Arturo Herrera, próximo subsecretario de Hacienda, aseguró el combate a la corrupción será el desafío que le esperará a la administración de Andrés Manuel López Obrador, y sobre todo en el área de desarrollo de infraestructura, donde tendrá que identificar canales específicos para tener un gasto sostenible con finanzas sólidas.
Anunció que el equipo para nuevo sexenio ya analiza la vía para obtener el dinero para las obras anunciadas, principalmente las petroleras y las del sureste del país.
Ciudad de México, 21 de septiembre (SinEmbargo).- Sin decir nombres y sin referirse a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Arturo Herrera, co-coordinador del equipo de transición y próximo subsecretario de Hacienda, dijo que la corrupción ha sido un tema central en el desarrollo de infraestructura en el país y que para la nueva administración es un desafío identificar los canales específicos en los que se da la corrupción en la construcción de obra pública.
“Es un problema muy serio. Debemos ver cómo lo vamos a resolver. Transparencia y rendición de cuentas sirve, ayuda, pero se tienen que identificar cuáles son los canales específicos de corrupción, si en las adquisiciones o dónde. Ese será el gran problema y tenemos que estar con mucho detalle, es la gran demanda de la ciudadanía y uno de los elementos centrales que definieron la elección”, comentó.
En el Seminario El futuro del financiamiento de la infraestructura en México, organizado por la calificadora Moody’s, aseveró que la sociedad civil dejó de ser tolerante ante la corrupción y por eso brincaron los escándalos en toda America Latina, en la que una de las contantes es la corrupción asociada a la infraestructura, a la planean responder con un nuevo esquema de transparencia.
“El desafío es poner controles para parar la corrupción cuando se busca acelerar el gasto. Una de las instrucciones que recibimos sobre el gasto de infraestructura, es el mantenimiento de la obra actual y la finalización de obras inconclusas, que ya están licitadas. Además, hay una tentación histórica de privilegiar las nuevas, las razones son la foto de inaugurar una obra a anunciar sólo su mantenimiento”, agregó.
Y luego de la corrupción, dijo que los problemas que más les preocupan son el crecimiento y la desigualdad, que en México no es sólo entre grupos sociales sino también entre regiones: el PIB de Nuevo León es cuatro veces mayor que el de Chiapas, y con la tasa de crecimiento actual se necesitarían 60 años en lograr que Chiapas tenga el nivel de desarrollo de Nuevo León.
“Lo que se necesita es, para la siguiente administración, la condición primordial para tener un gasto de infraestructura sostenible con finanzas sólidas y una macroeconomía estable. Las finanzas públicas aseguran una infraestructura segura, que nada provoque la reducción de su presupuesto. En el modelo con el que se harán los planes de infraestructura de la próxima administración, se fijará una coordinación con los estados y municipios, se verá donde se invertirá y como se complementará con otros servicios.
Agregó que se analiza la vía para obtener el dinero para las obras anunciadas, principalmente las petroleras y las del sureste del país, “la pregunta obvia es dónde va a salir el dinero. El petróleo plantea una serie de riesgos importantes, como fallas en las plataformas o la caída de los precios, entonces se verá cómo se fortalecerán las finanzas públicas a través de los ingresos. El Presidente Electo ha sido claro: no quiere cambiar la estructura tributaria, por lo que no habrá un aumento de tasas. Pero la responsabilidad de aumentar la recaudación en los primeros años estará en el SAT”.
Añadió que los retos de la recaudación serán mayores para los gobiernos locales porque no habrá transferencias adicionales.
“En la primera reunión con gobernadores, Andrés Manuel hizo un ofrecimiento de no cambiar la Ley de Coordinación Fiscal, lo que asegura sus ingresos y anunciarles que no habría transferencias adicionales. Eso los obligará a fortalecer sus finanzas”.
Cuestionado por la prensa sobre si eso significa que no habrá amnistía fiscal, dijo que el compromiso es no subir impuestos porque no cambiará la estructura tributaria en la primera parte del sexenio.
“El SAT para aumentar la recaudación puede realizar acercamientos a los contribuyentes a partir de amnistías, lo que no está descartado. Se tendrá que revisar la forma de coordinación internamente […] vemos qué hay mucha desconfianza sobre a dónde van los impuestos por un tema de corrupción. Entonces estamos dejando claro que, con el Gobierno austero,se está haciendo un buen uso de los impuestos e invitar a que la gente pague los impuestos”, agregó.