tema de selección arbitraria, se va a liquidar a los sindicalizados. No vamos a violentar los derechos de los trabajadores”, dice Granados Covarrubias.
El dirigente nacional asegura que esta semana se decidirá el despido de personal de confianza.
“Ya se redujeron la totalidad de los viáticos, nuestra realidad financiera a partir de enero será distinta: bajará la prerrogativa al 5.25 por ciento de la elección nacional que tuvimos, lo que hará inviable tener un partido político con el número de trabajadores actual, cuando no habrá dinero disponible”, dice.
En agosto de este año SinEmbargo entrevistó a Manuel Cifuentes Vargas, secretario de Administración y Finanzas del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, quien adelantó lo que vendría para el partido debido a su difícil situación económica y el programa de austeridad que se preparaba para confeccionarse un “traje a la medida” de la nueva realidad, que incluiría no sólo despidos, sino recortes en todos los rubros: viáticos, telefonía, internet reembolsos y hasta las galletitas y el café.
Pero Cifuentes se quedó corto. En aquella ocasión calculó que el recorte de plazas sería entre el 20 y 50 por ciento del personal base-confianza que en total suman 510 plazas.
“Se tendrá que reducir a un tercio la nómina del partido. No habrá ningún distingo hacia nadie; tendrán que tomarse medidas puntuales. Hay muchos trabajadores del sindicato que ganan más que el presidente: 60, 70 mil pesos”, dice Granados Covarrubias.
Sin embargo, aunque Granados afirma que hay empleados de base que ganan hasta 70 mil pesos, esta tarde el Sindicato rechazó las declaraciones del dirigente y lo exhortó a hacer pública la nómina del personal.
«Cabe señalar que el costo de la nómina que maneja [Granados] de 16.5 millones, no es la cifra de la nómina de los agremiados al SUTPRD. En el año 2017 era de 1 millón 974 mil 204.47 [pesos]. A la fecha desconocemos el monto total de esta, debido a la opacidad del área de Finanzas y su negativa a proporcionarnos la información de cuántos compañeros aceptaron irse en las últimas semanas y proponiéndoles una supuesta recontratación si se sujetaban a dicho programa. Faltando a la verdad al precisar que hay trabajadores del sindicato que ganan más de 60 mil pesos el Dr. Granados, no tiene el dato preciso por lo que lo exhortamos a que presente de manera pública las nóminas de todo el personal que labora en el partido», precisa esta tarde el Sindicato a través de un comunicado, luego de sostener una reunión con sus agremiados de cuatro horas.
El motivo principal de la crisis, asegura el dirigente, es la multa que el PRD paga por el proceso electoral de 2012, cuyo pago resultaría en el recorte del 50 por ciento de sus prerrogativas desde agosto de este año.
El Secretario de Finanzas del partido adelantó en agosto que para 2019 habría que ajustarse aún más el cinturón, debido a las prerrogativas que recibirá como resultado del descalabro electoral del 1 de julio. Incluso reveló que entre los planes para hacer frente a la crisis estaba la posibilidad de vender sus seis inmuebles y un terreno que tiene en la Ciudad de México y cambiar la sede de Benjamín Franklin a Monterrey 50 [la sede original] en donde se concentrarían todas las oficinas.
Dos meses después de aquellas revelaciones, Manuel Granados confirma que hay planes para la venta de los inmuebles después de un avalúo.
“Primero se tiene que hacer un avalúo de los inmuebles para saber a cuánto ascendería el monto y qué esquema estaríamos hablando, sobre todo ver qué es lo que convendría más: si comprar un inmueble único o irnos a uno que ya tengamos y vender el resto, pero será paulatinamente”, explica.
La situación de lo comités estatales también es precaria. Principalmente el de la Ciudad de México, que recibía 70 millones de pesos por financiamiento y el Estado de México que percibía 75, pues a partir de enero verán recortado su financiamiento sustancialmente por los resultados del 1 de julio.
En los 10 estados donde el PRD perdió el registro, para sobrevivir los dirigentes estatales tendrán que recurrir “rifas y conciertos” para contar con un “ingreso modesto”, pero insuficiente.
DESPEDIRSE DEL PRD Y EMPEZAR DE CERO
En el café ubicado enseguida de la sede nacional del PRD de Benjamín Franklin 84, hay movimiento de entrada y salida de trabajadores del partido que se reúnen para intercambiar posiciones sobre lo que está sucediendo.
Unos, hacen llamadas y hablan sobre sus despidos. Otros afirman que algunos líderes del Sindicato Unión de Trabajadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que ya renunciaron, los traicionaron; y unos más cuchichean sobre la situación que ya venían venir, pero que se les hizo oficial apenas el jueves pasado.
En el interior de las instalaciones del partido el panorama es desolador: los trabajadores entran y salen a fumar a la banqueta y los actuales líderes sindicales preparan una Asamblea General para afinar detalles sobre los despidos.
En una de las oficinas una joven y un hombre de unos 60 años están frente a sus escritorios. Ambos son trabajadores de base que serán dados de baja: ella tiene 10 años trabajando para el PRD y él más de 27.
SinEmbargo realizó varias entrevistas a trabajadores de la sede nacional, los cuales solicitaron omitir sus nombres, pero se cuenta con las grabaciones.
“Se realizó una reunión el jueves en la noche, el CEN [Comité Ejecutivo Nacional] tomó esta decisión. Yo me enteré de la Cámara de Diputaos; me hablaron y me dijeron que me iba a quedar sin chamba porque liquidarían a todos los del sindicato que porque somos muy flojos; y bueno no es que seamos flojos, los jefes no te ponen hacer nada, porque hacen distinción entre los de base y los de confianza”, dice una joven que empezó a trabajar para el partido cuando tenía 18 años.
Fue su primer trabajo y como madre soltera de un niño, con el salario que gana en el Sol Azteca paga la mensualidad de su casa y la manutención de su hijo.
“No sé qué haré. Tengo una carrera en contaduría, pero al no tener experiencia no será fácil conseguir otro trabajo”, dice.
Del total de los 193 sindicalizados, la joven calcula que un 10 por ciento son menores de 30 años, mientras que la mayoría son adultos de entre 40 y 60 años. Paulino Díaz, secretario de Comunicación del Sindicato, estima que 50 por ciento de los trabajadores tienen más de 50 años.
En cuanto a la liquidación, agrega, la realidad no es como la cuentan. A los trabajadores que entraron al programa de retiro voluntario se les liquidó sólo con 12 días por año trabajado, y no con 20 como indica a ley.
“Yo considero que nos van a regatear la liquidación. Cuando dicen que no hay dinero, es porque no te vas a ir bien liquidada”, dice.
Pero al menos los trabajadores de base podrán contar con sus tres meses de sueldo, pues los de confianza se irán casi en ceros, dice una empleada que está en esa situación.
“A mí aún no me han dicho nada, pero yo firmo contrato cada mes. Entré hace tres años y antes firmábamos contratos trimestrales, pero desde las elecciones pasadas firmamos cada mes. A mí me pueden decir este mes ‘muchas gracias’”, dice.
La empleada, que coordina una de las oficinas, lamenta que los dirigentes del partido “no hayan sabido llevarlo” y que hoy la fuerza política que representó a la izquierda en el país y que vivió logros como gobernar durante varios sexenios a la capital del país, esté a punto de extinguirse.
Manuel Granados reconoce en entrevista que están sobre la mesa varias opciones: desde reestructurar al partido, cambiarle de nombre o fundar otro nuevo.
“Estamos en el proceso de análisis. Hay una propuesta muy clara de reestructuración del partido, con nuevas reglas, con un cambio generacional. Lo otro tiene que ver con la posibilidad de generar un partido nuevo, pero eso lo definirán los órganos colegiados del partido”, dice.
El dirigente perredista acepta que si prospera la propuesta del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de recortar en un 50 por ciento las prerrogativas a los partidos políticos, el PRD recibirá 15 millones de pesos a partir de enero.
“Financieramente seremos un partido no competitivo a nivel nacional”, acepta.
Mientras en la sede nacional los trabajadores se alistan para preparar sus maletas, dejar sus escritorios y salir por la puerta principal que se encuentra abierta de par en par.
“Nos duele porque nos pega. Más uno que tiene una edad avanzada y es difícil conseguir trabajo allá en la calle. Nos tienen catalogados como revoltosos, chismosos a los perredistas. Lo que más duele es que cuando iniciamos en el PRD nos agarraban en la calle los policías por pegar propaganda, fue un sacrificio grande, hubo muchos muertos, perredistas que dieron la vida por este partido”, dice un hombre de la tercera edad antes de que su jefa le pida ir a traerle una taza de café.