El 19 de septiembre de 2017 es una fecha que quedó grabada en la memoria de los habitantes de de Aguascalientes 12, en la colonia Roma de la Ciudad de México.
El condominio, conformado por dos torres de ocho pisos cada una, y ubicado en la llamada “zona cero” resultó afectado por el temblor y provocó que las familias que ahí vivían abandonaran sus hogares.
A un año del terremoto, las 64 familias que ahí residían buscan respuestas de las autoridades a quienes señalan de haberlas olvidado y de buscarlas sólo durante el periodo electoral.
Ciudad de México, 20 de septiembre (SinEmbargo).– Un año ha pasado desde aquella tarde del 19 de septiembre de 2017 cuando la Ciudad de México y la colonia Roma en específico, uno de los barrios más populares de la capital, quedaran completamente paralizadas luego del temblor de 7.1 grados que cobró la vida de 369 personas a nivel nacional y 228 en la CdMx.
Muchos fueron los edificios que sufrieron daños. Uno de ellos fue el condominio de Aguascalientes número 12, lugar donde vivían al menos 64 familias quienes luego del temblor abandonaron su hogares y a un año del siniestro no han podido regresar.
Los vecinos acusan que las administraciones del ex Jefe de Gobierno, Miguel Mancera Espinosa y del ex Jefe delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila hicieron caso omiso a sus demandas y que fue hasta el inicio de las campañas que las autoridades de la Ciudad de México se acercaron a ellos para ofrecer apoyos y promesas.
“Apenas están llegando los apoyos, no hubo apoyos económicos. Miguel Ángel Mancera dejó el cargo al igual que Ricardo Monreal y eso transtornó mucho la función de las instituciones […] Había promesas, pero podemos decir que los apoyos llegaron con el inicio de las campañas”, dice María de los Ángeles Moreno Arroyo, una de las vecinas afectadas.
María de los Ángeles, quien forma parte del comité de vigilancia del edificio, comenta que luego del temblor los vecinos recibieron tres depósitos de 3 mil pesos para ayuda de pago de renta y ofrecimiento de créditos para reparación de daños. Además, agregó a la fecha sólo cuentan con una cédula postsísmica y aún esperan la entrega de un estudio estructural que determine el verdadero estado del edificio.
Luego del temblor, el Instituto para la Seguridad de las Construcciones de la Ciudad de México entregó una cédula postsísmica, la cual indica que el edificio no es habitable y que tiene «daños severos no estructurales”. Los vecinos indicaron que dicho documento no determina que el edificio se deba de demoler, esto se decidirá una vez que se conozcan los resultados del estudio estructural.
Pese al estado del edificio, un año pasó y las autoridades de la Ciudad de México no realizaron dicho estudio. Por este motivo, los vecinos se organizaron, contactaron y pagaron a una empresa particular para que realizara los análisis necesarios en los edificios. En tanto, ante la falta de respuesta y de un lugar a donde ir, algunas familias decidieron regresar a los departamentos, a pesar del riesgo que esto representa.
Fugas de agua y gas, muros llenos de grietas, incompletos y en algunos casos a punto de caerse, barandales flojos, puertas atoradas, lámparas colgando y restos de escombro que se genera por el constante movimiento del inmueble, son los riesgos a los que se enfrentan al menos 10 familias que regresaron porque no tienen otro lugar a dónde ir.
Los afectados denunciaron que durante los procesos de trámites y entrega de documentos para registrarse en los programas de apoyos han encontrado mucha lentitud y trabas por parte de las autoridades capitalinas y de la delegación Cuauhtémoc.
“Hay gente que no tiene experiencia, que no tiene capacidad, que no se apega a Ley”.
También piden que se agilicen los trámites y que el gobierno les pueda proporcionar los recursos sin la necesidad de recurrir a un crédito, única forma en que han recibido apoyo hasta el momento.
“Por dentro perdimos mucho, no nadamos es el daño físico del edificio, todo lo que se perdió, todo lo que se rompió, todo lo que uno se tuvo que deshacer y todavía quedarse con un crédito, que nos ayuden aportando los recursos pero que no nos dejen con más deudas de lo que tenemos porque hay muchas personas de la tercera edad que ya no están sujetas a créditos”.
Los damnificados esperan que las nuevas administraciones de Claudia Sheinbaum y de Néstor Núñez concluyan el trabajo realizado a medias por sus predecesores y así poder terminar por fin con el suplicio, que ha durado un año, 365 días sin hogar.