El costo de la reconfiguración y construcción de refinerías para ampliar la producción y reducir los precios de los combustibles, dependerá de la estrategia aplicada. Cualquiera, sin embargo, representa dificultades así como pros y contras que hay que medir con precisión, coincidieron especialistas consultados por SinEmbargo.
Rocío Nahle, virtual Secretaria de Energía, expuso recientemente que se tomarán entre 40 y 50 mil millones de pesos del presupuesto público de Pemex Transformación Industrial para dar mantenimiento a tres refinerías –de las seis existentes– y se logrará tenerlas listas en siete meses. La de Salina Cruz, destacó, es la más urgente dado que se incendió en junio del año pasado.
El CIEP y el despacho Foley Gardere Arena coinciden en la viabilidad de reconfigurar las plantas existentes. Sin embargo, Daniel Aranda, socio especializado en temas de Energía del despacho, destaca que transformar una sola refinería costaría 6 mil millones de pesos y tardaría al menos dos años si se realiza con todas las pautas de transparencia y con licitación internacional. En tanto, el investigador en Energía y Finanzas Públicas del CIEP, Alejandro Limón Portillo, considera que si bien es posible usar sólo recursos públicos, también deben crearse contrapesos financieros para no limitar otros proyectos.
Ciudad de México, 18 de julio (SinEmbargo).– Reconfigurar una de las seis refinerías que detenta Petróleos Mexicanos (Pemex), como lo plantea el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, para impulsar la producción de gasolinas, costaría hasta 6 mil millones de pesos y un mínimo de dos años para concretarse con una licitación privada internacional, dijo Daniel Aranda Rabago, socio especializado en temas de Energía del despacho Foley Gardere Arena, quien destacó el costo económico menor que representa esta alternativa frente a la construcción de una nueva planta.
No obstante, en un intento previo de construcción con licitaciones y la modernización de la refinería en Tula, Hidalgo, se registraron irregularidades, entre ellas el escándalo de sobornos de la firma brasileña Odebrecht.
Rocío Nahle García, quien será la Secretaría de Energía (Sener) en el sexenio lopezobradorista, expuso la semana pasada que se tomarán entre 40 y 50 mil millones de pesos del presupuesto público de Pemex Transformación Industrial para el mantenimiento de las refinerías que hoy se tienen. Petróleos Mexicanos administra las plantas de Salina Cruz (Oaxaca), Ciudad Madero (Tamaulipas), Tula (Hidalgo), Salamanca (Guanajuato), Cadereyta (Nuevo León) y Minatitlán (Veracruz), que actualmente operan al 40 por ciento de su capacidad y cuya producción ha caído un 36 por ciento en los últimos cinco años.
El mantenimiento de al menos tres de las seis refinerías existentes podrían quedar listas en los primeros siete meses a partir del 1 de diciembre de 2018, exponen los cálculos de Nahle García, quien es Ingeniera Química con especialidad en Petroquímica.
La también ex funcionaria de Pemex dijo a La Jornada que se tomará del presupuesto público 2019 porque en Pemex Transformación Industrial, Empresa Productiva Subsidiaria dirigida actualmente por Carlos Murrieta Cummings, hay «gasto superfluo» en burocracia. SinEmbargo buscó a la futura Secretaria de Energía para saber su postura respecto a la recomendación de licitaciones y sus pláticas con el Instituto Mexicano del Petróleo, pero no obtuvo respuesta.
Sobre este tema, Alejandro Limón Portillo, investigador en Energía y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), enfatizó la importancia de compensar. «En 2017, Pemex tuvo un saldo negativo en ese balance –entre exportaciones e importaciones– de 3 mil 955 millones de dólares, una cantidad importante», aseguró.
«Por una parte es viable que se pueda tomar presupuesto federal para apoyar a Pemex de ese lado, pero hay que ver de dónde hacen el contrapeso financiero, pues hay que considerar, por ejemplo, los altos gastos sociales», planteó el especialista.
El Presupuesto de Egresos de 2018 revela que Pemex Transformación Industrial, encargada de la refinación y el procesamiento de los hidrocarburos, tiene 582 mil 654 millones de pesos para gasto total, de los cuales 533 mil 358 millones de pesos son para servicios personales, gastos de operación y otros. Para inversión, en cambio, sólo se tienen destinados 21 mil 369 millones de pesos, una cifra menor que los 27 mil 926 millones de pesos asignados para el pago de pensiones.
La inversión de más de 21 mil millones de pesos está etiquetada con 15 mil 700 millones de pesos para mantenimiento de infraestructura; 4 mil 143 millones de pesos para proyectos de infraestructura económica de hidrocarburos, entre otros.
El experto del CIEP consideró que extraer recursos del presupuesto público de Pemex Transformación Industrial para dar mantenimiento a las refinerías «limitaría» otros proyectos y actividades productivas de esa área.
Por su parte, el abogado Daniel Aranda de la firma Foley también determinó que los siete meses que calcula la virtual Secretaria de Energía para modernizar tres refinerías no son «suficientes» para elegir la mejor opción para reconfigurar con una investigación de mercado previa. Destacó que eso es «técnicamente imposible».
LEVANTAR O RESCATAR
Para construir una nueva refinería, el equipo de López Obrador calcula que comenzará a mediados de sexenio y el costo será entre 6 y 8 mil millones de dólares (unos 260 mil millones de pesos con tipo de cambio en 18.80 pesos) basados en una planta de la India. Se tiene previsto que la refinería se construya en el puerto Dos Bocas, Tabasco, y produzca 300 mil barriles diarios.
Sin embargo, el investigador Alejandro Limón del CIEP expuso que es un «número atrevido» porque no considera que los costos varían entre construirla en México frente a aquel país asiático, comenzando con la importación de materia prima, y «se ve complicado» que en tres años se pueda tener. Aunque aseguró que es «acertado» que de la mano de la reconfiguración de refinerías se considere la necesidad de aumentar la producción de crudo, clave para la refinación.
«Es un costo importante considerando los gastos que trae el próximo Gobierno federal, como las pensiones y los apoyos a los llamados ‘ninis’. Esta presión se suma al tema de ingresos, que se ve muy atado. Por el lado del ISR [Impuestos Sobre la Renta] se ve muy complicado que se pueda incrementar la recaudación, por el lado del IVA [Impuesto al Valor Agregado] hay un pequeño margen, pero va a depender del enfoque que se le dé a combatir la evasión fiscal y a las tecnologías para evitar facturas falsas, y por el lado de ingresos petroleros sí se tiene un plus que puede dar un poco de aire a las finanzas públicas, por el hecho de que está subiendo el precio del petróleo», explicó Limón.
Respecto a la construcción de una nueva refinería, el especialista de Foley Garder, Daniel Aranda, también dudó sobre su viabilidad.
«Pensar en la construcción de una nueva refinería, aunque fuera de tipo modular [que es más pequeña], es inviable, dado su elevado costo y la tasa interna de retorno que tendría. No se trata de un proyecto que se pueda construir en menos de dos o tres años, además de que para que empezar a procesar crudo tardaría cuatro más», afirmó el especialista.
Aranda sugirió al próximo Gobierno Federal asesorarse sobre cuál es la refinería que requiere menor inversión para un retorno más inmediato, dado que hay recursos «limitados» y que se ha propuesto un plazo de tres años para producir gasolinas en México.
«La reconfiguración de las refinerías ya existentes permite acortar los plazos y el monto de inversión, y coincide con la realidad económica y la práctica común en el mercado energético internacional», reiteró.
El equipo de Nahle se está apoyando del Instituto Mexicano del Petróleo, la instancia gubernamental que crea soluciones para la industria petrolera nacional e internacional, como resultado de la investigación científica, mediante el desarrollo, asimilación y transferencia de tecnología.
La refinería más abandonada, documentó Nahle basada en el diagnóstico que han hecho de todas, es la de Salina Cruz, Oaxaca, la cual se incendió en junio del año pasado. Foley coincidió. En junio de este año, también se incendió la refinería en Veracruz. Luego de la crisis petrolera y el ajuste al gasto de Pemex en 2016, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció la apertura de inversión público-privada para las refinerías.
«Son activos que habría que reconfigurar. De otro modo se volverán activos inutilizados en los que la iniciativa privada no estaría dispuesta a invertir, y el gasto de millones de dólares que se ha hecho en años pasados para reconfigurar algunas como Minatitlán, Veracruz, representarían pérdidas muy fuertes», advirtió el abogado de Foley.
Y expuso que otro de los beneficios de la rehabilitación de las plantas existentes es que habría una inversión con retornos, en vez de comenzar con la construcción de una nueva cuyos frutos no se verían en el próximo sexenio.
LA TRANSPARENCIA
Para la construcción de la Refinería Bicentenario en Tula, Hidalgo, cancelada en 2014 por falta de viabilidad, se invirtieron más de 3 mil millones de pesos en contratos de licitación, incluyendo uno a la constructora ICA. Considerando otras facturas relacionadas, el gasto infructífero ascendió a 9 mil millones de pesos, de acuerdo con la autora de Pemex RIP, Ana Lilia Pérez. El terreno sigue sin emplearse para otro proyecto, observó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la Cuenta Pública 2015.
Asimismo, el plan alternativo tras la cancelación fue reconfigurar la refinería ya existente en Tula, pero terminó embarrada en el escándalo internacional de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht. El órgano fiscalizador detectó que esa obra se le contrató por mil 436 millones de pesos, pero se ejecutaron trabajos por 2 mil 315 millones de pesos.
El especialista en energía de la firma Foley, Daniel Aranda, dijo que para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sea «coherente» con el discurso de transparencia y anticorrupción, debe recurrir a las licitaciones internacionales y no a una adjudicación directa, que por sus condiciones y por el monto de la inversión que implica, tendrá que ser internacional ya sea bajo cobertura de tratados o abierta.
Una vez adjudicado el proyecto integral de reconfiguración, costaría aproximadamente seis mil millones de pesos, dividido en tres etapas: reingeniería y diseño, construcción y supervisión, los cuales podrían concretarse en dos años más.
De acuerdo con las prácticas internacionales, que es como lo ha hecho Pemex en los últimos años, se ha requerido de un mínimo de tres contratistas en el mismo proyecto, agregó Aranda.
En el caso de la refinería de Tula, para la que se planeaba construir se destinaron 2 mil millones de pesos a ICA, y para la reconfiguración la filial de Odebrecht fue la que recibió el proyecto a cambio de un soborno de 10 millones de dólares, de acuerdo con declaraciones judiciales de personal de la constructora. Aranda dijo que para evitar esos riesgos es recomendable la licitación internacional.
PRECIOS DE GASOLINAS A LA BAJA
El precio de las gasolinas depende de componentes internos, externos determinados por el mundo y los tributarios de la Secretaría de Hacienda. Alrededor del 26 por ciento del costo de los combustibles es por los impuestos especiales, menos el estímulo fiscal; un cuarto del precio final va por la logística desde almacenamiento hasta transporte a la estación de servicio abierto a la competencia privada, pero aún no se observa mucha inversión en el área; y aunque no hay mucha información del próximo gobierno, el CIEP estima que variará el IEPS como antes de la liberación de precios al mercado internacional, explicó el investigador en energía y finanzas, Alejandro Limón Portillo.
Durante la campaña y en este periodo de transición, el próximo Presidente Andrés Manuel López Obrador y la virtual Secretaria de Energía, Rocío Nahle, han anunciado el mantenimiento y construcción de refinerías para aumentar la producción de petróleo que contribuiría en la reducción de precios de los combustibles, que también dependen de la inflación, los precios internacionales del petróleo y los costos de logística e impuestos.
«Hoy tenemos estos precios de gasolina porque estamos importando el 80 por ciento [de Estados Unidos]. Nosotros estamos seguros que una vez que Pemex empiece a aumentar la producción de gasolina –es una empresa más que va a estar en el libre mercado, y que va a ser un factor, un competidor muy importante– para con ello poder estabilizar los precios y no necesariamente se van a disparar [pese al libre mercado]», dijo Nahle a la prensa.
López Obrador, por su parte, reveló que a partir de sus tres primeros años de gestión los precios de combustibles no subirán y comenzarán a reducirse en la segunda mitad de su adminsitración.
«No sólo no habrá gasolinazos sino que el gas y el diésel no van a subir más que la inflación en tres años y después de tres años, que ya tengamos producción de gasolina en México, vamos a bajar los precios, van a bajar los insumos”, señaló el virtual candidato electo», declaró hace unos días ante los empresarios industriales.
Daniel Aranda, socio especializado de Foley Gardere Arena estimó que los tiempos que ha dado la próxima administración para la producción de gasolinas en México o para refinar crudo pesado «son realistas», dado que tan sólo un proceso de contratación internacional requeriría entre cuatro y seis meses.
A su vez, el experto de Foley coincidió con la futura Secretaria de Energía Rocío Nahle en dos puntos: que después de tres años de este mantenimiento a refinerías, se podrá producir más combustibles y en que la más abandonada es la de Salina Cruz, Oaxaca, al grado de que es «peligroso» si opera a toda su capacidad.
Sin embargo, expuso, es «imposible» detener el aumento a los precios de combustibles si sólo se dejan al mercado abierto y sin un subsidio gubernamental que requiere recursos federales, el cual beneficia también a usuarios del transporte público.